viernes, 25 de mayo de 2012

BUENAS INTENCIONES

El dicho popular de: "el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones", tiene muchas interpretaciones porque, efectivamente, no bastan las buenas intenciones sino que hay que completarlas con actitudes, con conocimiento, oportunidad y, aunque no se crea, independencia.
La América Latina está sembrada también de buenas intenciones a lo largo de su historia que no sólo hacen a la búsqueda permanente de libertad, de soberanía, de identidad sino también al crecimiento, a la industrialización. En el caso particular de Bolivia, aunque la buena voluntad de buenos gobernantes sugería la ocupación del territorio nacional, la redistribución de la población en toda su extensión geográfica, la colonización interna, como en determinado momento se llamó a  la necesidad de crear corrientes migratorias hacia las fronteras, no hay duda que no pasa de la teoría y por eso es que tenemos ciudades hipertrofiadas y con riesgo de mayor conflictividad todavía, mientras nuestras fronteras con sus recursos naturales continúan en el abandono.
Por esto es que el tema del Mutún, no es una cuestión de simple demagogia regional o nacionalista sino de planes y proyectos, que tampoco deben reducirse a la venta de esponjas o materia prima sino al establecimiento de una verdadera industria siderúrgica con el mayor valor agregado posible y la extensión del propio mercado interno del hierro.
Por lo demás, hay que tener mucho cuidado con las licitaciones internacionales porque la historia nos muestra cómo algunas empresas, han servido más bien para frustrar nuestras esperanzas que para concretarlas. Pero también hay que tener cuidado con los emprendimientos internos porque hay que reconocer que no tenemos ni ciencia ni tecnología suficiente como para encarar la empresa. ¿Qué hacer? Pues actuar racionalmente y en función de los intereses nacionales, para evitar la manipulación, esa artera oportunidad de buscar culpables sin ofrecer nada. Y hay que hacerlo de la mano de la concordia, del bien común, de la racionalidad; lo mismo en el caso del Mutún que del litio y los salares que también estuvimos en el riesgo de dejar nada más que en la exportación de salmueras para que otros se hagan ricos, mientras nosotros permanecíamos en la pobreza.
Y aquí está la importancia de la Universidad y su aporte postergado por decenas de años. Porque, hasta el momento, sólo excepcionalmente ofrece ciencia o tecnología y se contenta con engordar los bolsillos de sus eventuales usufructuarios o administradores. Si hubiese cumplido su papel, hace ya bastante tiempo que varios proyectos estarían en ejecución no sólo en cuanto al hierro o el litio sino también en la mejora de toda la productividad nacional; cosa que no sucede ni va a suceder en un futuro inmediato porque la Universidad se ha convertido en otro feudo que explotar por la politiquería soez y antinacional de las izquierdas derechizadas.
No bastan las buenas intenciones y sólo el conocimiento nos puede dar independencia y crecimiento. Pues hay que buscarlos y repatriar los recursos humanos que tengamos a lo largo y ancho del mundo. Y hay que hacerlo ya, antes que los "cívicos" nos enfrente nuevamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario