Los humanos somos dados a lamernos las heridas y aunque los animales lo hacen con fines terapéuticos, nosotros lo hacemos por el salario, como las lloronas, o la hipocresía.
Y cada primero de mayo está dedicado a este degradante espectáculo porque resulta curioso que las marchas de los trabajadores o los proletarios o como se los llame, resultan más propagandísticos en los países denominados socialistas que en los otros; sin embargo, un recuento de la historia nos muestra cuan falso es. Se habla mucho del holocausto donde, dizque, murieron 5 millones de judíos; pero los mismos que se desgarran las vestiduras por eso, nada dicen de los 45 millones de muertos que significó la implantación de la "dictadura del proletariado" en la ex URSS. ¿Es que porque no todos fueron judíos?
Han pasado siglos desde las primeras protestas de los trabajadores por los sistemas de injusticia y explotación; pero las marchas continúan, como sigue siendo exiguo o injusto el salario de los que sí producen, mientras los que especulan, en la banca en en los parlamentos, ganan más y sin trabajar.
Resulta paradójico que en las civilizaciones aristocráticas no sólo que la injusticia o no existía o era menor sino que no existía el salario y, sin embargo, todos disfrutaban de todo y tenían sus necesidades satisfechas y es lo que generalmente olvidamos porque no se adecua a la "dictadura del proletariado" o la "igualdad de clases"; pero están ahí, lo mismo en el pasado remoto como en la utopía.
¿Cuánto puede significar que la marcha de hoy sea masiva, escaza o esté o no presidida por fulano o zutano? ¿No sería mejor que cada trabajador festejara en familia alrededor de un buen asado o el plato que le antoje y que no le resulte oneroso? ¿Por qué no cambiar los discursos por disposiciones que hagan accesibles la educación y la salud para todos, sin restricciones?
Hay mucha gente que ya no cree en las marchas se den en Chicago, La Habana, Moscú o Londres porque no significa más que lamernos las heridas; pero no por la injusticia, la inconsciencia o la intolerancia sino por el salario, lo reiteramos, como las lloronas y los que convocaban: "proletarios del mundo uníos", para servir el capital que fue el que levantó y después deshizo el "paraíso de los trabajadores".
No hay comentarios:
Publicar un comentario