Es realmente increíble e insoportable el grado de injerencia de las organizaciones no gubernamentales en el quehacer nacional y no sólo eso sino que su intromisión es tal, que de defensores de los derechos han pasado a ser conculcadores de los mismos.
Y nos explicamos; con motivo, habría que decir más bien excusa, del TIPNIS, un representante de una de las tantas entidades que ganan dinero so pretexto de cualquier cosa y a nombre de los bolivianos, decía, en supuesta defensa de los "indígenas": "nosotros hemos dicho", "nosotros hemos planteado", "nosotros le hemos mandado una carta al gobierno", "nosotros les hemos indicado a los indígenas". Es decir, todo: nosotros, nosotros y lo que habría que preguntar lógicamente es: ¿Y la opinión o voluntad de los nativos? ¿Y su soberanía? ¿Y sus derechos? ¿Y la democracia?
Y es una muestra más de cómo estas organizaciones se están haciendo odiosas porque si no defienden el salario, defienden la intromisión, la conculcación de los derechos de soberanía, autodeterminación y libertad que todos aspiran tener; pero no para que hablen por ellos o hagan por ellos y en su nombre.
Las respuestas pues se tradujeron en ese bla, bla,bla indigno, intrascendente que se está haciendo una norma porque también muchos "constituyentes" tuvieron que soportarlos en la asamblea respectiva o por ingenuidad o por estulticia y el resultado lo estamos viviendo en tremendas contradicciones y situaciones confusas donde, por ejemplo, se habla del "territorio de los indígenas", mientras en otro articulo se manifiesta que el territorio con sus riquezas del suelo y el subsuelo, son del Estado. La misma confusión se fomenta cuando se habla de consulta o referéndum y lo importante sería viabilizar el segundo para que así todos los bolivianos digan su opinión respecto a la carretera entre Cochabamba y el Beni, sin los prejuicios de daño, de destrucción o lo que fuere, cuando ya todo eso se ha estado dando hace décadas, de la mano no únicamente de la entrega del destino de los "indígenas" a organismos externos sino también por el alto tráfico y contrabando de maderas que han iniciado la deforestación y la agresión al ambiente hace mucho tiempo y lo que se dice ahora es puro sofisma.
Las organizaciones no gubernamentales están pues distorsionando su actividad hacia la cínica intromisión y si ya han conseguido que la izquierda se derechice, ahora lo que se quiere hacer es que la democracia se desvirtúe y, con ella, la vigencia del estado de derecho.
Todos los bolivianos tenemos la libertad de expresar nuestro criterio respecto a los problemas de la nación y es este derecho que se coarta con la intervención de las ONGs porque quieren centrar todo en lo que ellos dicen respecto a los "indígenas", el ambiente o los sofismas y eufemismos puestos de moda por el neoliberalismo.
¿En qué quedamos? ¿Se trabaja por los derechos o por conculcarlos? ¿Dónde queda la autodeterminación con tanta injerencia?
Reflexiones y noticias desde un ángulo absolutamente personal y que no compromete a nadie sino a mí mismo. Puede ser ampliado con fotografías sobre la actualidad; no siempre esas "importantes" sino de la vida cotidiana.
jueves, 31 de mayo de 2012
miércoles, 30 de mayo de 2012
"REFUGIADOS" Y "PERSEGUIDOS"
Aunque no queramos admitirlo, la democracia se ha mercantilizado no sólo porque hay que invertir para ser candidato sino que hacer frente a una campaña con sólo ideas o programas es algo imposible; hasta los mismos electores se han acostumbrado a las baratijas que se reparten especialmente en los barrios pobres o donde hay un potencial de voto importante.
Pero de este mismo modo, se han mercantilizado también los "seguidores", los "activistas", a quienes hay que conformar como se conforman las denominadas "barras bravas" que siembran el terror en los estadios so capa de apoyar el deporte y, como si no fuera suficiente, se ha convertido la disidencia, real o falsa, en parte del negocio pues ya no es lo mismo ser un exiliado de la década del cincuenta o sesenta, que estar ahora en las listas de "víctimas de la dictadura" en función de recibir indemnizaciones monetarias, o hacerse a los perseguidos por no rendir las respectivas cuentas en la justicia. La noble tarea de embajadores y embajadas por acoger a los ilegalmente perseguidos por sus ideas, por sus acciones, por su ideología, se ha desvirtuado a cierta complicidad con el delito común o a favorecerse por las migajas que los amos suelen dar a los "felipillos", a los sirvientes de la dependencia y la intromisión.
Cuando se intervenía antes en la política se conocían los riesgos no sólo del exilio sino también de los campos de concentración, las cárceles o la misma muerte. Hoy las cosas son diferentes; después de haber delinquido es fácil hacerse a la víctima de una tiranía imaginaria; más todavía cuando la llamada oposición ya no puede más por su propia incapacidad y, en cierto modo, es culpable de los excesos que pudieran estar cometiendo los del oficialismo; pero lo que queda es la interrogante general para todos: ¿Quién miente? ¿El que se ha convertido en mercader de la politiquería o el que, sin oposición real en el frente, está tentado de hacer lo que le place? Y las respuestas no pueden ser más que frustrantes porque no sólo se atenta contra el sistema de representación que origina un gobierno sino porque la verdad misma se pone en cuestión.
Cuando la politiquería implicaba impunidad porque el sistema de dependencia-corrupción-impunidad, así lo establecía, no habían "perseguidos" y no había crítica en contra del sistema. Hoy que la justicia empieza a actuar en contra de los delitos de orden público, se denuncia persecución y una "justicia" manipulada, olvidando el pasado reciente.
En este ambiente mercantil de politiquería donde ya no sirven ni valen las ideas, las ideologías, los valores individuales y colectivos, es fácil que aparezcan impostores y se cuelen también algunas injusticias. ¿Pero no sería mejor enfrentar nuestros propios actos con valentía y sin comprometer la democracia? Tal vez, nos evitaríamos esos tristes espectáculos denunciando falsas persecuciones o buscando refugio por nuestros actos delictivos.
Pero de este mismo modo, se han mercantilizado también los "seguidores", los "activistas", a quienes hay que conformar como se conforman las denominadas "barras bravas" que siembran el terror en los estadios so capa de apoyar el deporte y, como si no fuera suficiente, se ha convertido la disidencia, real o falsa, en parte del negocio pues ya no es lo mismo ser un exiliado de la década del cincuenta o sesenta, que estar ahora en las listas de "víctimas de la dictadura" en función de recibir indemnizaciones monetarias, o hacerse a los perseguidos por no rendir las respectivas cuentas en la justicia. La noble tarea de embajadores y embajadas por acoger a los ilegalmente perseguidos por sus ideas, por sus acciones, por su ideología, se ha desvirtuado a cierta complicidad con el delito común o a favorecerse por las migajas que los amos suelen dar a los "felipillos", a los sirvientes de la dependencia y la intromisión.
Cuando se intervenía antes en la política se conocían los riesgos no sólo del exilio sino también de los campos de concentración, las cárceles o la misma muerte. Hoy las cosas son diferentes; después de haber delinquido es fácil hacerse a la víctima de una tiranía imaginaria; más todavía cuando la llamada oposición ya no puede más por su propia incapacidad y, en cierto modo, es culpable de los excesos que pudieran estar cometiendo los del oficialismo; pero lo que queda es la interrogante general para todos: ¿Quién miente? ¿El que se ha convertido en mercader de la politiquería o el que, sin oposición real en el frente, está tentado de hacer lo que le place? Y las respuestas no pueden ser más que frustrantes porque no sólo se atenta contra el sistema de representación que origina un gobierno sino porque la verdad misma se pone en cuestión.
Cuando la politiquería implicaba impunidad porque el sistema de dependencia-corrupción-impunidad, así lo establecía, no habían "perseguidos" y no había crítica en contra del sistema. Hoy que la justicia empieza a actuar en contra de los delitos de orden público, se denuncia persecución y una "justicia" manipulada, olvidando el pasado reciente.
En este ambiente mercantil de politiquería donde ya no sirven ni valen las ideas, las ideologías, los valores individuales y colectivos, es fácil que aparezcan impostores y se cuelen también algunas injusticias. ¿Pero no sería mejor enfrentar nuestros propios actos con valentía y sin comprometer la democracia? Tal vez, nos evitaríamos esos tristes espectáculos denunciando falsas persecuciones o buscando refugio por nuestros actos delictivos.
martes, 29 de mayo de 2012
EL SALARIO
En un sistema monetarista y consumista, nunca estaremos de acuerdo en la fijación del salario y su consecuente justicia y, peor todavía, cuando se tiene al trabajo como una maldición.
Pero de ahí, a aceptar que nuevamente los politiqueros quieran ganar lo que les place y sin control alguno, dista mucho porque lo primero que alguien debe demostrar para hacerse acreedor a un sueldo es que se lo merece.Que no es lo que está ocurriendo con la inmensa mayoría de asambleístas, concejales. consejeros y otros miembros de la cada vez más numerosa burocracia que el ciudadano común debe pagar por el medio directo de los impuestos o el indirecto de las restricciones a su propio bienestar. Por ejemplo, hasta ahora no ha salido ninguna ley estructural, importante, que beneficie al bien común desde los ambientes del legislativo nacional o sus filiales departamentales o municipales; los más de los instrumentos propuestos, aprobados y sancionados no son sino leyes sectoriales que, incluso, resultan sobrando porque la CPE contiene ya disposiciones al respecto.
Pero tanto los problemas de fondo como las respectivas soluciones siguen en el sueño de los justos porque, al parecer, o no hay capacidad suficiente para afrontar este reto o no se quiere hacerlo porque pesan más los intereses privados o de pequeñas comunidades o sectas.
Por lo tanto, ¿merecen los legisladores el sueldo que están cobrando? Si el balance es el que hacemos, la respuesta es contundente: No. Y por eso la respuesta oficial para que se vayan a sus casas, es lógica porque nadie está obligado a ganar lo que no puede justificar.
Y si extendiésemos el ámbito de la interrogante no únicamente entre los trabajadores públicos sino también del sector privado, los resultados serían igualmente desastrosos porque así como hay dirigentes sindicales que ganan por generar conflictos o no hacer nada, los hay también aquellos que hacen lo mismo y ganan bien en el sector privado donde las cosas llegan hasta el insulto, especialmente cuando de la banca se trata o de las empresas que se ponen al borde del abismo para quebrarlas fraudulentamente.
Algunos legisladores pueden pues compararse con los accionistas o directivos de empresas que se envían a la quiebra o que se las tiene simplemente como beneficio del derecho familiar; pero sin aportar nada, sólo para el usufructo y, con razón, hablan los japoneses, verbigracia, cuando dicen: "de pobres a pobres en tres generaciones"; porque así como los padres crean un emprendimiento y los hijos ayudan, a veces, en su consolidación, vienen los nietos y lo despilfarran todo. También con la democracia está sucediendo y no son precisamente los demócratas de convicción lo que ganan o pueden ganar más sino los oportunistas, los acostumbrados a vivir del prójimo, los que, como decía Salamanca, siembran nabos en las espaldas de los bolivianos.
Pero de ahí, a aceptar que nuevamente los politiqueros quieran ganar lo que les place y sin control alguno, dista mucho porque lo primero que alguien debe demostrar para hacerse acreedor a un sueldo es que se lo merece.Que no es lo que está ocurriendo con la inmensa mayoría de asambleístas, concejales. consejeros y otros miembros de la cada vez más numerosa burocracia que el ciudadano común debe pagar por el medio directo de los impuestos o el indirecto de las restricciones a su propio bienestar. Por ejemplo, hasta ahora no ha salido ninguna ley estructural, importante, que beneficie al bien común desde los ambientes del legislativo nacional o sus filiales departamentales o municipales; los más de los instrumentos propuestos, aprobados y sancionados no son sino leyes sectoriales que, incluso, resultan sobrando porque la CPE contiene ya disposiciones al respecto.
Pero tanto los problemas de fondo como las respectivas soluciones siguen en el sueño de los justos porque, al parecer, o no hay capacidad suficiente para afrontar este reto o no se quiere hacerlo porque pesan más los intereses privados o de pequeñas comunidades o sectas.
Por lo tanto, ¿merecen los legisladores el sueldo que están cobrando? Si el balance es el que hacemos, la respuesta es contundente: No. Y por eso la respuesta oficial para que se vayan a sus casas, es lógica porque nadie está obligado a ganar lo que no puede justificar.
Y si extendiésemos el ámbito de la interrogante no únicamente entre los trabajadores públicos sino también del sector privado, los resultados serían igualmente desastrosos porque así como hay dirigentes sindicales que ganan por generar conflictos o no hacer nada, los hay también aquellos que hacen lo mismo y ganan bien en el sector privado donde las cosas llegan hasta el insulto, especialmente cuando de la banca se trata o de las empresas que se ponen al borde del abismo para quebrarlas fraudulentamente.
Algunos legisladores pueden pues compararse con los accionistas o directivos de empresas que se envían a la quiebra o que se las tiene simplemente como beneficio del derecho familiar; pero sin aportar nada, sólo para el usufructo y, con razón, hablan los japoneses, verbigracia, cuando dicen: "de pobres a pobres en tres generaciones"; porque así como los padres crean un emprendimiento y los hijos ayudan, a veces, en su consolidación, vienen los nietos y lo despilfarran todo. También con la democracia está sucediendo y no son precisamente los demócratas de convicción lo que ganan o pueden ganar más sino los oportunistas, los acostumbrados a vivir del prójimo, los que, como decía Salamanca, siembran nabos en las espaldas de los bolivianos.
lunes, 28 de mayo de 2012
FUGA DE CAPITALES
La fuga de capitales, capitales golondrina, corralitos; todos los males del vil metal se ciernen sobre los pueblos denominados no desarrollados, precisamente, porque no están completamente dominados por el dinero.
El último ejemplo lo estamos viviendo en Bolivia donde se repite una operación que dio al traste con las esperanzas de los bolivianos: tener una buena línea aérea. Porque tanto el LAB como AEROSUR han sido desangradas por sus propios directivos que no sólo fugaron sino que se llevaron el dinero ajeno hasta el exterior y decimos ajeno, porque no únicamente se trata de cuotas o ganancias sino también el producto de la venta fraudulenta de pasajes o la forma dudosa en que los aviones prestan eventualmente servicios. Claro, con las "excusas" de la mala acción del "Estado", que no se prestó a las malas maniobras y es víctima de los malos manejos porque hay también defraudación fiscal; todo es reiterativamente malo mientras conviene.
Los casos similares en la América Latina son miles, desde la época de la "atracción de capitales" que llevó a la quiebra la industria o la economía de varios países, hasta la quiebra de empresas que parecen regirse por el nuevo y artero axioma: es más beneficioso quebrar un banco que fundarlo. Mientras tanto, la población no sabe qué partido tomar porque la manipulación que se hace de los medios, con informaciones falsas o a medias, y no permite saber quién es el real culpable. Si la empresa misma por su accionar fraudulento o el Gobierno por una supuesta falta de apoyo, que se reclama enfáticamente mientras hay inestabilidad pero no se permite su intervención u opinión a la hora de hacer cuentas y pagar impuestos.
Lo malo es que esta práctica fraudulenta de manejar las "inversiones" puede generar también efectos más nocivos todavía cuando lo que se frustra es una industria; como sucede actualmente con el hierro del Mutún o se dio cuando el Acuerdo de Cartagena nos adjudicó generosamente la industria pesada y no producíamos un clavo independientemente.
Hay pues algo siniestro que siempre se maneja tanto en el crédito como en la ayuda internacional que sorprende no sólo nuestra inteligencia sino nuestra ingenuidad. ¿Quiénes, por ejemplo, se beneficiaron con el "corralito" que creó más pobres que hambruna o las plagas repetidas en la Argentina? Habría que preguntarles a los que, horas antes, retiraron en camiones sus capitales con destino desconocido y nunca se dieron por enterados de la operación que puso en vilo a la nación hermana, gobernadores de entonces incluidos.
