Así reza un adagio latino: dura es la ley, pero es la ley y, consiguientemente, hay que cumplirla. Algo que no sucede muy a menudo en nuestra patria, a caballo de una infinidad de sofismas, entre ellos, el denominado fuero sindical que se ha convertido en una evidente impunidad ante la violación de la ley y por lo que también el sindicalismo se ha contaminado de politiquería, demagogia e impostura.
Porque una cosa es la protesta, la reivindicación de derechos; pero otra muy diferente la manipulación de instituciones y personas para fines sectarios como ha ocurrido varias veces y se ha "transado" mediante un acuerdo que deja los procesos judiciales en el limbo y, lógicamente, los "dirigentes sindicales" sin castigo ante el delito.
Cuando se produce un conflicto en Bolivia, sea real o artificial, generalmente luego de los enfrentamientos, la violencia de una y otra parte, que no sólo se percibe en el uso de gases, piedras, palos y otros artefactos explosivos, se acude a la "pacificación" a través de la firma de un "acuerdo" que si bien podría aceptarse para evitar mayores perjuicios, no debiera suspender la vigencia de la ley, para conservar el entorno de derecho que es inherente al funcionamiento del Estado.
Si se acude a una huelga en demanda de lo que fuera, lo lógico es pensar que quienes deciden tal medida están conscientes del riesgo, de sus consecuencias; pero como la impunidad es parte de la manipulación y la dependencia, también este aspecto se subsana mediante el ilegal acuerdo que dispone la suspención de los descuentos o su devolución, con lo que los dirigentes sindicales hacen su accionar delictivo totalmente impune.
De acuerdo a la legislación vigente y al Código Penal, es prohibido causar la suspención de los servicios de salud, del transporte o la producción, sin acudir a los requisitos que la misma ley pone a disposición de los sindicatos; pero nos hemos acostumbrado a que primero se muestre la violencia desmedida y sólo después se trate de resolver algo mediante el diálogo o el entendimiento racional.
Desde que el "sindicalismo" se ha vestido de ropas burguesas y explotadoras de cuotas, viáticos y un montón de canonjías que el sistema de dependencia-corrupción e impunidad puso a su alcance para "democratizar" la inmoralidad, mucha agua ha corrido bajo los puentes con consecuencias negativas para el bien común, el Estado, la institucionalidad y seguirá así, mientras nuestras autoridades continúen con la manía se negociar la ley e incumplan sus propias funciones.
Además, dice otro adagio que: "respetos guardan respetos". ¿Por qué los "sindicalistas" no respetan el derecho ajeno y pretenden que sólo se respete sus arbitrariedades y negociados?
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