Como suele ocurrir cuando se confunde publicidad con propaganda, los anuncios del tribunal electoral respecto a las nuevas inscripciones resultó más cáscaras que nueces o molestias que significado.
Después de leer que los puntos referenciales eran las oficinas de registro civil, buscamos una y, aunque no fue fácil pues no hay registro confiable de ellas, nos topamos con dos empleadas públicas que, como tales, hacían gala de mal humor y poca disposición al servicio; pero, en fin, nos dijeron que un lugar de registro podía estar junto a la Posta Sanitaria tal. Vuelta a caminar cambiar de movilidades, etc, llegamos al lugar para enterarnos que nada tenían que ver que, por sí acaso, preguntáramos en la posta sanitaria de la CNS; así lo hicimos y, por fin llegamos a lo que buscábamos sólo para enterarnos que no sólo era necesario el único documento que se anunciaba públicamente, el Carné de Identidad, sino que, además, había que llevar recibos de agua, teléfono o gas, para garantizar el cambio de domicilio.
Ante las protestas y nuestro pedido que, de acuerdo a la CPE, se debe presumir la inocencia de cualquier persona mientras no se pruebe lo contrario, y nuestra palabra no tenía por qué ser cuestionada, además de nuestra amenaza de no votar, accedieron a la inscripción como un favor especial. Caraduras.
Y es que así funcionan las cosas en nuestro país, donde al que denuncia "descriminación" se le atiende urgentemente, mientras que el que pide que simplemente se cumpla la ley que establece que no hay privilegiados ni preferidos, se le pide pruebas, testigos, cargos y descargos que pueden hacer escapar a cualquier dentro de un sistema de administración de la justicia que hace tiempo que está baldado.
Y si no es verdad que lo digan los reiterados pedidos de "gremialistas", que aunque manejan grandes capitales no quieren pagar impuestos, o los que buscan ampliar la "mancha urbana" no para vivir sino para especular con la tierra.
Además, ¿si el tribunal electoral exige del ciudadano hasta lo que no es legal; por qué no cumple sus propias funciones determinando las circunscripciones electorales con racionalidad y equidad?
¿Quo vadis?
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