Tampoco hay que olvidar que, muchas veces, los "tecnócratas" más acreditados por el propio sistema son quienes ponen la cadena de la esclavitud y del entreguismo, como ha sucedido dentro de la patria como en Argentina, Uruguay, Chile y muchos otros. ¿Será que con todas estas lacras que hay que achacarlas al materialismo del vil metal, todavía los capitalistas piensan que no hay que buscar caminos alternativos y, entre ellos, el socialismo? ¿Así sea otro fracaso internacional como el marxismo de la ex URSS? ¿Y todavía tienen el cinismo de pedir garantías y hay tontos que les creen?
Fuga de capitales, fuga de cerebros, fuga de estafadores; todo parece coordinado para causar daño a los que queremos vencer el subdesarrollo, aunque sea economicista.
El último ejemplo lo estamos viviendo en Bolivia donde se repite una operación que dio al traste con las esperanzas de los bolivianos: tener una buena línea aérea. Porque tanto el LAB como AEROSUR han sido desangradas por sus propios directivos que no sólo fugaron sino que se llevaron el dinero ajeno hasta el exterior y decimos ajeno, porque no únicamente se trata de cuotas o ganancias sino también el producto de la venta fraudulenta de pasajes o la forma dudosa en que los aviones prestan eventualmente servicios. Claro, con las "excusas" de la mala acción del "Estado", que no se prestó a las malas maniobras y es víctima de los malos manejos porque hay también defraudación fiscal; todo es reiterativamente malo mientras conviene.
Los casos similares en la América Latina son miles, desde la época de la "atracción de capitales" que llevó a la quiebra la industria o la economía de varios países, hasta la quiebra de empresas que parecen regirse por el nuevo y artero axioma: es más beneficioso quebrar un banco que fundarlo. Mientras tanto, la población no sabe qué partido tomar porque la manipulación que se hace de los medios, con informaciones falsas o a medias, y no permite saber quién es el real culpable. Si la empresa misma por su accionar fraudulento o el Gobierno por una supuesta falta de apoyo, que se reclama enfáticamente mientras hay inestabilidad pero no se permite su intervención u opinión a la hora de hacer cuentas y pagar impuestos.
Lo malo es que esta práctica fraudulenta de manejar las "inversiones" puede generar también efectos más nocivos todavía cuando lo que se frustra es una industria; como sucede actualmente con el hierro del Mutún o se dio cuando el Acuerdo de Cartagena nos adjudicó generosamente la industria pesada y no producíamos un clavo independientemente.
Hay pues algo siniestro que siempre se maneja tanto en el crédito como en la ayuda internacional que sorprende no sólo nuestra inteligencia sino nuestra ingenuidad. ¿Quiénes, por ejemplo, se beneficiaron con el "corralito" que creó más pobres que hambruna o las plagas repetidas en la Argentina? Habría que preguntarles a los que, horas antes, retiraron en camiones sus capitales con destino desconocido y nunca se dieron por enterados de la operación que puso en vilo a la nación hermana, gobernadores de entonces incluidos.
Tampoco hay que olvidar que, muchas veces, los "tecnócratas" más acreditados por el propio sistema son quienes ponen la cadena de la esclavitud y del entreguismo, como ha sucedido dentro de la patria como en Argentina, Uruguay, Chile y muchos otros. ¿Será que con todas estas lacras que hay que achacarlas al materialismo del vil metal, todavía los capitalistas piensan que no hay que buscar caminos alternativos y, entre ellos, el socialismo? ¿Así sea otro fracaso internacional como el marxismo de la ex URSS? ¿Y todavía tienen el cinismo de pedir garantías y hay tontos que les creen?
Fuga de capitales, fuga de cerebros, fuga de estafadores; todo parece coordinado para causar daño a los que queremos vencer el subdesarrollo, aunque sea economicista.
domingo, 27 de mayo de 2012
EVODEPENDENCIA
En Bolivia, tanto la oposición como el oficialismo han entrado en una aguda Evodependencia que, en lugar de beneficiar al alguien, perjudica tremendamente a todos porque no permite percibir bien ni los problemas ni las soluciones, es decir, nos sustrae de la realidad.
Ya se trate de los que creen estar haciendo oposición y no dejan pasar un estornudo del Primer Mandatario y se refieren a él tosa o no tosa; hasta los médicos que exigían reunirse con él o con nadie, hay un amplio espectro de situaciones que, más que nada, son una simple y llana Evodependencia pues también los del oficialismo lo invocan para nombrar sus virtudes como excusar sus flaquezas.
Y, reiteramos, es negativa esta dependencia porque al sustraernos de la realidad nos hace vivir de la mentira o la ficción; la primera por la variedad de cosas que se le endilgan sean ciertas o no y, la segunda, porque la irrealidad de las cosas que se pueden decir sobre el estado de la economía y del país en general; no nos permite ver si, efectivamente, vamos bien o tenemos que hacer urgentes ajustes por todas partes.
A tanto ha llegado esta dependencia que hasta la mismísima Central Obrera Boliviana, que siempre se ha manejado como un partido más de la politiquería, pese a lo que puedan decir sus áulicos, se ha decantado por crear su propio partido y, consiguientemente, hacer su otra particular dependencia como si la simple copia fuese la solución de algo y, lo peor, sin tener líder identificable alguno.
Llega hasta el ridículo en algunas personas o entidades porque sin hacer alguna alusión al Presidente no pueden vivir ni decir nada; que el Evo, que el Evito, que el "indio", son apenas unas muestras más que frecuentes de esta adicción.
Pero por detrás, hay un mar de fondo que no se quiere percibir, precisamente, por la Evodependencia. Ahí está la urgente necesidad de reformas constitucionales para no seguir ese tira y afloja entre sectarismos suicidas y desconocimientos del bien común; esa desatada ambición que se ha creado en algunos "indígenas" que no sólo quieren hacerse cargo de la explotación de minerales sino también de hidrocarburos o del tráfico de madera de nuestros bosques, parques o reservas; la tendencia a seguir los intereses particulares que los del colectivo nacional y, en fin, esta suerte de alienación al neoliberalismo por medio de un discurso "socialista" que varía desde el tinte más extremista y estalinista, hasta la tolerancia con la explotación liberal que nos esclaviza a través de la demagogia y nos quiere entregar al capricho e irracionalidad de grupos minoritarios que ni siquiera saben qué quieren, como el de los trotskistas que aprovechan cualquier cosa para también ellos subirse al carro de la Evodependencia.
Ojalá podamos encontrar el camino para deshacernos de esta alienación y hallar la senda de la justicia, la paz y la concordia, tal vez, recordando también aquella jornada de las heroínas de la Coronilla donde las mujeres no sólo pusieron la razón sino también el brazo en pos de la libertad y de la patria, legándonos esas ansias de independencia que hay seguir para desalienarnos del consumismo y del mercado para homenajear a la madre y regresar a los valores individuales y colectivos.
Ya se trate de los que creen estar haciendo oposición y no dejan pasar un estornudo del Primer Mandatario y se refieren a él tosa o no tosa; hasta los médicos que exigían reunirse con él o con nadie, hay un amplio espectro de situaciones que, más que nada, son una simple y llana Evodependencia pues también los del oficialismo lo invocan para nombrar sus virtudes como excusar sus flaquezas.
Y, reiteramos, es negativa esta dependencia porque al sustraernos de la realidad nos hace vivir de la mentira o la ficción; la primera por la variedad de cosas que se le endilgan sean ciertas o no y, la segunda, porque la irrealidad de las cosas que se pueden decir sobre el estado de la economía y del país en general; no nos permite ver si, efectivamente, vamos bien o tenemos que hacer urgentes ajustes por todas partes.
A tanto ha llegado esta dependencia que hasta la mismísima Central Obrera Boliviana, que siempre se ha manejado como un partido más de la politiquería, pese a lo que puedan decir sus áulicos, se ha decantado por crear su propio partido y, consiguientemente, hacer su otra particular dependencia como si la simple copia fuese la solución de algo y, lo peor, sin tener líder identificable alguno.
Llega hasta el ridículo en algunas personas o entidades porque sin hacer alguna alusión al Presidente no pueden vivir ni decir nada; que el Evo, que el Evito, que el "indio", son apenas unas muestras más que frecuentes de esta adicción.
Pero por detrás, hay un mar de fondo que no se quiere percibir, precisamente, por la Evodependencia. Ahí está la urgente necesidad de reformas constitucionales para no seguir ese tira y afloja entre sectarismos suicidas y desconocimientos del bien común; esa desatada ambición que se ha creado en algunos "indígenas" que no sólo quieren hacerse cargo de la explotación de minerales sino también de hidrocarburos o del tráfico de madera de nuestros bosques, parques o reservas; la tendencia a seguir los intereses particulares que los del colectivo nacional y, en fin, esta suerte de alienación al neoliberalismo por medio de un discurso "socialista" que varía desde el tinte más extremista y estalinista, hasta la tolerancia con la explotación liberal que nos esclaviza a través de la demagogia y nos quiere entregar al capricho e irracionalidad de grupos minoritarios que ni siquiera saben qué quieren, como el de los trotskistas que aprovechan cualquier cosa para también ellos subirse al carro de la Evodependencia.
Ojalá podamos encontrar el camino para deshacernos de esta alienación y hallar la senda de la justicia, la paz y la concordia, tal vez, recordando también aquella jornada de las heroínas de la Coronilla donde las mujeres no sólo pusieron la razón sino también el brazo en pos de la libertad y de la patria, legándonos esas ansias de independencia que hay seguir para desalienarnos del consumismo y del mercado para homenajear a la madre y regresar a los valores individuales y colectivos.
sábado, 26 de mayo de 2012
LOS RECURSOS NATURALES
La explotación de nuestros recursos naturales requiere de más de un comentario porque, generalmente, trae mucha demagogia desde arriba y también desde abajo; ya que no se toma en cuenta la variedad de asuntos que implica.
Ya hemos visto cómo, en el caso del litio y del hierro, las expectativas no son buenas porque también las transnacionales tienen su juego obstruccionista y porque la cuestión puede ser vilmente manipulada. Pero no es primera vez que sucede en nuestra historia; ahí está el ejemplo de la falta de fundiciones de estaño no sólo para metalizar ese mineral sino también para evitar la fuga encubierta de otros que lo acompañan en las llamadas "barrillas" y que, en determinado momento, resultaban de mejor cotización que lo que se pagaba por el mineral que hizo de Patiño un potentado. Está también el "pimponeo" del oro que, gracias a la complicidad de gobiernos liberales, se exportaba y retornaba furtivamente para evadir impuestos y para generar más ganancias a través de los "incentivos" a la exportación; tenemos el boro, el litio, el sodio y el potasio que se explotan clandestinamente en la frontera con Chile y no reportan un centavo al erario nacional. Y, por mucho que no se crea, también nuestros "indígenas" han incursionado en el negocio del contrabando de madera y aunque se desgarran las vestiduras por la deforestación de sus ambientes y otras demagogias manejadas por ONGs y comparsas afines, no le hicieron ningún asquito a la venta de maderas finas y no tan finas y pretenden continuar así.
Podríamos también traer a colación la cuestión de la goma, el petróleo o, últimamente, el gas que no han satisfecho plenamente las esperanzas de industrialización de nuestros suelo y se siguen debatiendo en una incertidumbre que, muchas veces, se esconde o se agranda, de acuerdo a las conveniencias partidistas.
En torno a la explotación de recursos naturales si bien una de las condiciones principales es la propiedad o el dominio sobre los mismos no termina ahí, porque hay que tener capacidad científica y tecnológica para elaborar los productos finales y es ahí donde siempre nos han agarrado los "grandes" para seguir explotándonos; así se trate de "capitalistas" o de "comunistas" que, para el caso, es lo mismo.
Y, como si fuera poco, mientras nos desentendemos de los verdaderos problemas de la explotación de nuestros recursos naturales o nos enfrascamos en pequeñas y miserables luchas intestinas se nos distrae también con problemas falsos y hasta absurdos como aquello de poner en la mesa del debate la cuestión del matrimonio de los pervertidos o la supuesta "masacre" contra "indígenas" y su consiguiente y urgente aclaración.
Nuevamente, tenemos que admitir que nuestra Universidad no ha cumplido su papel y que sigamos en las mismas condiciones del siglo anterior tiene que ver con ese fracaso de la búsqueda de ciencia y tecnología porque en la Casa Superior no hay ni una ni otra y todo se reduce a un feudo, a un coto de explotación materialista y hedonista.
Si de criticar se trata, sería mejor analizar bien a quién o quiénes para no ser injustos y para encontrar realmente soluciones
Ya hemos visto cómo, en el caso del litio y del hierro, las expectativas no son buenas porque también las transnacionales tienen su juego obstruccionista y porque la cuestión puede ser vilmente manipulada. Pero no es primera vez que sucede en nuestra historia; ahí está el ejemplo de la falta de fundiciones de estaño no sólo para metalizar ese mineral sino también para evitar la fuga encubierta de otros que lo acompañan en las llamadas "barrillas" y que, en determinado momento, resultaban de mejor cotización que lo que se pagaba por el mineral que hizo de Patiño un potentado. Está también el "pimponeo" del oro que, gracias a la complicidad de gobiernos liberales, se exportaba y retornaba furtivamente para evadir impuestos y para generar más ganancias a través de los "incentivos" a la exportación; tenemos el boro, el litio, el sodio y el potasio que se explotan clandestinamente en la frontera con Chile y no reportan un centavo al erario nacional. Y, por mucho que no se crea, también nuestros "indígenas" han incursionado en el negocio del contrabando de madera y aunque se desgarran las vestiduras por la deforestación de sus ambientes y otras demagogias manejadas por ONGs y comparsas afines, no le hicieron ningún asquito a la venta de maderas finas y no tan finas y pretenden continuar así.
Podríamos también traer a colación la cuestión de la goma, el petróleo o, últimamente, el gas que no han satisfecho plenamente las esperanzas de industrialización de nuestros suelo y se siguen debatiendo en una incertidumbre que, muchas veces, se esconde o se agranda, de acuerdo a las conveniencias partidistas.
En torno a la explotación de recursos naturales si bien una de las condiciones principales es la propiedad o el dominio sobre los mismos no termina ahí, porque hay que tener capacidad científica y tecnológica para elaborar los productos finales y es ahí donde siempre nos han agarrado los "grandes" para seguir explotándonos; así se trate de "capitalistas" o de "comunistas" que, para el caso, es lo mismo.
Y, como si fuera poco, mientras nos desentendemos de los verdaderos problemas de la explotación de nuestros recursos naturales o nos enfrascamos en pequeñas y miserables luchas intestinas se nos distrae también con problemas falsos y hasta absurdos como aquello de poner en la mesa del debate la cuestión del matrimonio de los pervertidos o la supuesta "masacre" contra "indígenas" y su consiguiente y urgente aclaración.
Nuevamente, tenemos que admitir que nuestra Universidad no ha cumplido su papel y que sigamos en las mismas condiciones del siglo anterior tiene que ver con ese fracaso de la búsqueda de ciencia y tecnología porque en la Casa Superior no hay ni una ni otra y todo se reduce a un feudo, a un coto de explotación materialista y hedonista.
Si de criticar se trata, sería mejor analizar bien a quién o quiénes para no ser injustos y para encontrar realmente soluciones
viernes, 25 de mayo de 2012
BUENAS INTENCIONES
El dicho popular de: "el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones", tiene muchas interpretaciones porque, efectivamente, no bastan las buenas intenciones sino que hay que completarlas con actitudes, con conocimiento, oportunidad y, aunque no se crea, independencia.
La América Latina está sembrada también de buenas intenciones a lo largo de su historia que no sólo hacen a la búsqueda permanente de libertad, de soberanía, de identidad sino también al crecimiento, a la industrialización. En el caso particular de Bolivia, aunque la buena voluntad de buenos gobernantes sugería la ocupación del territorio nacional, la redistribución de la población en toda su extensión geográfica, la colonización interna, como en determinado momento se llamó a la necesidad de crear corrientes migratorias hacia las fronteras, no hay duda que no pasa de la teoría y por eso es que tenemos ciudades hipertrofiadas y con riesgo de mayor conflictividad todavía, mientras nuestras fronteras con sus recursos naturales continúan en el abandono.
Por esto es que el tema del Mutún, no es una cuestión de simple demagogia regional o nacionalista sino de planes y proyectos, que tampoco deben reducirse a la venta de esponjas o materia prima sino al establecimiento de una verdadera industria siderúrgica con el mayor valor agregado posible y la extensión del propio mercado interno del hierro.
Por lo demás, hay que tener mucho cuidado con las licitaciones internacionales porque la historia nos muestra cómo algunas empresas, han servido más bien para frustrar nuestras esperanzas que para concretarlas. Pero también hay que tener cuidado con los emprendimientos internos porque hay que reconocer que no tenemos ni ciencia ni tecnología suficiente como para encarar la empresa. ¿Qué hacer? Pues actuar racionalmente y en función de los intereses nacionales, para evitar la manipulación, esa artera oportunidad de buscar culpables sin ofrecer nada. Y hay que hacerlo de la mano de la concordia, del bien común, de la racionalidad; lo mismo en el caso del Mutún que del litio y los salares que también estuvimos en el riesgo de dejar nada más que en la exportación de salmueras para que otros se hagan ricos, mientras nosotros permanecíamos en la pobreza.
Y aquí está la importancia de la Universidad y su aporte postergado por decenas de años. Porque, hasta el momento, sólo excepcionalmente ofrece ciencia o tecnología y se contenta con engordar los bolsillos de sus eventuales usufructuarios o administradores. Si hubiese cumplido su papel, hace ya bastante tiempo que varios proyectos estarían en ejecución no sólo en cuanto al hierro o el litio sino también en la mejora de toda la productividad nacional; cosa que no sucede ni va a suceder en un futuro inmediato porque la Universidad se ha convertido en otro feudo que explotar por la politiquería soez y antinacional de las izquierdas derechizadas.
No bastan las buenas intenciones y sólo el conocimiento nos puede dar independencia y crecimiento. Pues hay que buscarlos y repatriar los recursos humanos que tengamos a lo largo y ancho del mundo. Y hay que hacerlo ya, antes que los "cívicos" nos enfrente nuevamente.
La América Latina está sembrada también de buenas intenciones a lo largo de su historia que no sólo hacen a la búsqueda permanente de libertad, de soberanía, de identidad sino también al crecimiento, a la industrialización. En el caso particular de Bolivia, aunque la buena voluntad de buenos gobernantes sugería la ocupación del territorio nacional, la redistribución de la población en toda su extensión geográfica, la colonización interna, como en determinado momento se llamó a la necesidad de crear corrientes migratorias hacia las fronteras, no hay duda que no pasa de la teoría y por eso es que tenemos ciudades hipertrofiadas y con riesgo de mayor conflictividad todavía, mientras nuestras fronteras con sus recursos naturales continúan en el abandono.
Por esto es que el tema del Mutún, no es una cuestión de simple demagogia regional o nacionalista sino de planes y proyectos, que tampoco deben reducirse a la venta de esponjas o materia prima sino al establecimiento de una verdadera industria siderúrgica con el mayor valor agregado posible y la extensión del propio mercado interno del hierro.
Por lo demás, hay que tener mucho cuidado con las licitaciones internacionales porque la historia nos muestra cómo algunas empresas, han servido más bien para frustrar nuestras esperanzas que para concretarlas. Pero también hay que tener cuidado con los emprendimientos internos porque hay que reconocer que no tenemos ni ciencia ni tecnología suficiente como para encarar la empresa. ¿Qué hacer? Pues actuar racionalmente y en función de los intereses nacionales, para evitar la manipulación, esa artera oportunidad de buscar culpables sin ofrecer nada. Y hay que hacerlo de la mano de la concordia, del bien común, de la racionalidad; lo mismo en el caso del Mutún que del litio y los salares que también estuvimos en el riesgo de dejar nada más que en la exportación de salmueras para que otros se hagan ricos, mientras nosotros permanecíamos en la pobreza.
Y aquí está la importancia de la Universidad y su aporte postergado por decenas de años. Porque, hasta el momento, sólo excepcionalmente ofrece ciencia o tecnología y se contenta con engordar los bolsillos de sus eventuales usufructuarios o administradores. Si hubiese cumplido su papel, hace ya bastante tiempo que varios proyectos estarían en ejecución no sólo en cuanto al hierro o el litio sino también en la mejora de toda la productividad nacional; cosa que no sucede ni va a suceder en un futuro inmediato porque la Universidad se ha convertido en otro feudo que explotar por la politiquería soez y antinacional de las izquierdas derechizadas.
No bastan las buenas intenciones y sólo el conocimiento nos puede dar independencia y crecimiento. Pues hay que buscarlos y repatriar los recursos humanos que tengamos a lo largo y ancho del mundo. Y hay que hacerlo ya, antes que los "cívicos" nos enfrente nuevamente.
jueves, 24 de mayo de 2012
LOS "PERIODISTOS"
En el medio local cuando uno quiere referirse a algún improvisado que hace mal uso de la profesión de periodista, se dice que se trata de un "periodisto".
Y, una vez más, tenemos como base una caricatura del diario Página 12 argentino, que nos ofrece una donde el que informa informa expresa: "Dice que Cristina tiene gripe" y replica el otro: "Quién dice". "El médico", retruca el interpelado, "pero que dice la prensa independiente, en cuestiones de salud es siempre mejor tener una segunda opinión".
Y es que, desde hace tiempo, muchos "periodistos" en el mundo entero no sólo hacen de informadores o mensajeros sino también de expertos o críticos de arte, sibaritas, sería mucho decir gourmets, expertos en tauromaquia, analistas políticos, entrenados en belleza animal o humana y, en fin, no hay campo donde se les pueda poner en ridículo, aunque generalmente lo hacen.
No es que esos sujetos se sientan capaces de opinar en todo sino que las circunstancias los obligan; ha habido, incluso, algunos casos en que un periodista deportivo tenía que dar su diagnóstico sobre las lesiones de los jugadores, urgido por su jefe que no entendía que no basta la mirada o la buena intención para hacer tal cosa, por mucho que se esté estudiando medicina o se haya egresado de la carrera.
Claro que también hay los otros; los que se sienten capaces de todo, desde degustar un calamar con porotos, hasta opinar sobre la teoría de la relatividad y el acelerador en funcionamiento en Francia, así como el intento de reproducir el big ban o afirmar que los mayas tenían o no la razón en su calendario milenario.
Lo peor es que la gente les cree. No es raro escuchar decir: "en la radio han dicho", "en la tele he escuchado", para dar por sentadas las verdades irrefutables de los "periodistos" que, contrariamente a la razón, contribuyen a mantener el sofisma ese del "cuarto poder" o la imparcialidad de la prensa mundial controlada por las transnacionales. Para peor, es cada vez más precario el manejo del lenguaje y se hace con él lo que les viene en gana a "internautas" u otros improvisados que excusan su ignorancia en las "exigencias de las nuevas tecnologías".
Con cuanta razón un antiguo catedrático decía: "No hay por qué decirle públicamente alcahuete a alguien, cuando se le puede decir, trota conventos sin recurrir a la grosería". Y es verdad, especialmente el español es una lengua tan grande, tan dispuesta a ofrecernos giros y significados llenos de sabiduría y elegancia, que lo peor que podemos hacerle es recurrir a lo soez, a los ajos y cebollas cual si se tratase de ser "moderno", "libre", de que tan llenos están los "medios" actualmente y que, peligrosamente, se extiende a la literatura misma y que, en algunos casos, más que un atractivo es un repulsivo por la pública declaración de incapacidad en el manejo del idioma.
Que un periodista sea culto e informado, no quiere decir que sea experto en todo y de sus opiniones pavoneándose ante las cámaras, cuando lo que, en verdad, está haciendo es generar lástima.
Y, una vez más, tenemos como base una caricatura del diario Página 12 argentino, que nos ofrece una donde el que informa informa expresa: "Dice que Cristina tiene gripe" y replica el otro: "Quién dice". "El médico", retruca el interpelado, "pero que dice la prensa independiente, en cuestiones de salud es siempre mejor tener una segunda opinión".
Y es que, desde hace tiempo, muchos "periodistos" en el mundo entero no sólo hacen de informadores o mensajeros sino también de expertos o críticos de arte, sibaritas, sería mucho decir gourmets, expertos en tauromaquia, analistas políticos, entrenados en belleza animal o humana y, en fin, no hay campo donde se les pueda poner en ridículo, aunque generalmente lo hacen.
No es que esos sujetos se sientan capaces de opinar en todo sino que las circunstancias los obligan; ha habido, incluso, algunos casos en que un periodista deportivo tenía que dar su diagnóstico sobre las lesiones de los jugadores, urgido por su jefe que no entendía que no basta la mirada o la buena intención para hacer tal cosa, por mucho que se esté estudiando medicina o se haya egresado de la carrera.
Claro que también hay los otros; los que se sienten capaces de todo, desde degustar un calamar con porotos, hasta opinar sobre la teoría de la relatividad y el acelerador en funcionamiento en Francia, así como el intento de reproducir el big ban o afirmar que los mayas tenían o no la razón en su calendario milenario.
Lo peor es que la gente les cree. No es raro escuchar decir: "en la radio han dicho", "en la tele he escuchado", para dar por sentadas las verdades irrefutables de los "periodistos" que, contrariamente a la razón, contribuyen a mantener el sofisma ese del "cuarto poder" o la imparcialidad de la prensa mundial controlada por las transnacionales. Para peor, es cada vez más precario el manejo del lenguaje y se hace con él lo que les viene en gana a "internautas" u otros improvisados que excusan su ignorancia en las "exigencias de las nuevas tecnologías".
Con cuanta razón un antiguo catedrático decía: "No hay por qué decirle públicamente alcahuete a alguien, cuando se le puede decir, trota conventos sin recurrir a la grosería". Y es verdad, especialmente el español es una lengua tan grande, tan dispuesta a ofrecernos giros y significados llenos de sabiduría y elegancia, que lo peor que podemos hacerle es recurrir a lo soez, a los ajos y cebollas cual si se tratase de ser "moderno", "libre", de que tan llenos están los "medios" actualmente y que, peligrosamente, se extiende a la literatura misma y que, en algunos casos, más que un atractivo es un repulsivo por la pública declaración de incapacidad en el manejo del idioma.
Que un periodista sea culto e informado, no quiere decir que sea experto en todo y de sus opiniones pavoneándose ante las cámaras, cuando lo que, en verdad, está haciendo es generar lástima.
miércoles, 23 de mayo de 2012
CURIOSIDADES Y PARADOJAS
Aunque todo el mundo está lleno de curiosidades y paradojas, podemos comentar algunas internas que darían mucho que hablar si estas contradicciones salieran a la luz pública; que no lo hacen porque o no se las percibe o no se las quiere percibir.
Mucho se habla de discriminación y hay que desgarrarse las vestiduras, especialmente, si se produce con los pobres; pero resulta que el gobierno municipal del Cercado, a la cabeza del cantor que renegó del poncho y el charango, hace precisamente eso: discriminar, al intentar quitar algunos muebles y computadoras entregadas a unidades educativas públicas de convenio que funcionan en barrios de población "carenciada" como se dice eufemísticamente. No sabemos si responde a una política oficial desde el Ministerio respectivo o es una simple ocurrencia del aspirante frustrado a folclorista.
Otra contradicción se da cuando "dirigentes cívicos" de una institución oriental sumamente cuestionada por anteriores actuaciones, ahora quiere recuperar hegemonía haciendo lo que el mismo Gobierno hace: Cuestionar la explotación del Mutún, por una empresa que, al parecer, se contenta con exportar materia prima y no piensa agregar valor ninguno.
Como si fuera poco y después de anunciar varias veces que la DEA ha sido oficialmente expulsada y ya no actúa en el país, sus tentáculos se siguen moviendo a través de un prisionero de tráfico de drogas en EEUU, que, supuestamente, denuncia que también ahora, pues parece que siempre ha sido así, existen personas vinculadas al oficialismo en el delito del que se habla; claro que, como siempre, la denuncia se hace a oscuras, sin dar nombres y tampoco sin decir por qué no se dijo nada al respecto antes de caer en las redes tanto del narcotráfico como de la DEA.
También se habla hasta la saciedad de cambio y de que no se podrá interrumpir el proceso o de la fuerza de las convicciones. Pero he aquí que los concejales y el alcalde, no sólo en el Cercado sino en provincias, dan muestras del más oprobioso politiquerismo al embarcarse en conflictos de sucesión, sabotaje, destitución, elecciones amañadas y hasta pugnas entre suplentes y titulares, desconociendo olímpicamente no sólo sus funciones sino la democracia que tanto se dice respetar.
Mucha teoría también se hace en cuanto al respeto a los pueblos "indígenas" y demás monsergas; pero está visto que los mismos hace tiempo que han sido ganados por el economicismo y ahora disputan su derecho a traficar sus tierras, sus recursos naturales y hasta sus tradiciones, en los mismos términos y condiciones que otros critican sobre el modelo neoliberal o los extremos del mercado.
¿Y sabe usted qué es la banda ancha? La simple definición de tal debiera llevarnos a concluir que, en Bolivia, no la tenemos y estamos lejos de tenerla; pero el mercado está lleno de propaganda que se disputa la mercantilización de velocidades que hacen el ridículo en cuanto a la concepción misma de lo que debe ser la banda ancha.
Agregue las curiosidades y paradojas que percibe diariamente y tendremos un salsa suculenta o tal vez indigesta sobre teorías, conductas, ideologías, éticas y morales, para reír y no ponernos a llorar.
Mucho se habla de discriminación y hay que desgarrarse las vestiduras, especialmente, si se produce con los pobres; pero resulta que el gobierno municipal del Cercado, a la cabeza del cantor que renegó del poncho y el charango, hace precisamente eso: discriminar, al intentar quitar algunos muebles y computadoras entregadas a unidades educativas públicas de convenio que funcionan en barrios de población "carenciada" como se dice eufemísticamente. No sabemos si responde a una política oficial desde el Ministerio respectivo o es una simple ocurrencia del aspirante frustrado a folclorista.
Otra contradicción se da cuando "dirigentes cívicos" de una institución oriental sumamente cuestionada por anteriores actuaciones, ahora quiere recuperar hegemonía haciendo lo que el mismo Gobierno hace: Cuestionar la explotación del Mutún, por una empresa que, al parecer, se contenta con exportar materia prima y no piensa agregar valor ninguno.
Como si fuera poco y después de anunciar varias veces que la DEA ha sido oficialmente expulsada y ya no actúa en el país, sus tentáculos se siguen moviendo a través de un prisionero de tráfico de drogas en EEUU, que, supuestamente, denuncia que también ahora, pues parece que siempre ha sido así, existen personas vinculadas al oficialismo en el delito del que se habla; claro que, como siempre, la denuncia se hace a oscuras, sin dar nombres y tampoco sin decir por qué no se dijo nada al respecto antes de caer en las redes tanto del narcotráfico como de la DEA.
También se habla hasta la saciedad de cambio y de que no se podrá interrumpir el proceso o de la fuerza de las convicciones. Pero he aquí que los concejales y el alcalde, no sólo en el Cercado sino en provincias, dan muestras del más oprobioso politiquerismo al embarcarse en conflictos de sucesión, sabotaje, destitución, elecciones amañadas y hasta pugnas entre suplentes y titulares, desconociendo olímpicamente no sólo sus funciones sino la democracia que tanto se dice respetar.
Mucha teoría también se hace en cuanto al respeto a los pueblos "indígenas" y demás monsergas; pero está visto que los mismos hace tiempo que han sido ganados por el economicismo y ahora disputan su derecho a traficar sus tierras, sus recursos naturales y hasta sus tradiciones, en los mismos términos y condiciones que otros critican sobre el modelo neoliberal o los extremos del mercado.
¿Y sabe usted qué es la banda ancha? La simple definición de tal debiera llevarnos a concluir que, en Bolivia, no la tenemos y estamos lejos de tenerla; pero el mercado está lleno de propaganda que se disputa la mercantilización de velocidades que hacen el ridículo en cuanto a la concepción misma de lo que debe ser la banda ancha.
Agregue las curiosidades y paradojas que percibe diariamente y tendremos un salsa suculenta o tal vez indigesta sobre teorías, conductas, ideologías, éticas y morales, para reír y no ponernos a llorar.
martes, 22 de mayo de 2012
SORPRENDENTE; PERO....
