El uso del término está llegando a extremos realmente ridículos, que algunos dirigentes sindicales o vecinales lo usen indiscriminadamente para hacer creer que están a la moda, es una cosa; pero que en los medios de comunicación se lo use de igual modo, tiene que ser un escándalo.
El diccionario define la palabra implementación como: "Informática. Instalación y puesta en marcha en una computadora de un sistema de explotación o de un conjunto de programas de utilidad destinados a usuarios". La palabra seguramente se ha creado por las deficiencias en el manejo del lenguaje de muchos profesionales por no decir instalación o ejecución y su mal uso se ha extendido como plaga. No es pues lo mismo decir que se ha instalado, en una computadora, tal o cual programa que, como en un diario local, "concejo proyecta implementar buses pumakatari cochabambinos".
Tan pésimo titular se pregunta uno cómo ha pasado a la revisión del director, de los directores de área y otros encargados por velar por el uso del lenguaje. Porque, en primer lugar, si se va a implementar, querría decir que se va a hacer en la "realidad virtual", en el ciberespacio y, por tanto no puede tener ningún efecto para la población ni para el transporte; en segundo lugar, ¿qué es eso de buses pumakatari cochabambinos ? ¿No son acaso de procedencia china a los que se ha bautizado con nombre aymara? ¿De dónde lo "cochabambino?
La cuestión no tendría mayor importancia si procediera, como lo dijimos, de algún improvisado u oportunista dirigente que quiere aparecer como moderno o al tanto de lo último en alienación o sofistería; pero no es más que uno de los varios ejemplos que podemos esgrimir sobre el pésimo uso del lenguaje en los medios de comunicación y que no son otra cosa que el resultado de la mala formación académica y estudiantil y que debiera corregirse según las circunstancias porque si los "comunicadores" no saben manejar correctamente el idioma, quiere decir, que no pueden ser comunicadores, informadores o periodistas.
Muchos dirán que es majadería, clericalismo o cualquier otra monserga; pero si no salimos en defensa del lenguaje en un mundo donde se dice que se vive de él, entonces, estamos contribuyendo al caos y la incomunicación, al sofisma de la ciencia y la tecnología y, por consiguiente, a la involución del ser humano y la tierra.
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