jueves, 3 de mayo de 2012

LIBERTAD DE PRENSA

Como cualquiera de esos "día de ...", hoy se cumple el destinado a la prensa y, la verdad, no son muy halagüeñas las cosas por una variedad de circunstancias que no dependen del periodista en sí mismo. Hay que recordar al respecto, que hace ya varios años en un seminario virtual sobre el tema se llegó a la conclusión que el 93% de la prensa en el mundo es propiedad de las grandes transnacionales; sólo el 7% podría calificarse como independiente o, incluso, menos porque en muchos países la información-propaganda se ha hecho también un negocio de "autogestionarios".
Como si fuera poco, hay que soportar la insurgencia de una variedad de "comunicadores" que improvisados o mal preparados están haciendo estragos en los medios de comunicación, especialmente la radio y la televisión, porque si no han convertido esas frecuencias en vulgares chicherías las han cabaretizado o vulgarizado al extremo que hasta en sus mensajes se puede leer: "mandanos tu chisme". Y de eso abunda en la casi totalidad de los medios que corresponden a las transnacionales que muy poco o casi nada informan sobre la verdad o sobre las cuestiones realmente importantes y estructurales de la humanidad.
Hoy no importa la información fidedigna, la orientación racional o la educación sino el ruido; nada hace de dónde provenga ni a qué negocio se refiera, la cuestión es hacer ruido "subir el volumen" como gritan algunos impostores de los micrófonos en esa selva enmarañada en que se ha convertido la frecuencia modulada y que compite en quién es peor.
El verdadero periodista, aquel ser culto e informado es ya una excepción y tiene cada vez más cerradas las puertas de los medios porque no es bienvenido o porque el asco le hace rehuir esas entradas. Es una pena pero esconder esta realidad sería el peor atentado, precisamente, a la libertad de prensa, que no se hace de impunidad o de irresponsabilidad a la hora de desinformar, mellar la dignidad de las personas o buscar acomodo en la función pública, por medio de "críticas" continuadas a las autoridades donde se busca el sueldito.
Nuestra propia realidad actual es una comprobación de los males que aquejan a la prensa porque la información si no es tendenciosa, es incompleta y si no, miren los informativos y contrasten con la cotidianeidad.
El mejor homenaje que se puede hacer a la libertad de prensa, de expresión, de información es siendo fiel a la realidad y los objetivos del periodismo, de la comunicación social positiva, de la orientación racional, especialmente en los países donde los sistemas de educación no están respondiendo eficientemente a los retos de la actualidad; ya sea porque se mantienen cautivos del sindicalismo partidista o porque sus autoridades no tienen el valor de enfrentar esta realidad de manipulación mundial con inteligencia y tino.
Con estas observaciones, no hay que celebrar ningún día de la prensa sino hacer del periodismo ese apostolado diario que se está perdiendo.

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