Que los prejuicios son producto de la ignorancia, lo sabe casi todo el mundo; pero que la ignorancia se encuentre entre la "intelectualidad", es una paradoja.
Pero desde el siglo XVI, en que se dijo que la ignorancia se había titulado, no es raro que los"intelectuales" aparezcan como ignorantes, tal y como vemos frecuentemente en nuestro medio donde lo de "licenciado", "doctor", "magister", parece dar más estatus que conocimiento, a juzgar por la forma en que se ostentan ciertos grados por personas que no muestran, las más de las veces, ni inteligencia ni sabiduría.
Por esto no es raro encontrar que algunos profesionales universitarios no sólo hayan adquirido una tendencia hacia la vida burguesa sino que se presenten como liberales o neoliberales a ultranza; no otra cosa significa tratar de mantener ciertos privilegios en la sociedad, so capa de estudios, gastos o empleos que el economicismo ha puesto en el escenario. Tampoco, por lo tanto, será raro que "marxistas" y hasta "trotskistas" aparezcan como defensores intransigentes del mercado, cuando basan sus peticiones y exigencias en el salario mínimo vital, con escala móvil, como dice la demagogia, y que se rige simple y llanamente por las exigencias del consumismo mercantil.
De otro lado, esta misma ignorancia generadora de prejuicios hace que enfrentemos la "crítica" con alusiones o actitudes que tienden al desprestigio de las personas, que es lo que, por ejemplo, está ejecutando machaconamente la llamada oposición que comprueba, una vez, más su falta de ideas e ideología que, en lo inmediato, podrían generarle cierta expectativa y posibilidades en un futuro electoral.
Aunque la politiquería no permite discernir inteligencia de sabiduría o intelectualidad de formación o idoneidad, lo cierto es que andamos perdidos dentro de un ambiente cada vez más prejuicioso y, consiguientemente, de ignorancia.
Si los "socialistas" marxistas o marxistoides se encuentran entre los defensores del capitalismo y el sistema de lucro y especulación que es el economicismo y plantean como políticas reivindicativas estas posiciones: ¿Qué podemos esperar de la derecha? ¿Dónde empieza el socialismo y termina el capitalismo? ¿Dónde quedan los "analistas" que más que por la realidad se dejan llevar por la ventralidad? ¿Dónde empieza la ecología y termina la explotación forestal? ¿Dónde está la moral y la ética?
Los prejuicios, ignorancia mediante, nos están llevando pues a situaciones comprometidas y cuyas soluciones son cada vez más difíciles de encontrar porque la mentalidad de mercado; el economicismo, se ha metido en el tuétano hasta de muchos socialistas y debemos ser muy pocos los que no nos dejamos llevar por las luces del encandilamiento materialista y todavía pugnamos por reencontrar el rumbo mismo de la humanidad; aunque parezca que ya todo está perdido.
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