Aunque ya casi nada nos sorprende, no deja de alarmarnos que las "autoridades de la UMSS" soliciten al gobierno que no se deje actuar a las instancias judiciales, en el caso de los actos vandálicos protagonizados por unos pocos alumnos que, curiosamente, no se portaron "intelectuales" al momento de descargar sus hormonas o frustraciones en contra del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad o la humanidad de los policías. ¿Es que se puede negociar la ley? ¿Enseñarán eso en su Facultad de Derecho? ¿O enseñan el Derecho al revés?
Pero no sólo eso es preocupante sino también que la "gloriosa COB", un organismo sindical nacido desde arriba, desde el poder, ahora resulta que, en los hechos, se ha convertido en un partido más de la politiquería criolla y no sólo que participará en las elecciones con su propio candidato sino que ya actúa como tal y plantea una sarta de absurdos como reivindicaciones.
De otro lado, en el seno mismo de la razón, del debate ideológico y científico, de la amplitud de criterio y tolerancia, teóricamente la universidad, se ha exigido como prueba de la participación en las manifestaciones callejeras, a estudiantes y docentes, fichas de asistencia sin las cuales no podrán tener buenas calificaciones o sus sueldos sin descuento; como en cualquier vulgar manifestación "espontánea", como en el "comerciantado" que es sí como se llaman los contrabandistas y vendedores de piratería que conforman el grueso de la subversión económica en contra del Estado.
Y a algún periódico se la ha ocurrido titular, con carácter alarmante suponemos, que para el Banco Mundial, YPFB no incentiva las inversiones; cuando el problema real no es que las inversiones vengan o no, o si sólo son aves de presa depredadoras de primaveras pasajeras que después se convierten en fuertes inviernos sino que la informalidad está causando estragos en la industria y, por tanto, en la economía estructural de la nación.
Tampoco el ambiente internacional no deja de dejarnos patitiesos cuando, todo Sancho y campante, el presidente chileno acusa a los bolivianos de incumplir el Tratado de 1904, cuando ellos son los que mañosamente han dejado de hacerlo desde el instante mismo de su firma y manejan la cuestión como un dogal para la industria y la economía interna; mientras tratan de expandir sus fronteras dentro de nuestro territorio; gracias a la estulticia de malos bolivianos que se prestan a hacer la labor de sirvientes y traidores.
Y, en cuestiones de "ciencia", se anuncia que el PSA, la prueba para detectar la posibilidad de cáncer de próstata, no sólo que no sirve efectivamente al diagnóstico y tratamiento sino que no deja de ser meramente comercial y, en cierto modo, innecesario para los pacientes de esa sintomatología.
¿Hay algo que les ha sorprendido? No, claro que no; pero no deja de llamar la atención, por lo menos, porque es toda una frustración en un mundo dominado por la "razón".
Pero no sólo eso es preocupante sino también que la "gloriosa COB", un organismo sindical nacido desde arriba, desde el poder, ahora resulta que, en los hechos, se ha convertido en un partido más de la politiquería criolla y no sólo que participará en las elecciones con su propio candidato sino que ya actúa como tal y plantea una sarta de absurdos como reivindicaciones.
De otro lado, en el seno mismo de la razón, del debate ideológico y científico, de la amplitud de criterio y tolerancia, teóricamente la universidad, se ha exigido como prueba de la participación en las manifestaciones callejeras, a estudiantes y docentes, fichas de asistencia sin las cuales no podrán tener buenas calificaciones o sus sueldos sin descuento; como en cualquier vulgar manifestación "espontánea", como en el "comerciantado" que es sí como se llaman los contrabandistas y vendedores de piratería que conforman el grueso de la subversión económica en contra del Estado.
Y a algún periódico se la ha ocurrido titular, con carácter alarmante suponemos, que para el Banco Mundial, YPFB no incentiva las inversiones; cuando el problema real no es que las inversiones vengan o no, o si sólo son aves de presa depredadoras de primaveras pasajeras que después se convierten en fuertes inviernos sino que la informalidad está causando estragos en la industria y, por tanto, en la economía estructural de la nación.
Tampoco el ambiente internacional no deja de dejarnos patitiesos cuando, todo Sancho y campante, el presidente chileno acusa a los bolivianos de incumplir el Tratado de 1904, cuando ellos son los que mañosamente han dejado de hacerlo desde el instante mismo de su firma y manejan la cuestión como un dogal para la industria y la economía interna; mientras tratan de expandir sus fronteras dentro de nuestro territorio; gracias a la estulticia de malos bolivianos que se prestan a hacer la labor de sirvientes y traidores.
Y, en cuestiones de "ciencia", se anuncia que el PSA, la prueba para detectar la posibilidad de cáncer de próstata, no sólo que no sirve efectivamente al diagnóstico y tratamiento sino que no deja de ser meramente comercial y, en cierto modo, innecesario para los pacientes de esa sintomatología.
¿Hay algo que les ha sorprendido? No, claro que no; pero no deja de llamar la atención, por lo menos, porque es toda una frustración en un mundo dominado por la "razón".
lunes, 21 de mayo de 2012
IMPUNIDAD, IMPUNIDAD
Esto del "fuero" se ha convertido en un verdadero sofisma para "sindicalistas" y politiqueros porque se confunde esa libertad de acción, quiérase o no restringida a la razón y la ley, por la impunidad más vulgar y soez. Y, de esta manera, se incurren en excesos como el de denostar contra las autoridades y la ley, atentar contra los bienes públicos y, lo que es peor, desconocer el bien común. Los ejemplos están fresquísimos en la actitud de algunos demagogos del sector salud o los universitarios que han confundido también su protesta, por mucho que hagan de simples tontos útiles, con actos delictivos que el ciudadano común no puede tolerar porque sería ser cómplice del fomento a la anarquía.
Y no es raro que dentro de esos dirigentes "sindicales" aparezcan conocidos oligofrénicos que fungen como trotskistas o socialistas y que son los mejores ejemplos de lo que no debe ser el sindicalismo, la lucha por las reivindicaciones sociales y, en algunos casos, basta verles incluso la cara para adivinar toda esa amargura que transmiten sus rasgos, para saber de la acidez de su lengua.
Lo dijo inteligentemente un gran líder y político mexicano, Juarez: "El respeto al derecho ajeno es la paz". Si ésta fuera la conducta de la mayoría de quienes aparecen como dirigentes sindicales, haciéndole un flaco favor al sindicalismo bien entendido, no tendríamos que estar comentando la actitud subversiva y delictiva en que se incurre por acción u omisión; porque también eso de que "las bases nos han rebasado" o "vamos a bajar a las bases", un claro indicio de cómo se juzga a quienes les han dado un mandato eventual, son parte de la excusa para delinquir y desprestigiar la lucha gremial.
Cerrar los centros de atención de salud, pedir que hasta los servicios de emergencia lo hagan, ejercer violencia contra la autoridad legal, pelear por la preservación de privilegios en contra de la propia CPE, están tipificados en el respectivo código como delitos y habría que tratarlos así, incluso, sin que ellos entren dentro de las "negociaciones" que se suelen hacer para dejar todo en agua de borrajas; porque la ley no puede negociarse.
También escarnecer al prójimo chicoteando a las personas, ejercitar violencia en contra de la ciudadanía en general, interrumpir o restringir los derechos constitucionales, están tipificados como delitos; pero los explotadores del transporte lo hacen cuando les viene en gana y nadie dice nada.
Hay pues todo un abismo entre reivindicación y delito y así debieran comprenderlo quienes están en los estratos sindicales por mucho que, como ahora mismo, se insista en hacer de los sindicatos partidos de la politiquería regional como apuntan en la "gloriosa COB"; porque eso es mantener el sistema de impunidad que ha hecho de Bolivia un país no sólo dependiente sino atrasado y sin posibilidades de despegue real hacia el desarrollo. Día habrá en que nos sentemos los bolivianos para hacer un balance del aporte o perjuicio de las derechas e izquierdas y nada raro que nos encontremos con verdaderas sorpresas, como aquella de concluir que los peores males los recibimos de los "izquierdistas" que nunca tuvieron vergüenza alguna en servir a la "derecha".
Y no es raro que dentro de esos dirigentes "sindicales" aparezcan conocidos oligofrénicos que fungen como trotskistas o socialistas y que son los mejores ejemplos de lo que no debe ser el sindicalismo, la lucha por las reivindicaciones sociales y, en algunos casos, basta verles incluso la cara para adivinar toda esa amargura que transmiten sus rasgos, para saber de la acidez de su lengua.
Lo dijo inteligentemente un gran líder y político mexicano, Juarez: "El respeto al derecho ajeno es la paz". Si ésta fuera la conducta de la mayoría de quienes aparecen como dirigentes sindicales, haciéndole un flaco favor al sindicalismo bien entendido, no tendríamos que estar comentando la actitud subversiva y delictiva en que se incurre por acción u omisión; porque también eso de que "las bases nos han rebasado" o "vamos a bajar a las bases", un claro indicio de cómo se juzga a quienes les han dado un mandato eventual, son parte de la excusa para delinquir y desprestigiar la lucha gremial.
Cerrar los centros de atención de salud, pedir que hasta los servicios de emergencia lo hagan, ejercer violencia contra la autoridad legal, pelear por la preservación de privilegios en contra de la propia CPE, están tipificados en el respectivo código como delitos y habría que tratarlos así, incluso, sin que ellos entren dentro de las "negociaciones" que se suelen hacer para dejar todo en agua de borrajas; porque la ley no puede negociarse.
También escarnecer al prójimo chicoteando a las personas, ejercitar violencia en contra de la ciudadanía en general, interrumpir o restringir los derechos constitucionales, están tipificados como delitos; pero los explotadores del transporte lo hacen cuando les viene en gana y nadie dice nada.
Hay pues todo un abismo entre reivindicación y delito y así debieran comprenderlo quienes están en los estratos sindicales por mucho que, como ahora mismo, se insista en hacer de los sindicatos partidos de la politiquería regional como apuntan en la "gloriosa COB"; porque eso es mantener el sistema de impunidad que ha hecho de Bolivia un país no sólo dependiente sino atrasado y sin posibilidades de despegue real hacia el desarrollo. Día habrá en que nos sentemos los bolivianos para hacer un balance del aporte o perjuicio de las derechas e izquierdas y nada raro que nos encontremos con verdaderas sorpresas, como aquella de concluir que los peores males los recibimos de los "izquierdistas" que nunca tuvieron vergüenza alguna en servir a la "derecha".
domingo, 20 de mayo de 2012
¿VALE O NO VALE?
Después de tantas idas y venidas, de vueltas y revueltas, es lícito preguntarse: ¿El último acuerdo entre Gobierno y los médicos, vale? Porque no vaya a ser que mañana nos digan que, otra vez, se echan atrás y no vale lo que firmaron por esto o lo otro. Lo cierto es que los profesionales, los "intelectuales" están haciendo el ridículo y un triste papel en el conflicto, porque no dicen la verdad y porque recurren a argucias pueriles para dar paso al infantilismo de los trotskos y otras yerbas que quieren pescar en río revuelto; lo mismo que los oportunistas de la "oposición" que no pierden presa para tratar de morder.
Además, hay que preguntarse lógicamente si el acuerdo incluye la suspención de los procesos ordinarios iniciados en contra de algunos vándalos o autores de mala praxis o todo queda en agua de borrajas, una vez más, como casi siempre ha ocurrido.
Hace muchas décadas, era de esperar que de la Universidad saliera la nueva generación de profesionales, científicos y técnicos que ayudaran en el desarrollo nacional y contribuyeran a hacer una nación menos injusta, menos desigual y más equitativa; pero la realidad nos ha convencido, una y otra vez, que eran vanas esperanzas. No sólo porque una gran parte de los profesionales recién egresados tienen que emigrar para buscar mejores perspectivas sino también porque el partidismo sectario sigue siendo un obstáculo insalvable en la designación del personal competente en los sistemas de salud, de educación, de energía. Hemos llegado, incluso, a la situación de fraguar convocatorias a las que sólo les faltaba poner los nombres y apellidos para saber a quién estaban destinadas a favorecer, en una "avivada" más de los profesionales que fungían eventualmente de alguna canonjía en la administración respectiva, varios de los cuales han sido vistos "liderando" el conflicto apenas pasado.
Su cumpliésemos las especificaciones de la CPE, del Código Penal o la Ley del Funcionario Público, muchas de las acciones recientemente desarrolladas debieran dar curso a procesos administrativos o en la justicia ordinaria, sin dilación ni excusa; pero como vivimos en Bolivia, donde la justicia aún no hace acto de presencia por una variedad de motivos y circunstancias, es de esperar que la impunidad continúe; más todavía, cuando se confunde maliciosamente complicidad con solidaridad.
Claro que, para salvar la ley de las excepciones, no todos los egresados universitarios se desligan de su responsabilidad social y es, curiosamente, quienes nos han sido contaminados con la demagogia "marxista", que dan esos ejemplos. Los otros son fanáticos del "socialismo", alegremente reunidos alrededor de una botella de buen whisky.
¿No será que la misma universidad no es otra cosa que fuente de preocupación y frustración para el pueblo? Porque muchos no sabrán leer ni escribir, como otros profesionales, pero eso no quiere decir que no sean inteligentes. Por lo demás, ¿quién ha dicho que Salamanca da lo que la naturaleza no presta? ¿Dónde tiene su origen aquello de: El burro sobre el doctor? Cuidado, no hay que hurgar el avispero.
Además, hay que preguntarse lógicamente si el acuerdo incluye la suspención de los procesos ordinarios iniciados en contra de algunos vándalos o autores de mala praxis o todo queda en agua de borrajas, una vez más, como casi siempre ha ocurrido.
Hace muchas décadas, era de esperar que de la Universidad saliera la nueva generación de profesionales, científicos y técnicos que ayudaran en el desarrollo nacional y contribuyeran a hacer una nación menos injusta, menos desigual y más equitativa; pero la realidad nos ha convencido, una y otra vez, que eran vanas esperanzas. No sólo porque una gran parte de los profesionales recién egresados tienen que emigrar para buscar mejores perspectivas sino también porque el partidismo sectario sigue siendo un obstáculo insalvable en la designación del personal competente en los sistemas de salud, de educación, de energía. Hemos llegado, incluso, a la situación de fraguar convocatorias a las que sólo les faltaba poner los nombres y apellidos para saber a quién estaban destinadas a favorecer, en una "avivada" más de los profesionales que fungían eventualmente de alguna canonjía en la administración respectiva, varios de los cuales han sido vistos "liderando" el conflicto apenas pasado.
Su cumpliésemos las especificaciones de la CPE, del Código Penal o la Ley del Funcionario Público, muchas de las acciones recientemente desarrolladas debieran dar curso a procesos administrativos o en la justicia ordinaria, sin dilación ni excusa; pero como vivimos en Bolivia, donde la justicia aún no hace acto de presencia por una variedad de motivos y circunstancias, es de esperar que la impunidad continúe; más todavía, cuando se confunde maliciosamente complicidad con solidaridad.
Claro que, para salvar la ley de las excepciones, no todos los egresados universitarios se desligan de su responsabilidad social y es, curiosamente, quienes nos han sido contaminados con la demagogia "marxista", que dan esos ejemplos. Los otros son fanáticos del "socialismo", alegremente reunidos alrededor de una botella de buen whisky.
¿No será que la misma universidad no es otra cosa que fuente de preocupación y frustración para el pueblo? Porque muchos no sabrán leer ni escribir, como otros profesionales, pero eso no quiere decir que no sean inteligentes. Por lo demás, ¿quién ha dicho que Salamanca da lo que la naturaleza no presta? ¿Dónde tiene su origen aquello de: El burro sobre el doctor? Cuidado, no hay que hurgar el avispero.
sábado, 19 de mayo de 2012
TIEMPO DEL NO TIEMPO
Cada vez podemos encontrar más certezas en los calendarios mayas y sus pronósticos para los años venideros aunque algunos quieran llevar las aguas al apocalipsis. Pero lo cierto es que dentro de la vida cíclica del universo en general, la tierra no puede escapar y tiene que cumplir sus períodos de decadencia y renovación. Uno de ellos, precisamente, lo estamos viviendo ya con el tiempo del no tiempo, donde no domina la razón sino lo contrario, donde ya no se puede distinguir entre un líder y un impostor, entre la verdad y la mentira y hasta en la "reivindicación" de "derechos" que, más bien, da piedra libre a algunas perversiones y desviaciones.
