Es cierto que, como decía Campoamor, "en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Porque es fácil titular una información diciendo "la represión ocasionó.." o declarar ante los micrófonos: "hemos tenido que soportar la brutal represión", como lo hacía un dirigente trotskista usufructuario de las cuotas del magisterio urbano de Cochabamba o salir en defensa de salarios irracionales manifestando: como enfermera auxiliar sólo gano 3600 y tantos, mientras otros profesionales con grado de licenciatura deben hacer de taxistas, pintores o lo que se pueda.
Lo malo de esta percepción sectaria, no sectorial porque algunos sindicatos se manejan ya como sectas, es que al distorsionar la realidad condenan al pueblo en general a la incertidumbre pues nunca sabrá cuál es la cotidianeidad, un salario justo, una retribución equitativa al esfuerzo y se dejará llevar por la demagogia, la manipulación mediática o la mentira cínica de los que defienden sus privilegios hasta con la complicidad de los dirigentes de los proletarios, como es el caso de la COB y el decreto 1126.
Y lo peor es que nos está llevando a la violencia sin medida, irracional, injustificada. ¿Qué vela tienen, por ejemplo, los universitarios en la defensa de los privilegios de unos pocos médicos? ¿O aspiran a lo mismo siendo aún pichones? ¿O su formación intelectual no llega a la comprensión de lo que es solidaridad y lo que es complicidad? ¿Cómo es posible que el que genera la violencia, impidiendo el libre tránsito por calles, avenidas o caminos, a la fuerza, se queje de la policía que sólo trata de restablecer el imperio de la ley, aunque parece que con muy poca voluntad también? Y la victimización llega al ridículo cuando se escucha a estos "dirigentes" que nunca han sabido en realidad lo que es la represión, la cárcel, los campos de concentración, la tortura, la persecución sañuda porque, ahora, se limitan a disfrutar de su "fuero sindical" que hace tiempo incluye su paso por la corrupción.
De nada vale en esta coyuntura hacer análisis, donde hasta los "especialistas" no saben qué decir porque la realidad no concuerda con la racionalidad, lo que no basta para que sigan con sus especulaciones o inclinaciones personales en contra de algo o alguien; lo mismo que la autodenominada oposición que no da pie con bola y se circunscribe a la crítica personal agarrando el rábano por las ramas.
Pero, como no siempre todos viven en el limbo o están tan sustraídos de la realidad, hay personas como cierta señora, que lamentándose dice: Es parte de los anuncios del fin del mundo. Y debe ser, aunque ello no significa, de manera ninguna, el fin del planeta o de la vida.
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