Aunque ya casi nada nos sorprende, no deja de alarmarnos que las "autoridades de la UMSS" soliciten al gobierno que no se deje actuar a las instancias judiciales, en el caso de los actos vandálicos protagonizados por unos pocos alumnos que, curiosamente, no se portaron "intelectuales" al momento de descargar sus hormonas o frustraciones en contra del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad o la humanidad de los policías. ¿Es que se puede negociar la ley? ¿Enseñarán eso en su Facultad de Derecho? ¿O enseñan el Derecho al revés?
Pero no sólo eso es preocupante sino también que la "gloriosa COB", un organismo sindical nacido desde arriba, desde el poder, ahora resulta que, en los hechos, se ha convertido en un partido más de la politiquería criolla y no sólo que participará en las elecciones con su propio candidato sino que ya actúa como tal y plantea una sarta de absurdos como reivindicaciones.
De otro lado, en el seno mismo de la razón, del debate ideológico y científico, de la amplitud de criterio y tolerancia, teóricamente la universidad, se ha exigido como prueba de la participación en las manifestaciones callejeras, a estudiantes y docentes, fichas de asistencia sin las cuales no podrán tener buenas calificaciones o sus sueldos sin descuento; como en cualquier vulgar manifestación "espontánea", como en el "comerciantado" que es sí como se llaman los contrabandistas y vendedores de piratería que conforman el grueso de la subversión económica en contra del Estado.
Y a algún periódico se la ha ocurrido titular, con carácter alarmante suponemos, que para el Banco Mundial, YPFB no incentiva las inversiones; cuando el problema real no es que las inversiones vengan o no, o si sólo son aves de presa depredadoras de primaveras pasajeras que después se convierten en fuertes inviernos sino que la informalidad está causando estragos en la industria y, por tanto, en la economía estructural de la nación.
Tampoco el ambiente internacional no deja de dejarnos patitiesos cuando, todo Sancho y campante, el presidente chileno acusa a los bolivianos de incumplir el Tratado de 1904, cuando ellos son los que mañosamente han dejado de hacerlo desde el instante mismo de su firma y manejan la cuestión como un dogal para la industria y la economía interna; mientras tratan de expandir sus fronteras dentro de nuestro territorio; gracias a la estulticia de malos bolivianos que se prestan a hacer la labor de sirvientes y traidores.
Y, en cuestiones de "ciencia", se anuncia que el PSA, la prueba para detectar la posibilidad de cáncer de próstata, no sólo que no sirve efectivamente al diagnóstico y tratamiento sino que no deja de ser meramente comercial y, en cierto modo, innecesario para los pacientes de esa sintomatología.
¿Hay algo que les ha sorprendido? No, claro que no; pero no deja de llamar la atención, por lo menos, porque es toda una frustración en un mundo dominado por la "razón".
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