Y también en nuestra patria se dan estos hechos de falsedad y, uno de ellos, todavía lo vivimos porque la sinrazón se impone en contra de la cordura ya que, pese a los esfuerzos por encontrar soluciones, no sólo que cualquiera puede poner un petardo al preacuerdo entre Gobierno y médicos sino que aún no sale la verdadera razón del movimiento manejado por ex funcionarios públicos: la eliminación de la Ley Financial que pone coto al abuso y manejo arbitrario de los presupuestos universitarios y fiscales.
Porque no hay temas de "dignidad", "docencia" o jornada de trabajo sino un motivo oculto que los mismos profesionales no se animan a destaparlo porque no les conviene someterlo al criterio del ciudadano común: la alienación a la vida burguesa y, por tanto, la hipocresía en cuanto a posiciones socialistas y hasta materialistas.
Y lo mismo sucede con varios otros conflictos como el del TIPNIS pues ya no se trata de una reserva forestal, natural o ambiental sino de ver cómo y quién va a manejar el dinero del tráfico de árboles o cómo se mantiene el salario por explotar sofismas y eufemismos a cargo de las ONGs.
Hasta los propios campesinos están siendo tentados por el economicismo o el monetarismo y de ahí las peleas por la adjudicación o explotación de minas, confundiendo el derecho público con el derecho sectario porque, que sepamos, el suelo, el subsuelo y las fuerzas naturales aprovechables son del Estado y no de particulares, clanes o etnias.
Quiérase o no, estamos viviendo el tiempo del no tiempo, porque es la negación de la realidad, de la ciencia y hasta del arte; porque mientras el cientificismo ha mostrado que es insuficiente para la humanidad, ahora se considera arte cualquier mamarracho y aunque es una muestra de la decadencia del hombre, se dice de "avanzada".
Hay que volver a leer los vaticinios de los mayas y tratar de entender mejor su mensaje para comprender lo que está pasando en el mundo entero y cómo la tiranía de la información, manipulada por las transnacionales, puede distorsionarlo todo y, paradógicamente, ayudar en la decadencia para dar paso a la renovación.
¡Qué tiempo del no tiempo!
Y también en nuestra patria se dan estos hechos de falsedad y, uno de ellos, todavía lo vivimos porque la sinrazón se impone en contra de la cordura ya que, pese a los esfuerzos por encontrar soluciones, no sólo que cualquiera puede poner un petardo al preacuerdo entre Gobierno y médicos sino que aún no sale la verdadera razón del movimiento manejado por ex funcionarios públicos: la eliminación de la Ley Financial que pone coto al abuso y manejo arbitrario de los presupuestos universitarios y fiscales.
Porque no hay temas de "dignidad", "docencia" o jornada de trabajo sino un motivo oculto que los mismos profesionales no se animan a destaparlo porque no les conviene someterlo al criterio del ciudadano común: la alienación a la vida burguesa y, por tanto, la hipocresía en cuanto a posiciones socialistas y hasta materialistas.
Y lo mismo sucede con varios otros conflictos como el del TIPNIS pues ya no se trata de una reserva forestal, natural o ambiental sino de ver cómo y quién va a manejar el dinero del tráfico de árboles o cómo se mantiene el salario por explotar sofismas y eufemismos a cargo de las ONGs.
Hasta los propios campesinos están siendo tentados por el economicismo o el monetarismo y de ahí las peleas por la adjudicación o explotación de minas, confundiendo el derecho público con el derecho sectario porque, que sepamos, el suelo, el subsuelo y las fuerzas naturales aprovechables son del Estado y no de particulares, clanes o etnias.
Quiérase o no, estamos viviendo el tiempo del no tiempo, porque es la negación de la realidad, de la ciencia y hasta del arte; porque mientras el cientificismo ha mostrado que es insuficiente para la humanidad, ahora se considera arte cualquier mamarracho y aunque es una muestra de la decadencia del hombre, se dice de "avanzada".
Hay que volver a leer los vaticinios de los mayas y tratar de entender mejor su mensaje para comprender lo que está pasando en el mundo entero y cómo la tiranía de la información, manipulada por las transnacionales, puede distorsionarlo todo y, paradógicamente, ayudar en la decadencia para dar paso a la renovación.
¡Qué tiempo del no tiempo!
viernes, 18 de mayo de 2012
"DURA LEX, SED LEX"
Así reza un adagio latino: dura es la ley, pero es la ley y, consiguientemente, hay que cumplirla. Algo que no sucede muy a menudo en nuestra patria, a caballo de una infinidad de sofismas, entre ellos, el denominado fuero sindical que se ha convertido en una evidente impunidad ante la violación de la ley y por lo que también el sindicalismo se ha contaminado de politiquería, demagogia e impostura.
Porque una cosa es la protesta, la reivindicación de derechos; pero otra muy diferente la manipulación de instituciones y personas para fines sectarios como ha ocurrido varias veces y se ha "transado" mediante un acuerdo que deja los procesos judiciales en el limbo y, lógicamente, los "dirigentes sindicales" sin castigo ante el delito.
Cuando se produce un conflicto en Bolivia, sea real o artificial, generalmente luego de los enfrentamientos, la violencia de una y otra parte, que no sólo se percibe en el uso de gases, piedras, palos y otros artefactos explosivos, se acude a la "pacificación" a través de la firma de un "acuerdo" que si bien podría aceptarse para evitar mayores perjuicios, no debiera suspender la vigencia de la ley, para conservar el entorno de derecho que es inherente al funcionamiento del Estado.
Si se acude a una huelga en demanda de lo que fuera, lo lógico es pensar que quienes deciden tal medida están conscientes del riesgo, de sus consecuencias; pero como la impunidad es parte de la manipulación y la dependencia, también este aspecto se subsana mediante el ilegal acuerdo que dispone la suspención de los descuentos o su devolución, con lo que los dirigentes sindicales hacen su accionar delictivo totalmente impune.
De acuerdo a la legislación vigente y al Código Penal, es prohibido causar la suspención de los servicios de salud, del transporte o la producción, sin acudir a los requisitos que la misma ley pone a disposición de los sindicatos; pero nos hemos acostumbrado a que primero se muestre la violencia desmedida y sólo después se trate de resolver algo mediante el diálogo o el entendimiento racional.
Desde que el "sindicalismo" se ha vestido de ropas burguesas y explotadoras de cuotas, viáticos y un montón de canonjías que el sistema de dependencia-corrupción e impunidad puso a su alcance para "democratizar" la inmoralidad, mucha agua ha corrido bajo los puentes con consecuencias negativas para el bien común, el Estado, la institucionalidad y seguirá así, mientras nuestras autoridades continúen con la manía se negociar la ley e incumplan sus propias funciones.
Además, dice otro adagio que: "respetos guardan respetos". ¿Por qué los "sindicalistas" no respetan el derecho ajeno y pretenden que sólo se respete sus arbitrariedades y negociados?
Porque una cosa es la protesta, la reivindicación de derechos; pero otra muy diferente la manipulación de instituciones y personas para fines sectarios como ha ocurrido varias veces y se ha "transado" mediante un acuerdo que deja los procesos judiciales en el limbo y, lógicamente, los "dirigentes sindicales" sin castigo ante el delito.
Cuando se produce un conflicto en Bolivia, sea real o artificial, generalmente luego de los enfrentamientos, la violencia de una y otra parte, que no sólo se percibe en el uso de gases, piedras, palos y otros artefactos explosivos, se acude a la "pacificación" a través de la firma de un "acuerdo" que si bien podría aceptarse para evitar mayores perjuicios, no debiera suspender la vigencia de la ley, para conservar el entorno de derecho que es inherente al funcionamiento del Estado.
Si se acude a una huelga en demanda de lo que fuera, lo lógico es pensar que quienes deciden tal medida están conscientes del riesgo, de sus consecuencias; pero como la impunidad es parte de la manipulación y la dependencia, también este aspecto se subsana mediante el ilegal acuerdo que dispone la suspención de los descuentos o su devolución, con lo que los dirigentes sindicales hacen su accionar delictivo totalmente impune.
De acuerdo a la legislación vigente y al Código Penal, es prohibido causar la suspención de los servicios de salud, del transporte o la producción, sin acudir a los requisitos que la misma ley pone a disposición de los sindicatos; pero nos hemos acostumbrado a que primero se muestre la violencia desmedida y sólo después se trate de resolver algo mediante el diálogo o el entendimiento racional.
Desde que el "sindicalismo" se ha vestido de ropas burguesas y explotadoras de cuotas, viáticos y un montón de canonjías que el sistema de dependencia-corrupción e impunidad puso a su alcance para "democratizar" la inmoralidad, mucha agua ha corrido bajo los puentes con consecuencias negativas para el bien común, el Estado, la institucionalidad y seguirá así, mientras nuestras autoridades continúen con la manía se negociar la ley e incumplan sus propias funciones.
Además, dice otro adagio que: "respetos guardan respetos". ¿Por qué los "sindicalistas" no respetan el derecho ajeno y pretenden que sólo se respete sus arbitrariedades y negociados?
jueves, 17 de mayo de 2012
LEGULEYISMOS Y POLITIQUERÍA
Infelizmente, no nos salvamos de la politiquería y consiguiente leguleyismo. Así como hace unos días dábamos cuenta de la sorpresa y risa que nos causó cierta tipificación legal, a cargo de un abogado y docente universitario que afirmaba que los alumnos habían sido: "arremetidos en sus derechos"; hoy tenemos que lamentar que, pese al decreto de suspención, todavía se mantenga artificialmente el conflicto por algunas causas que podemos suponer: 1) Es escasa la inteligencia de algunos "dirigentes"; 2) hay motivos ocultos; 3) se quiere atentar contra la democracia.
Porque la cuestión no queda en el simple oposicionismo que nos caracteriza, politiquería mediante, sino que puede extenderse a una conspiración en que algunos actúan como sirvientes y otros como tontos útiles. Pero, si, incluso, se logra derrocar el actual régimen, ¿cuál es el porvenir? ¿Quién ofrece algo diferente? ¿Quién está detrás de todo? Aunque no es primera vez que la denominada izquierda le tiende la cama a la llamada derecha, la experiencia, el conocimiento de la historia, debiera ya habernos vacunado como para repetir el indigesto plato de las tiranías que nunca han solucionado nada.
Por lo menos, si habría una oposición coherente, ideológica, programática, aunque no incluya a la COB y los sindicatos, como es el caso presente; habría un resquicio de esperanza; pero la falta de oposición, la incógnita de la actuación del "proletariado", el fácil expediente de la violencia por la violencia; son desesperantes para el más optimista.
Lo que está quedando al desnudo en la coyuntura, una vez más, es que el discursito de la izquierda, del socialismo marxista o trotskista, no sirve y habría que abrir una seria investigación de cuánto le debe la izquierda al pueblo, cuánto contribuyó a la frustración y la impostura y qué porcentaje de culpa tiene en el retraso nacional. Seguramente las conclusiones serían muy sorprendentes dentro de una historia nacional y oficial exageradamente manipulada para llevar las aguas a donde les interesaba a los que siempre actuaron detrás de bambalinas.
Lo que también queda patente es que la formación de los universitarios es también cada vez peor. Antes, existía cierta conciencia, cierto alineamiento ideológico y un ambiente de diálogo y discusión de las diversas posturas, aunque otras veces el ambiente era más bien estalinista y no permitía tal; pero ahora se ve que andan en la luna de Babia, en el dogmatismo que la revolución de Córdoba intentó eliminar con la autonomía, en la supina ignorancia y, lo peor, en la impostura
Resultado: Más leguleyismo y politiquería; que nunca han hecho bien a nadie.
Porque la cuestión no queda en el simple oposicionismo que nos caracteriza, politiquería mediante, sino que puede extenderse a una conspiración en que algunos actúan como sirvientes y otros como tontos útiles. Pero, si, incluso, se logra derrocar el actual régimen, ¿cuál es el porvenir? ¿Quién ofrece algo diferente? ¿Quién está detrás de todo? Aunque no es primera vez que la denominada izquierda le tiende la cama a la llamada derecha, la experiencia, el conocimiento de la historia, debiera ya habernos vacunado como para repetir el indigesto plato de las tiranías que nunca han solucionado nada.
Por lo menos, si habría una oposición coherente, ideológica, programática, aunque no incluya a la COB y los sindicatos, como es el caso presente; habría un resquicio de esperanza; pero la falta de oposición, la incógnita de la actuación del "proletariado", el fácil expediente de la violencia por la violencia; son desesperantes para el más optimista.
Lo que está quedando al desnudo en la coyuntura, una vez más, es que el discursito de la izquierda, del socialismo marxista o trotskista, no sirve y habría que abrir una seria investigación de cuánto le debe la izquierda al pueblo, cuánto contribuyó a la frustración y la impostura y qué porcentaje de culpa tiene en el retraso nacional. Seguramente las conclusiones serían muy sorprendentes dentro de una historia nacional y oficial exageradamente manipulada para llevar las aguas a donde les interesaba a los que siempre actuaron detrás de bambalinas.
Lo que también queda patente es que la formación de los universitarios es también cada vez peor. Antes, existía cierta conciencia, cierto alineamiento ideológico y un ambiente de diálogo y discusión de las diversas posturas, aunque otras veces el ambiente era más bien estalinista y no permitía tal; pero ahora se ve que andan en la luna de Babia, en el dogmatismo que la revolución de Córdoba intentó eliminar con la autonomía, en la supina ignorancia y, lo peor, en la impostura
Resultado: Más leguleyismo y politiquería; que nunca han hecho bien a nadie.
miércoles, 16 de mayo de 2012
AL REVÉS DE GRECIA
Una caricatura del diario "Página 12" de la Argentina nos permite escribir con cierto humor porque la escena de la sátira puede darse también en Bolivia; es más, se está dando en nuestro país. Se trata de lo siguiente: Uno de los personajes dice: "En Grecia están al revés de nosotros" y el otro contesta: "¿Por". A lo que responde el primero: "porque allá no logran formar gobierno y acá no logran formar oposición".
Muchos de los errores del oficialismo tenemos que atribuirlos a la falta de oposición. Pero cuando hablamos de tal no es que nos referimos a la cháchara, la diatriba o esa impotencia ideológica y programática que se percibe cuando se personaliza la cuestión y se trata, simplemente, de ridiculizar al primer mandatario sino a la falta de argumentos reales, de planteamientos ideológicos o de distintas ofertas programáticas que se contrasten con la realidad.
Es más, desde la extrema izquierda, si es que se puede hablar así del infantilismo trotskista, por ejemplo, hasta la reacción de su aparente oponente en la derecha, hay una amplia gama de sofismas y eufemismos que tratan de enmascarar este vacío lamentable de la oposición. Se dice, caprichosamente, que el gobierno trata de "judicializar" la protesta, en una repetición de la "clase política" creadora del engaño; cuando lo que estamos viendo es que se está "delictivizando" la reivindicación; porque, a título de cualquier cosa, no se puede conculcar los derechos de los demás, como se ha hecho y se está haciendo al cerrar vías, caminos, calles, avenidas u hospitales y dispensarios y hay una economía jurídica, desde hace décadas, al respecto que no se puede pasar por alto; aunque las autoridades eventuales se hagan a los ciegos y a los sordos.
También, a título de la ley del mercado, la especulación quiere seguir cosechando frutos del sacrificio de los pobres y, para ello, cuenta con el apoyo de ciertas autoridades comunales que nada hacen para controlar ese mercado, tan vital, incluso, en la propia defensa del neoliberalismo.
Aunque conceptos como libertad, fraternidad e igualdad, han quedado como sofismas y eufemismos de la humanidad desde hace siglos; ello no quiere decir que sigamos utilizando la protesta, la reivindicación, la necesidad de cambio, como instrumentos para seguir explotando a la humanidad y, lo que es peor, precisamente en sus sectores más deprimidos, más necesitados, menos reivindicados y el panorama es absolutamente frustrante en el devenir inmediato porque no hay oposición a la vista, no hay líderes, no hay ideas y la simple voluntad de los vacuos intelectuales no basta para hacer frente a una realidad que no responde tampoco sólo al juego entre oficialismo y oposición, cuando ninguno tiene sustento popular.
