miércoles, 30 de abril de 2014

ASESORES Y ASESORES

A propósito de la designación de Carlos Meza como un asesor más de nuestra demanda ante La Haya sea para lo que fuere, ha habido diversidad de respuestas no tanto de acuerdo a la realidad sino a las miradas de cada quien.
Un ex presidente francés, afirmaba que de las mujeres y de los asesores es de lo que Dios debía salvar a los gobernantes. Y la historia lo ha reafirmado una y otra vez, por mucho que alguno de ellos alcanzó nombradía universal, no por ello ha dejado de ser cuestionado y hasta vituperado; en el caso boliviano, quizá la presencia de prestigiosas personalidades junto a mandatarios, no tanto, como Tamayo y Melgarejo, sea emblemático aunque también sujeto a interpretaciones.
Pero el caso de César y Bruto puede ser el que mayor trascendencia ha tenido en la historia, tanto por la muerte de uno en manos del otro sino por lo que significó y significa a través de la narración y su interpretación.
En América Latina han sido más bien funestos los asesores pues entre ellos se han colado los miembros de logias y hasta de mafias y una de las consecuencias profundas de nuestra hasta ahora no obtenida integración es su resultado. En el caso de la Confederación Perú-Boliviana hay que aceptar que fueron intereses externos, comandados por los miembros de la oligarquía chilena sirviente, que dieron al traste con el intento del Mariscal de Zepita. También en la generación, desarrollo y posteriores consecuencias de la denominada Guerra del Pacífico, se han movido en las sombras, detrás de los mandatarios, una serie de personajillos que no respondían ni al interés de los chilenos ni de los bolivianos; lo que ha hecho que no únicamente perdamos la contienda sino que nos veamos enclaustrados dentro de una geografía antinatural y antihistórica. Sólo en los últimos decenios este "asesoramiento" de logias y hasta mafias se ha reducido por la presencia de "la embajada" que ha tenido que transar con ellas de acuerdo a beneficios que se les ha ido concediendo en la posesión de tierras o de créditos que ha hecho que, aunque reducidas, sigan manteniendo cierto poder tras bambalinas de la politiquería criolla.
Los únicos gobiernos a salvo de este tipo de "asesorías" son los gobiernos aristocráticos, no monárquicos, por la misma forma de su composición; pero como han resultado anacrónicos por confusión o desconocimiento se nos ha privado de ellos y seguimos en manos de asesores y "asesores".

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