miércoles, 2 de mayo de 2012

AUMENTO Y ESPECULACIÓN

Muchas veces, el aumento que el Gobierno concede a los trabajadores anualmente, queda en la nada porque los especuladores se encargan de elevar el costo de la canasta familiar sin otro motivo que su ambición.
Infelizmente, estas acciones gubernamentales no cuentan con el apoyo de los respectivos ediles, que deben controlar el mercado interno y que siguen como si la política de la libre oferta y demanda fuera la piedra de toque, cuando ya en el mundo entero se ha demostrado que es un completo sofisma. Existen tristes experiencias en el pasado reciente que se podrían traer a colación para ver cómo los especuladores le ganan a la administración del Estado porque sólo controla parcialmente la economía, pues a título de falta de empleo, de industria o de modernización tecnológica, los agiotistas se dan modos para seguir ganando de acuerdo a su propia ventralidad y descaro.
Por esto, antes que ver si el porcentaje de aumento sirve o no para incrementar el salario, lo que habría que exigir es que se controlen mejor los precios, las medidas, las ventas en ese amplio mercado que ha invadido aceras, calles y avenidas, no como emergencia de algún déficit estructural sino como una consecuencia del economicismo avaricioso que rige la economía mundial.
Por esto también es sinceramente preocupante que el alcalde del Cercado cochabambino haya firmado un acuerdo con los "gremialistas" renunciando explícitamente al cumplimiento de sus funciones y atribuciones y dejando en manos de los propios comerciantes el mercado, que no va a tardar en traer serias consecuencias para la economía legal, regular, formal de la ciudad y de la región.
Si controlásemos nuestros mercados, por encima de los sofismas neoliberales que han hecho mucho daño al mundo entero y continúan haciéndolo como en Grecia, Portugal, España, para sólo citar los más dramáticos, seguramente tendríamos una mejor economía que no siempre se salde con más despidos, con precariedad salarial, con falta de empleo y con la subida de impuestos, como está sucediendo en la península ibérica y cuyos gobernantes, en su oferta electoral, dijeron todo lo contrario de los que están haciendo, con las lógicas consecuencias de desesperación de los trabajadores y de los que no pueden acceder al mercado laboral.
Por mucho que aparezca como retrógrado o lo que los neoliberales quieran, el control de nuestros mercados es importante tanto para dirigir nuestra misma industria nacional como para que los salarios no se devalúen apenas aumentados, porque los especuladores no tienen patria ni conciencia.

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