Habrá que acudir a la imitación de algunas experiencias, como la de los indignados españoles, aunque corramos el riesgo de quedarnos en la simple copia y calco.
Muchos de los errores del oficialismo tenemos que atribuirlos a la falta de oposición. Pero cuando hablamos de tal no es que nos referimos a la cháchara, la diatriba o esa impotencia ideológica y programática que se percibe cuando se personaliza la cuestión y se trata, simplemente, de ridiculizar al primer mandatario sino a la falta de argumentos reales, de planteamientos ideológicos o de distintas ofertas programáticas que se contrasten con la realidad.
Es más, desde la extrema izquierda, si es que se puede hablar así del infantilismo trotskista, por ejemplo, hasta la reacción de su aparente oponente en la derecha, hay una amplia gama de sofismas y eufemismos que tratan de enmascarar este vacío lamentable de la oposición. Se dice, caprichosamente, que el gobierno trata de "judicializar" la protesta, en una repetición de la "clase política" creadora del engaño; cuando lo que estamos viendo es que se está "delictivizando" la reivindicación; porque, a título de cualquier cosa, no se puede conculcar los derechos de los demás, como se ha hecho y se está haciendo al cerrar vías, caminos, calles, avenidas u hospitales y dispensarios y hay una economía jurídica, desde hace décadas, al respecto que no se puede pasar por alto; aunque las autoridades eventuales se hagan a los ciegos y a los sordos.
También, a título de la ley del mercado, la especulación quiere seguir cosechando frutos del sacrificio de los pobres y, para ello, cuenta con el apoyo de ciertas autoridades comunales que nada hacen para controlar ese mercado, tan vital, incluso, en la propia defensa del neoliberalismo.
Aunque conceptos como libertad, fraternidad e igualdad, han quedado como sofismas y eufemismos de la humanidad desde hace siglos; ello no quiere decir que sigamos utilizando la protesta, la reivindicación, la necesidad de cambio, como instrumentos para seguir explotando a la humanidad y, lo que es peor, precisamente en sus sectores más deprimidos, más necesitados, menos reivindicados y el panorama es absolutamente frustrante en el devenir inmediato porque no hay oposición a la vista, no hay líderes, no hay ideas y la simple voluntad de los vacuos intelectuales no basta para hacer frente a una realidad que no responde tampoco sólo al juego entre oficialismo y oposición, cuando ninguno tiene sustento popular.
Habrá que acudir a la imitación de algunas experiencias, como la de los indignados españoles, aunque corramos el riesgo de quedarnos en la simple copia y calco.
martes, 15 de mayo de 2012
LA UNIVERSIDAD
Si hacemos un análisis de nuestra historia, en el mundo entero, no hay duda que la Universidad es el caballo de Troya del materialismo y el fin del mundo de la espiritualidad; con razón quienes se oponían a la sinrazón de la razón, hace varios siglos, prefirieron apartarse de la sociedad misma, antes que sucumbir ante el empuje de una "ciencia" que, pese a su misma posición, lo divinizaba todo para sí misma para alzarse en la nueva cuestión de fe. Porque, dígase lo que se diga, desde entonces la universidad, y con ella la ciencia, se convirtió en el nuevo tótem de la tribu, cualquiera que sea, europea, asiática, americana o africana. Se cumplió justo lo que cierto político recomendaba a un presidente norteamericano para no entrar en gastos de una guerra de invasión a México; mejor, decía el asesor, es abrirles las puertas de nuestras universidades y se convertirán en nuestros mejores sirvientes.
Y es que también la ciencia hace esclavos porque ha instaurado el dogmatismo del "ver para creer" aunque se acuda a muchos engaños para tal efecto y ha recolectado fieles por todos lados, entre los creyentes y no creyentes; entre los que querían ser más y los que se contentaban con ser menos; por eso, por ejemplo, se maneja como un sofisma en la historia boliviana que la independencia se debe a los "doctorcitos" universitarios, desconociendo la actividad, la sangre y el esfuerzo de miles de compatriotas que no llegaron ni siquiera a las escuelas; o porque les estaba prohibido o porque no la buscaron para superarse.
Hoy mismo aún se ve la paradoja de tener profesionales universitarios adictos al economicismo y la adoración del vil metal, luego de haber pasado por una "experiencia" socialista en las aulas que, al final de cuentas, no sirvió para nada porque se sigue teniendo a la "U" como un privilegio y, consecuentemente, generadora de lo mismo, y no como una institución donde se busque, efectivamente, conocimiento o tecnología.
Hechas estas consideraciones y viendo lo que sigue ocurriendo al interior de la "autonomía universitaria" de donde sólo excepcionalmente no provienen frustraciones, ¿se justificará que las mismas sigan gastando el dinero del pueblo a su antojo? ¿Podemos seguir manteniendo feudos de explotación para minorías explotadoras? ¿Qué moral tienen los profesionales de exigir nada después de una hipócrita afiliación al socialismo? ¿Qué enseña, en verdad, la universidad?
Y la historia de nuestras universidades nacionales se repite también en otras del mundo entero; pero no por ello hay que cerrar los ojos a la realidad. Con tanta manipulación seudomarxista persistente en las universidades, hace décadas que muchos pueblos deberían estar con regímenes comunistas; incluso, si ese "comunismo" se confunde con simple estalinismo. Pero la realidad nos muestra que más bien, es el liberalismo o el neoliberalismo que se fortalece. ¿Curioso, no? ¿Cuánto le debe la "U" al pueblo?
Y es que también la ciencia hace esclavos porque ha instaurado el dogmatismo del "ver para creer" aunque se acuda a muchos engaños para tal efecto y ha recolectado fieles por todos lados, entre los creyentes y no creyentes; entre los que querían ser más y los que se contentaban con ser menos; por eso, por ejemplo, se maneja como un sofisma en la historia boliviana que la independencia se debe a los "doctorcitos" universitarios, desconociendo la actividad, la sangre y el esfuerzo de miles de compatriotas que no llegaron ni siquiera a las escuelas; o porque les estaba prohibido o porque no la buscaron para superarse.
Hoy mismo aún se ve la paradoja de tener profesionales universitarios adictos al economicismo y la adoración del vil metal, luego de haber pasado por una "experiencia" socialista en las aulas que, al final de cuentas, no sirvió para nada porque se sigue teniendo a la "U" como un privilegio y, consecuentemente, generadora de lo mismo, y no como una institución donde se busque, efectivamente, conocimiento o tecnología.
Hechas estas consideraciones y viendo lo que sigue ocurriendo al interior de la "autonomía universitaria" de donde sólo excepcionalmente no provienen frustraciones, ¿se justificará que las mismas sigan gastando el dinero del pueblo a su antojo? ¿Podemos seguir manteniendo feudos de explotación para minorías explotadoras? ¿Qué moral tienen los profesionales de exigir nada después de una hipócrita afiliación al socialismo? ¿Qué enseña, en verdad, la universidad?
Y la historia de nuestras universidades nacionales se repite también en otras del mundo entero; pero no por ello hay que cerrar los ojos a la realidad. Con tanta manipulación seudomarxista persistente en las universidades, hace décadas que muchos pueblos deberían estar con regímenes comunistas; incluso, si ese "comunismo" se confunde con simple estalinismo. Pero la realidad nos muestra que más bien, es el liberalismo o el neoliberalismo que se fortalece. ¿Curioso, no? ¿Cuánto le debe la "U" al pueblo?
lunes, 14 de mayo de 2012
PREJUICIOS E IGNORANCIA
Que los prejuicios son producto de la ignorancia, lo sabe casi todo el mundo; pero que la ignorancia se encuentre entre la "intelectualidad", es una paradoja.
Pero desde el siglo XVI, en que se dijo que la ignorancia se había titulado, no es raro que los"intelectuales" aparezcan como ignorantes, tal y como vemos frecuentemente en nuestro medio donde lo de "licenciado", "doctor", "magister", parece dar más estatus que conocimiento, a juzgar por la forma en que se ostentan ciertos grados por personas que no muestran, las más de las veces, ni inteligencia ni sabiduría.
Por esto no es raro encontrar que algunos profesionales universitarios no sólo hayan adquirido una tendencia hacia la vida burguesa sino que se presenten como liberales o neoliberales a ultranza; no otra cosa significa tratar de mantener ciertos privilegios en la sociedad, so capa de estudios, gastos o empleos que el economicismo ha puesto en el escenario. Tampoco, por lo tanto, será raro que "marxistas" y hasta "trotskistas" aparezcan como defensores intransigentes del mercado, cuando basan sus peticiones y exigencias en el salario mínimo vital, con escala móvil, como dice la demagogia, y que se rige simple y llanamente por las exigencias del consumismo mercantil.
De otro lado, esta misma ignorancia generadora de prejuicios hace que enfrentemos la "crítica" con alusiones o actitudes que tienden al desprestigio de las personas, que es lo que, por ejemplo, está ejecutando machaconamente la llamada oposición que comprueba, una vez, más su falta de ideas e ideología que, en lo inmediato, podrían generarle cierta expectativa y posibilidades en un futuro electoral.
Aunque la politiquería no permite discernir inteligencia de sabiduría o intelectualidad de formación o idoneidad, lo cierto es que andamos perdidos dentro de un ambiente cada vez más prejuicioso y, consiguientemente, de ignorancia.
Si los "socialistas" marxistas o marxistoides se encuentran entre los defensores del capitalismo y el sistema de lucro y especulación que es el economicismo y plantean como políticas reivindicativas estas posiciones: ¿Qué podemos esperar de la derecha? ¿Dónde empieza el socialismo y termina el capitalismo? ¿Dónde quedan los "analistas" que más que por la realidad se dejan llevar por la ventralidad? ¿Dónde empieza la ecología y termina la explotación forestal? ¿Dónde está la moral y la ética?
Los prejuicios, ignorancia mediante, nos están llevando pues a situaciones comprometidas y cuyas soluciones son cada vez más difíciles de encontrar porque la mentalidad de mercado; el economicismo, se ha metido en el tuétano hasta de muchos socialistas y debemos ser muy pocos los que no nos dejamos llevar por las luces del encandilamiento materialista y todavía pugnamos por reencontrar el rumbo mismo de la humanidad; aunque parezca que ya todo está perdido.
Pero desde el siglo XVI, en que se dijo que la ignorancia se había titulado, no es raro que los"intelectuales" aparezcan como ignorantes, tal y como vemos frecuentemente en nuestro medio donde lo de "licenciado", "doctor", "magister", parece dar más estatus que conocimiento, a juzgar por la forma en que se ostentan ciertos grados por personas que no muestran, las más de las veces, ni inteligencia ni sabiduría.
Por esto no es raro encontrar que algunos profesionales universitarios no sólo hayan adquirido una tendencia hacia la vida burguesa sino que se presenten como liberales o neoliberales a ultranza; no otra cosa significa tratar de mantener ciertos privilegios en la sociedad, so capa de estudios, gastos o empleos que el economicismo ha puesto en el escenario. Tampoco, por lo tanto, será raro que "marxistas" y hasta "trotskistas" aparezcan como defensores intransigentes del mercado, cuando basan sus peticiones y exigencias en el salario mínimo vital, con escala móvil, como dice la demagogia, y que se rige simple y llanamente por las exigencias del consumismo mercantil.
De otro lado, esta misma ignorancia generadora de prejuicios hace que enfrentemos la "crítica" con alusiones o actitudes que tienden al desprestigio de las personas, que es lo que, por ejemplo, está ejecutando machaconamente la llamada oposición que comprueba, una vez, más su falta de ideas e ideología que, en lo inmediato, podrían generarle cierta expectativa y posibilidades en un futuro electoral.
Aunque la politiquería no permite discernir inteligencia de sabiduría o intelectualidad de formación o idoneidad, lo cierto es que andamos perdidos dentro de un ambiente cada vez más prejuicioso y, consiguientemente, de ignorancia.
Si los "socialistas" marxistas o marxistoides se encuentran entre los defensores del capitalismo y el sistema de lucro y especulación que es el economicismo y plantean como políticas reivindicativas estas posiciones: ¿Qué podemos esperar de la derecha? ¿Dónde empieza el socialismo y termina el capitalismo? ¿Dónde quedan los "analistas" que más que por la realidad se dejan llevar por la ventralidad? ¿Dónde empieza la ecología y termina la explotación forestal? ¿Dónde está la moral y la ética?
Los prejuicios, ignorancia mediante, nos están llevando pues a situaciones comprometidas y cuyas soluciones son cada vez más difíciles de encontrar porque la mentalidad de mercado; el economicismo, se ha metido en el tuétano hasta de muchos socialistas y debemos ser muy pocos los que no nos dejamos llevar por las luces del encandilamiento materialista y todavía pugnamos por reencontrar el rumbo mismo de la humanidad; aunque parezca que ya todo está perdido.
domingo, 13 de mayo de 2012
MUERTE AL REY
La politiquería nos ha mal educado en la simulación de la monarquía que, supuestamente, la república había derrotado. Por eso es que todavía, al estilo de Doria Medina, solicitamos que maten al rey, para gritar: Viva el rey o, de modo criollo, "Belzu ha muerto, ¿quién vive ahora?
Porque si queremos entender, incluso, la apuesta de la oposición, tenemos que convenir en que se critica mientras se está en el llano; pero si el rey llama a alguien a la corte, entonces, la crítica termina y se hace uno cortesano con todos sus beneficios y maleficios.
Por eso también es que vemos ex ésto o ex lo otro; tanto en el oficialismo como en la oposición; no hay trigo limpio, es decir, no hay politiquero sin turbulento pasado, desde una posición "revolucionaria" a ultranza, hasta un conservadurismo extremo que pierde la razón la vista y el olfato.
Matar al actual mandatario, igual que a Villarroel, por lo demás, es una figura que tiene muchas connotaciones y no sabemos si el autor de la convocatoria lo hizo conociendo la historia o, al mejor estilo de la politiquería, ignorándola supinamente. Porque Villarroel, según sus biógrafos, era más amigo de los pobres que enemigo de los ricos y fue asesinado por los mismos traidores que después asaltarían el Palacio de Gobierno para hacerlo mártir, ¿con cuál de estas percepciones queda el superviviente y amante de la corte monárquica?
Pero lo que raya en el exceso es repetir la historia. Porque hemos usado de la receta demasiadas veces, unas a instancia de nuestras necesidades y frustraciones y otras impulsados por intereses ajenos que se manejaban desde alguna embajada o programa de ayuda; pero la realidad no ha cambiado; es más, podríamos decir que ha empeorado porque ya ni siquiera tenemos partidos políticos ni debate ideológico y estamos condenados a escuchar las majaderías de izquierdistas o derechistas de toda laya y sabor, aferrados simplemente al materialismo, al hedonismo o, finalmente, la imitación o el servilismo.
Porque los mismos que piden hoy la cabeza de quien sea; no lo hicieron cuando compartían esa situación en anteriores regímenes o hablaban exactamente lo contrario; ésto es transfugio evidente que muchas veces se esconde con demagogia, con frases hechas, con simulación, impostura y falsedad.
Y, lo peor, es que se siguen usando las necesidades y reivindicaciones del pueblo para aupar las egoístas, las propias, las de la secta, que es así como se manejan algunas instituciones: Mi secta es la poseedora de la verdad y la salvación y el resto miente.
Si alguien recoge el reto de Doria Medina, ¿qué viene después? ¿Otro mono en la monarquía? ¿O un nuevo títere en el palacio?¿O algún tiranuelo que quiera hacer de salvador cuando no puede salvar su propio trasero?
¡Que lástima que no hayamos avanzado de muerto el rey, viva el rey.
Porque si queremos entender, incluso, la apuesta de la oposición, tenemos que convenir en que se critica mientras se está en el llano; pero si el rey llama a alguien a la corte, entonces, la crítica termina y se hace uno cortesano con todos sus beneficios y maleficios.
