Con el sofisma que las leyes de la física surten los mismos efectos en la politiquería, los del tribunal electoral pretenden excusar la diferencia entre unis y pluris y la pérdida o ganancia en algunos departamentos.
Y es que no es así. Si bien en la física nada se pierde todo se transforma; es esta transformación que desvirtúa la democracia en cualquier país porque introduce un factor: la discriminación. No importa que la CPE diga que el número de uninominales y plurinominales debe ser igual o que a nadie se le puede discriminar por su origen o residencia o que todos somos iguales.
Lo importante del género humano es su diversidad; no solamente hablando de razas o de culturas sino de individuos; cada uno de nosotros es diferente de los demás, al contrario de la física o la química donde los elementos suelen ser los mismos en su composición y, consiguientemente, actúan de la misma forma.
Ergo, si se pretende transformar un ciudadano se afecta su derecho a la libertad, a la identidad y demás derechos constitucionales y naturales. No es pues lo mismo introducir uno o dos gramos de sal en un litro de agua que sumergir un habitante de la ciudad en la anonimidad de las urnas para que se transforme en voto para el caballo de corregidor.
Hay varios artículos de la Constitución que se pueden aludir para rebatir la posición del tribunal electoral; pero hay uno fundamental, esencial, que aunque no está inscrito expresamente es real: la democracia es de hombres, no de tierras.
Quien pierde en la contienda desatada por el órgano electoral es pues la democracia; aunque algunos politiqueros aquí o allá se sientan satisfechos pues lo que hay que mejorar es el sistema mismo no el cuoteo; porque de lo que se trata es de superar la democracia de mercado, que nos ofrece uninominales o plurinominales del mismo carnicero, y avanzar hacia la consolidación del sistema de un ciudadano, un voto.
Y el tema es que más bien estamos retrocediendo, no sólo porque seguimos con el sofisma de mercado y liberal de hacer pasar uninominales o plurinominales como si no fuesen designados igual por el partidismo sectario sino porque el sectarismo y la discriminación se están agudizando y hasta ya tenemos diputados "especiales".
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