Por eso también es que vemos ex ésto o ex lo otro; tanto en el oficialismo como en la oposición; no hay trigo limpio, es decir, no hay politiquero sin turbulento pasado, desde una posición "revolucionaria" a ultranza, hasta un conservadurismo extremo que pierde la razón la vista y el olfato.
Matar al actual mandatario, igual que a Villarroel, por lo demás, es una figura que tiene muchas connotaciones y no sabemos si el autor de la convocatoria lo hizo conociendo la historia o, al mejor estilo de la politiquería, ignorándola supinamente. Porque Villarroel, según sus biógrafos, era más amigo de los pobres que enemigo de los ricos y fue asesinado por los mismos traidores que después asaltarían el Palacio de Gobierno para hacerlo mártir, ¿con cuál de estas percepciones queda el superviviente y amante de la corte monárquica?
Pero lo que raya en el exceso es repetir la historia. Porque hemos usado de la receta demasiadas veces, unas a instancia de nuestras necesidades y frustraciones y otras impulsados por intereses ajenos que se manejaban desde alguna embajada o programa de ayuda; pero la realidad no ha cambiado; es más, podríamos decir que ha empeorado porque ya ni siquiera tenemos partidos políticos ni debate ideológico y estamos condenados a escuchar las majaderías de izquierdistas o derechistas de toda laya y sabor, aferrados simplemente al materialismo, al hedonismo o, finalmente, la imitación o el servilismo.
Porque los mismos que piden hoy la cabeza de quien sea; no lo hicieron cuando compartían esa situación en anteriores regímenes o hablaban exactamente lo contrario; ésto es transfugio evidente que muchas veces se esconde con demagogia, con frases hechas, con simulación, impostura y falsedad.
Y, lo peor, es que se siguen usando las necesidades y reivindicaciones del pueblo para aupar las egoístas, las propias, las de la secta, que es así como se manejan algunas instituciones: Mi secta es la poseedora de la verdad y la salvación y el resto miente.
Si alguien recoge el reto de Doria Medina, ¿qué viene después? ¿Otro mono en la monarquía? ¿O un nuevo títere en el palacio?¿O algún tiranuelo que quiera hacer de salvador cuando no puede salvar su propio trasero?
¡Que lástima que no hayamos avanzado de muerto el rey, viva el rey.
sábado, 12 de mayo de 2012
TÚ DIALOGAS, EL DIALOGA
Estamos viviendo un proceso donde, a título de democracia y vigencia de derechos, exigimos el diálogo y la concertación; pero conjugamos el verbo como: tú dialogas, él dialoga; yo no.
Porque la posición que muchos adoptan en el mundo entero, es la negación del diálogo mismo; ya se trate de los indignados de España, Portulgal, Francia, Estados Unidos y la respuesta de sus gobernantes o los "descontentos" en Bolivia. Exigen diálogo, respeto a sus derechos; pero no quieren ceder en nada y no les importa el derecho ajeno.
Lo peor es que este sistema de negación se ha extendido incluso hasta a los abogados, uno de los cuales denunciaba ayer, en Cochabamba, que los universitarios detenidos por posesión de explosivos o violencia indiscriminada en contra de policías, habían sido "arremetido sus derechos". Curiosa tipificación legal de una situación que todo el pueblo ve desde su impotencia, su desprotección, su desamparo; porque el ciudadano común está conciente que se manejan demasiadas mentiras en torno a las "reivindicaciones" o "exigencias" de los que dirigen profesionalmente algunos sectores de trabajadores y que tratan de alarmar o victimizarse haciendo alusión a falsedades; como la denunciada por un "maestro" trotskista que declaraba que habían sido brutalmente reprimidos por la policía en su bloqueo de un puente de la ciudad que, en los hechos, nunca ocurrió y donde ni siquiera aparecía el sujeto declarante.
El tu dialogas, el dialoga, yo no; está también presente en la posición de los dirigentes de la COB, en la de los médicos, los transportistas o los llamados salubristas que ponen condiciones a cualquier encuentro y que difícilmente llegan a alguna mesa para retirarse casi inmediatamente, porque no quieren escuchar sino, simplemente, hablar ellos y que se atienda su capricho, su intransigencia.
Para cualquier movilización ya no es necesario tener argumentos sino pretextos; hay que buscar la violencia y hacerse a la víctima, hay que desconocer el derecho ajeno y reclamar por el propio. Y la negación que, de este modo, se hace a la democracia está en la comprobación de cómo se arman las manifestaciones, los bloqueos, los paros y en la casi total ausencia del ciudadano común; incluso, de los propios trabajadores que no acatan esas medidas pero que no arman revuelo para llegar al público.
Pero en los mismos diálogos de sordos, se olvida al principal participante: el pueblo, el ciudadano común y se acuerda entre las partes menores, entre los interesados del reparto de la torta del materialismo; así sea entre los explotadores del transporte o los comerciantes de la salud o la educación. ¡Vaya diálogo y manera de entenderse! ¿Y el pueblo, el soberano?
Porque la posición que muchos adoptan en el mundo entero, es la negación del diálogo mismo; ya se trate de los indignados de España, Portulgal, Francia, Estados Unidos y la respuesta de sus gobernantes o los "descontentos" en Bolivia. Exigen diálogo, respeto a sus derechos; pero no quieren ceder en nada y no les importa el derecho ajeno.
Lo peor es que este sistema de negación se ha extendido incluso hasta a los abogados, uno de los cuales denunciaba ayer, en Cochabamba, que los universitarios detenidos por posesión de explosivos o violencia indiscriminada en contra de policías, habían sido "arremetido sus derechos". Curiosa tipificación legal de una situación que todo el pueblo ve desde su impotencia, su desprotección, su desamparo; porque el ciudadano común está conciente que se manejan demasiadas mentiras en torno a las "reivindicaciones" o "exigencias" de los que dirigen profesionalmente algunos sectores de trabajadores y que tratan de alarmar o victimizarse haciendo alusión a falsedades; como la denunciada por un "maestro" trotskista que declaraba que habían sido brutalmente reprimidos por la policía en su bloqueo de un puente de la ciudad que, en los hechos, nunca ocurrió y donde ni siquiera aparecía el sujeto declarante.
El tu dialogas, el dialoga, yo no; está también presente en la posición de los dirigentes de la COB, en la de los médicos, los transportistas o los llamados salubristas que ponen condiciones a cualquier encuentro y que difícilmente llegan a alguna mesa para retirarse casi inmediatamente, porque no quieren escuchar sino, simplemente, hablar ellos y que se atienda su capricho, su intransigencia.
Para cualquier movilización ya no es necesario tener argumentos sino pretextos; hay que buscar la violencia y hacerse a la víctima, hay que desconocer el derecho ajeno y reclamar por el propio. Y la negación que, de este modo, se hace a la democracia está en la comprobación de cómo se arman las manifestaciones, los bloqueos, los paros y en la casi total ausencia del ciudadano común; incluso, de los propios trabajadores que no acatan esas medidas pero que no arman revuelo para llegar al público.
Pero en los mismos diálogos de sordos, se olvida al principal participante: el pueblo, el ciudadano común y se acuerda entre las partes menores, entre los interesados del reparto de la torta del materialismo; así sea entre los explotadores del transporte o los comerciantes de la salud o la educación. ¡Vaya diálogo y manera de entenderse! ¿Y el pueblo, el soberano?
viernes, 11 de mayo de 2012
EN ESTE MUNDO TRAIDOR....
Es cierto que, como decía Campoamor, "en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Porque es fácil titular una información diciendo "la represión ocasionó.." o declarar ante los micrófonos: "hemos tenido que soportar la brutal represión", como lo hacía un dirigente trotskista usufructuario de las cuotas del magisterio urbano de Cochabamba o salir en defensa de salarios irracionales manifestando: como enfermera auxiliar sólo gano 3600 y tantos, mientras otros profesionales con grado de licenciatura deben hacer de taxistas, pintores o lo que se pueda.
Lo malo de esta percepción sectaria, no sectorial porque algunos sindicatos se manejan ya como sectas, es que al distorsionar la realidad condenan al pueblo en general a la incertidumbre pues nunca sabrá cuál es la cotidianeidad, un salario justo, una retribución equitativa al esfuerzo y se dejará llevar por la demagogia, la manipulación mediática o la mentira cínica de los que defienden sus privilegios hasta con la complicidad de los dirigentes de los proletarios, como es el caso de la COB y el decreto 1126.
Y lo peor es que nos está llevando a la violencia sin medida, irracional, injustificada. ¿Qué vela tienen, por ejemplo, los universitarios en la defensa de los privilegios de unos pocos médicos? ¿O aspiran a lo mismo siendo aún pichones? ¿O su formación intelectual no llega a la comprensión de lo que es solidaridad y lo que es complicidad? ¿Cómo es posible que el que genera la violencia, impidiendo el libre tránsito por calles, avenidas o caminos, a la fuerza, se queje de la policía que sólo trata de restablecer el imperio de la ley, aunque parece que con muy poca voluntad también? Y la victimización llega al ridículo cuando se escucha a estos "dirigentes" que nunca han sabido en realidad lo que es la represión, la cárcel, los campos de concentración, la tortura, la persecución sañuda porque, ahora, se limitan a disfrutar de su "fuero sindical" que hace tiempo incluye su paso por la corrupción.
De nada vale en esta coyuntura hacer análisis, donde hasta los "especialistas" no saben qué decir porque la realidad no concuerda con la racionalidad, lo que no basta para que sigan con sus especulaciones o inclinaciones personales en contra de algo o alguien; lo mismo que la autodenominada oposición que no da pie con bola y se circunscribe a la crítica personal agarrando el rábano por las ramas.
Pero, como no siempre todos viven en el limbo o están tan sustraídos de la realidad, hay personas como cierta señora, que lamentándose dice: Es parte de los anuncios del fin del mundo. Y debe ser, aunque ello no significa, de manera ninguna, el fin del planeta o de la vida.
Lo malo de esta percepción sectaria, no sectorial porque algunos sindicatos se manejan ya como sectas, es que al distorsionar la realidad condenan al pueblo en general a la incertidumbre pues nunca sabrá cuál es la cotidianeidad, un salario justo, una retribución equitativa al esfuerzo y se dejará llevar por la demagogia, la manipulación mediática o la mentira cínica de los que defienden sus privilegios hasta con la complicidad de los dirigentes de los proletarios, como es el caso de la COB y el decreto 1126.
Y lo peor es que nos está llevando a la violencia sin medida, irracional, injustificada. ¿Qué vela tienen, por ejemplo, los universitarios en la defensa de los privilegios de unos pocos médicos? ¿O aspiran a lo mismo siendo aún pichones? ¿O su formación intelectual no llega a la comprensión de lo que es solidaridad y lo que es complicidad? ¿Cómo es posible que el que genera la violencia, impidiendo el libre tránsito por calles, avenidas o caminos, a la fuerza, se queje de la policía que sólo trata de restablecer el imperio de la ley, aunque parece que con muy poca voluntad también? Y la victimización llega al ridículo cuando se escucha a estos "dirigentes" que nunca han sabido en realidad lo que es la represión, la cárcel, los campos de concentración, la tortura, la persecución sañuda porque, ahora, se limitan a disfrutar de su "fuero sindical" que hace tiempo incluye su paso por la corrupción.
De nada vale en esta coyuntura hacer análisis, donde hasta los "especialistas" no saben qué decir porque la realidad no concuerda con la racionalidad, lo que no basta para que sigan con sus especulaciones o inclinaciones personales en contra de algo o alguien; lo mismo que la autodenominada oposición que no da pie con bola y se circunscribe a la crítica personal agarrando el rábano por las ramas.
Pero, como no siempre todos viven en el limbo o están tan sustraídos de la realidad, hay personas como cierta señora, que lamentándose dice: Es parte de los anuncios del fin del mundo. Y debe ser, aunque ello no significa, de manera ninguna, el fin del planeta o de la vida.
EL NEGOCIO SINDICAL
Aunque puede ser molesto que se involucre al sindicato en malos manejos, la experiencia nos enseña que desde hace tiempo, desde la "gloriosa revolución nacional", se ha convertido en un negocio más del mercado liberal con actores, curiosamente, izquierdistas en su mayoría o, por lo menos, aparentemente.
Un pequeño y rápido inventario en nuestras ciudades podría dar mejores luces de cómo algunos dirigentes sindicales han ingresado en las listas de "nuevos ricos" desde que empezaron a ganar sin trabajar y a beneficiarse de cuotas, viáticos, comisiones y un largo etcétera que se fueron creando a medida que la profesión avanzaba. Con toda razón son muchos los dirigentes que, cogida la mamadera, no la quieren soltar y hacen maniobras diversas para eternizarse en las direcciones sindicales; como muchos dicen en la opinión popular los ases y quinas son cartas suculentas entre las mangas. Que suceda lo mismo en México, Argentina y otros países, no es ningún consuelo.
Lo malo de la profesionalización de la dirigencia del sindicato es que se ha institucionalizado (¿?) la demagogia y la componenda; de la dependencia partidista al entreguismo a algunos gobiernos, gastos reservados mediante, hay un amplio abanico que, paradójicamente, hace sufrir al propio trabajador, al proletario, al que los dirigentes dicen defender.
Y los recuerdos repetidos y recientes más cercanos están en el desastre de la UDP, forjado a través de paros indefinidos y movilizaciones ruidosas que hicieron de nuestras calles, el mismo escenario que actualmente vemos impotentes. Tuvo que venir un tiranuelo, al que los "chóferes" pidieron la medida de sus pantalones, a "poner orden" con los resultados que todos conocemos y lamentamos. Infelizmente, ayer ya escuché de una mujer decir: "Que vengan los militares y los pongan en su sitio", refiriéndose a los bloqueadores y huelguistas y, lógicamente, la reacción espontánea, impensada, estremece por sus connotaciones y por el riesgo que supone tanto relajo para el sistema de representación que se lleva al sectarismo extremo.
Aunque ya estamos vacunados contra curiosidades o anécdotas no es posible pasar por encima de la última petición del "proletariado organizado": la defensa de los privilegio de unos pocos, que no sólo ganan lo que ellos mismos disponen sino que pueden reducir su jornada laboral de acuerdo a sus conveniencias. ¡Qué manera de defender el proletariado!
Así como, desde hace tiempo, la izquierda no es más que el instrumento de la derecha; también el mercado ha distorsionado muchas actividades humanas haciéndolas deshonestas; pero será para comentar en otra ocasión.
Un pequeño y rápido inventario en nuestras ciudades podría dar mejores luces de cómo algunos dirigentes sindicales han ingresado en las listas de "nuevos ricos" desde que empezaron a ganar sin trabajar y a beneficiarse de cuotas, viáticos, comisiones y un largo etcétera que se fueron creando a medida que la profesión avanzaba. Con toda razón son muchos los dirigentes que, cogida la mamadera, no la quieren soltar y hacen maniobras diversas para eternizarse en las direcciones sindicales; como muchos dicen en la opinión popular los ases y quinas son cartas suculentas entre las mangas. Que suceda lo mismo en México, Argentina y otros países, no es ningún consuelo.
Lo malo de la profesionalización de la dirigencia del sindicato es que se ha institucionalizado (¿?) la demagogia y la componenda; de la dependencia partidista al entreguismo a algunos gobiernos, gastos reservados mediante, hay un amplio abanico que, paradójicamente, hace sufrir al propio trabajador, al proletario, al que los dirigentes dicen defender.
Y los recuerdos repetidos y recientes más cercanos están en el desastre de la UDP, forjado a través de paros indefinidos y movilizaciones ruidosas que hicieron de nuestras calles, el mismo escenario que actualmente vemos impotentes. Tuvo que venir un tiranuelo, al que los "chóferes" pidieron la medida de sus pantalones, a "poner orden" con los resultados que todos conocemos y lamentamos. Infelizmente, ayer ya escuché de una mujer decir: "Que vengan los militares y los pongan en su sitio", refiriéndose a los bloqueadores y huelguistas y, lógicamente, la reacción espontánea, impensada, estremece por sus connotaciones y por el riesgo que supone tanto relajo para el sistema de representación que se lleva al sectarismo extremo.
Aunque ya estamos vacunados contra curiosidades o anécdotas no es posible pasar por encima de la última petición del "proletariado organizado": la defensa de los privilegio de unos pocos, que no sólo ganan lo que ellos mismos disponen sino que pueden reducir su jornada laboral de acuerdo a sus conveniencias. ¡Qué manera de defender el proletariado!
Así como, desde hace tiempo, la izquierda no es más que el instrumento de la derecha; también el mercado ha distorsionado muchas actividades humanas haciéndolas deshonestas; pero será para comentar en otra ocasión.
jueves, 10 de mayo de 2012
DÍA DEL PERIODISTA
Hoy, en Bolivia, debiéramos celebrar el Día del Periodista; pero los tiempos no están para tal cosa. Primero porque acude, reiteradamente, a nuestra memoria aquella frase de Doña Ana María Romero de Campero que decía: "el periodista culto, informado, es una especie en extinción", que se prueba cotidianamente al ver cómo la improvisación, la vulgaridad, la desfachatez, se han apoderado de un gran número de medios de comunicación, donde ya no es necesario ni ser informado ni culto porque la desvergüenza lo puede todo y la banalización o cabaretización es la regla.
Y si no hacemos este análisis o autocrítica en una fecha como hoy, estaríamos poniéndonos del lado de la indiferencia, de la irresponsabilidad, de esa corriente que sigue a los medios como si fuera un nuevo ídolo, sin darse cuenta de la burda manipulación que se hace mundialmente de la información y la verdad.
En defensa, precisamente, del periodismo, de la información, de la verdad es que hay que salir por los fueros de la dignidad y denunciar que sólo excepcionalmente ya se puede hallar profesionalidad y ética en el mundo entero y aunque ésto sea así, no es para consolarse sino para levantarse y vencer al materialismo dominante y reivindicar la humanidad misma; sus derechos, sus deberes, su conciencia.
La trivialización de los medios de comunicación, especialmente radio y televisión, está corroyendo la credibilidad de la prensa, de los periodistas, de la información; no sólo porque hay diversas miradas o interpretaciones sino porque quienes informan no están informados.
En el caso de Bolivia, por ejemplo, el conflicto de los "salubristas" no es el que aparece superficialmente bajo la excusa del horario sino el intento de mantener privilegios y "fueros" en una ridícula interpretación de lo que es la autonomía universitaria que casi siempre ha escondido el manejo partidista y sectario de nuestras universidades por profesionales "socialistas" de vida excesivamente aburguesada o, incluso, de imitación monárquica; lo que se quiere pues no es trabajar más o menos o dar cátedra paralelamente al trabajo sino ganar más con menor esfuerzo. Si nuestros periodistas estuvieran informados de esta realidad no harían de caja de resonancia de la impostura e investigarían también el origen del horario de las 6 horas, en qué régimen se dio, por quién, por qué y cómo. Lo mismo pasa con otros temas "actuales" como lo que atañe al TIPNIS o la demanda de los "profesores" del sistema de educación o la reforma que se está introduciendo, que no se investigan, se conocen, se analizan, para confrontar con la realidad, con los que saltan como actores de esto o lo otro y con los demagogos y usurpadores. Mucho se habla de democracia de libertades y muchos cuentos; pero nada se hace en realidad para fortalecer el sistema o la vigencia de los derechos porque cuando se falsea la verdad o se la desconoce por falta de vocación, no se es más que parte de los saboteadores, de los que no entienden la realidad porque no les interesa o porque no tienen capacidad para hacerlo.
En todo caso, un recuerdo amable para los periodistas de antaño y ogaño que dignifican la profesión, que saben lo que hacen y lo que dicen.
Y si no hacemos este análisis o autocrítica en una fecha como hoy, estaríamos poniéndonos del lado de la indiferencia, de la irresponsabilidad, de esa corriente que sigue a los medios como si fuera un nuevo ídolo, sin darse cuenta de la burda manipulación que se hace mundialmente de la información y la verdad.
En defensa, precisamente, del periodismo, de la información, de la verdad es que hay que salir por los fueros de la dignidad y denunciar que sólo excepcionalmente ya se puede hallar profesionalidad y ética en el mundo entero y aunque ésto sea así, no es para consolarse sino para levantarse y vencer al materialismo dominante y reivindicar la humanidad misma; sus derechos, sus deberes, su conciencia.
La trivialización de los medios de comunicación, especialmente radio y televisión, está corroyendo la credibilidad de la prensa, de los periodistas, de la información; no sólo porque hay diversas miradas o interpretaciones sino porque quienes informan no están informados.
En el caso de Bolivia, por ejemplo, el conflicto de los "salubristas" no es el que aparece superficialmente bajo la excusa del horario sino el intento de mantener privilegios y "fueros" en una ridícula interpretación de lo que es la autonomía universitaria que casi siempre ha escondido el manejo partidista y sectario de nuestras universidades por profesionales "socialistas" de vida excesivamente aburguesada o, incluso, de imitación monárquica; lo que se quiere pues no es trabajar más o menos o dar cátedra paralelamente al trabajo sino ganar más con menor esfuerzo. Si nuestros periodistas estuvieran informados de esta realidad no harían de caja de resonancia de la impostura e investigarían también el origen del horario de las 6 horas, en qué régimen se dio, por quién, por qué y cómo. Lo mismo pasa con otros temas "actuales" como lo que atañe al TIPNIS o la demanda de los "profesores" del sistema de educación o la reforma que se está introduciendo, que no se investigan, se conocen, se analizan, para confrontar con la realidad, con los que saltan como actores de esto o lo otro y con los demagogos y usurpadores. Mucho se habla de democracia de libertades y muchos cuentos; pero nada se hace en realidad para fortalecer el sistema o la vigencia de los derechos porque cuando se falsea la verdad o se la desconoce por falta de vocación, no se es más que parte de los saboteadores, de los que no entienden la realidad porque no les interesa o porque no tienen capacidad para hacerlo.
En todo caso, un recuerdo amable para los periodistas de antaño y ogaño que dignifican la profesión, que saben lo que hacen y lo que dicen.
miércoles, 9 de mayo de 2012
¿INCONSTITUCIONAL?
Es curioso ver algunos "constitucionalistas" o "abogados" opinar, muy sueltos de cuerpo, sobre la suspención del decreto de las 8 horas de trabajo para los médicos porque, supuestamente, la figura no existe en la CPE; se olvidan, intencionalmente, de los procedimientos y leyes especiales y del Derecho Comparado o, por su precaria formación, los ignoran. Porque así como se puede decir cualquier cosa en defensa de una posición falsamente expuesta, habría que tener en cuenta que también en la Constitución está en forma explícita que no se puede mentir, robar o ser flojo, de la trilogía incaica que se ha incorporado como norma de moral.
Y lo que ellos hacen, inconstitucionalmente, es mentir pues sólo tangencialmente se refieren a la Ley Financial, que es lo que verdaderamente les importa, no sólo porque limita los gastos administrativos de las instituciones públicas sino porque, proceso judicial mediante, muchos profesionales están obligados a devolver el dinero percibido ilegalmente por meses o años.
De otro lado, se habla muy fácilmente de las deficiencias de las entidades de salud a cargo de los gobiernos departamentales o municipales y se llenan la boca al hablar de carencias e insuficiencias; pero lo que tampoco se dice es que cierta regla, si es que se puede llamar así, dice que "deficiencias públicas, ventajas privadas", pues algunos profesionales recolectan sus pacientes en las clínicas u hospitales para llevarlos a sus consultas o clínicas privadas, aduciendo lo que manejan como una mentira más: las deficiencias, por las que no hacen nada oportuna y eficazmente.
No hay pues un debate real, una justa exposición de motivos, un razonamiento basado en el interés popular y, entonces, se presentan las convulsiones, los problemas, las manifestaciones, los bloqueos que no sólo se pueden achacar a las chambonadas de los del gobierno eventual sino hasta a los cambios climáticos o la capa de ozono.
Porque si lo que les interesa es seguir ganando cuanto les plazca y en forma arbitraria, debieran tener el coraje de formular sus peticiones en forma razonada y explicar por qué se debería dar un trato discriminatorio y preferencial a los profesionales que, la mayoría de ellos, han estudiado con dineros de la gente en general en las universidades públicas; decir, que el estudio de la medicina es costoso y lleva años no es excusa porque, vocacionalmente, uno sabe lo que elige y por qué elige; a menos claro, que lo único que se busque es la satisfacción material, monetaria y se convierta la dedicación al prójimo en una mercancía más del economicismo del mundo. Pero si piensan así, por muy marxistas o trotskistas que aparezcan, lo menos que pueden hacer es decir la verdad, presentarse sin maquillajes ni disfraces y dar la cara.
Claro que para los desvergonzados es simplemente difícil.
Y lo que ellos hacen, inconstitucionalmente, es mentir pues sólo tangencialmente se refieren a la Ley Financial, que es lo que verdaderamente les importa, no sólo porque limita los gastos administrativos de las instituciones públicas sino porque, proceso judicial mediante, muchos profesionales están obligados a devolver el dinero percibido ilegalmente por meses o años.
De otro lado, se habla muy fácilmente de las deficiencias de las entidades de salud a cargo de los gobiernos departamentales o municipales y se llenan la boca al hablar de carencias e insuficiencias; pero lo que tampoco se dice es que cierta regla, si es que se puede llamar así, dice que "deficiencias públicas, ventajas privadas", pues algunos profesionales recolectan sus pacientes en las clínicas u hospitales para llevarlos a sus consultas o clínicas privadas, aduciendo lo que manejan como una mentira más: las deficiencias, por las que no hacen nada oportuna y eficazmente.
No hay pues un debate real, una justa exposición de motivos, un razonamiento basado en el interés popular y, entonces, se presentan las convulsiones, los problemas, las manifestaciones, los bloqueos que no sólo se pueden achacar a las chambonadas de los del gobierno eventual sino hasta a los cambios climáticos o la capa de ozono.
Porque si lo que les interesa es seguir ganando cuanto les plazca y en forma arbitraria, debieran tener el coraje de formular sus peticiones en forma razonada y explicar por qué se debería dar un trato discriminatorio y preferencial a los profesionales que, la mayoría de ellos, han estudiado con dineros de la gente en general en las universidades públicas; decir, que el estudio de la medicina es costoso y lleva años no es excusa porque, vocacionalmente, uno sabe lo que elige y por qué elige; a menos claro, que lo único que se busque es la satisfacción material, monetaria y se convierta la dedicación al prójimo en una mercancía más del economicismo del mundo. Pero si piensan así, por muy marxistas o trotskistas que aparezcan, lo menos que pueden hacer es decir la verdad, presentarse sin maquillajes ni disfraces y dar la cara.
Claro que para los desvergonzados es simplemente difícil.
martes, 8 de mayo de 2012
¿PAGO DE MULTAS?
La posición de los explotadores del transporte público para, supuestamente, no pagar "doble sanción" no es tal por muchos motivos; primero, por los expuestos en la misma ley municipal que no quieren acatar; segundo, porque ellos casi nunca han pagado sus boletas de infracción pues, de acuerdo a convenios con regímenes anteriores, varios de ellos con gobiernos tiránicos a los que sus dirigentes pidieron la medida de sus pantalones, no sólo que se beneficiaban de cierta participación en las multas sino que hasta tenían cuotas en la venta de licencias de conducir, certificados médicos y otros; tercero, porque al control del pago de multas y sanciones sale de su control que, se hacía o sigue haciéndose, desde sus oficinas ubicadas en las mismas instalaciones de la Unidad Operativa de Tránsito.
De lo que se trata, por tanto, es de la defensa de privilegios ilegales, inconstitucionales y antidemocráticos porque tampoco hay que olvidar que esos explotadores recurren frecuentemente al castigo corporal o el atentado contra la vida y la propiedad, en sus medidas de opresión que se ejecutan en las calles y caminos. Que nadie hace nada por la ley, desde los fiscales hasta los uniformados, es otra cosa que habría que añadir a los componentes del actual falso conflicto como un ingrediente alevoso más, en contra del pueblo y de la institucionalidad.
Esta es pues otra demostración que estamos viviendo una serie de "falsos problemas", porque no implican defensa de la democracia, del bien común, de la colectividad o la sociedad y, por el contrario, significan el desconocimiento de esos conceptos y una tendencia hacia el sectarismo que no puede excusarse siquiera en ningún régimen que se precie de demócrata.
De lo que se trata es de mantener feudos de explotación; de una parte los "transportistas" en caminos, calles y avenidas; de otra, los que no quieren perder sus privilegios en la administración de hospitales y otros centros de salud o aquellos que quieren seguir medrando del presupuesto universitario a título de "autonomía"; todo es falsedad, desconocimiento artero de los derechos ciudadanos, del bien común que nunca será suficiente reiterarlo.
Lo curioso de estas movilizaciones sectarias es que encontramos recalcitrantes trotskistas, comunistas, movimientistas, adenistas y otras yerbas, alegremente reunidos para sabotear la teoría del sistema de representación; para lo que, paradógicamente, cuentan con el aporte de algunos oficialistas que imitan el sectarismo de sus, dizque, oponentes.
De lo que se trata, por tanto, es de la defensa de privilegios ilegales, inconstitucionales y antidemocráticos porque tampoco hay que olvidar que esos explotadores recurren frecuentemente al castigo corporal o el atentado contra la vida y la propiedad, en sus medidas de opresión que se ejecutan en las calles y caminos. Que nadie hace nada por la ley, desde los fiscales hasta los uniformados, es otra cosa que habría que añadir a los componentes del actual falso conflicto como un ingrediente alevoso más, en contra del pueblo y de la institucionalidad.
Esta es pues otra demostración que estamos viviendo una serie de "falsos problemas", porque no implican defensa de la democracia, del bien común, de la colectividad o la sociedad y, por el contrario, significan el desconocimiento de esos conceptos y una tendencia hacia el sectarismo que no puede excusarse siquiera en ningún régimen que se precie de demócrata.
De lo que se trata es de mantener feudos de explotación; de una parte los "transportistas" en caminos, calles y avenidas; de otra, los que no quieren perder sus privilegios en la administración de hospitales y otros centros de salud o aquellos que quieren seguir medrando del presupuesto universitario a título de "autonomía"; todo es falsedad, desconocimiento artero de los derechos ciudadanos, del bien común que nunca será suficiente reiterarlo.
Lo curioso de estas movilizaciones sectarias es que encontramos recalcitrantes trotskistas, comunistas, movimientistas, adenistas y otras yerbas, alegremente reunidos para sabotear la teoría del sistema de representación; para lo que, paradógicamente, cuentan con el aporte de algunos oficialistas que imitan el sectarismo de sus, dizque, oponentes.
lunes, 7 de mayo de 2012
MENTIRAS Y VERDADES
Se ha vuelto una costumbre que la politiquería base su accionar en las mentiras; ya sea sobre el desarrollo nacional, la revolución o las reivindicaciones, se maneja convenientemente una variedad de falsedades que hacen cada vez más imposible distinguir entre un impostor y un verdadero representante de lo que fuere; porque tampoco ya es posible discriminar entre un izquierdista o un derechista pues se han mezclado de tal modo que la línea de separación no sólo es difusa sino también arbitraria. Hay derechistas que lucran con la manipulación de la izquierda, como hay izquierdistas que hacen lo mismo.
En cuanto al bien común, a la colectividad, las mayorías, las masas o el pueblo, son apenas eufemismos o sofismas que para nada cuentan en la generación de conflictos o de sus "soluciones". Lo mismo pasa con aquello del desarrollo nacional que se ve de acuerdo a la mentalidad de cada quien; para unos con alma de esclavo, los latinoamericanos en general somos incapaces de crecer sin la ayuda del "hermano mayor", de las transnacionales o la usura de los capitalistas y la "seguridad jurídica" que hay que ofrecer a los invasores pasa por bajarse los pantalones; para los otros, basta con la demagogia o las buenas intenciones y, generalmente, son los que caen en las trampas del economicismo y del propio "imperialismo" al no tener en cuenta que la improvisación no es lo mejor para fundar el desarrollo y que tiene que haber personal calificado; así sea contrario ideológicamente.
Tenemos varios problemas actuales que podrían servir de ejemplo para contrastar con la realidad y, sin ir más lejos, ahí están conflictos de los que no quieren trabajar 8 horas como todo el mundo y reclaman privilegios discriminatorios; los que se generan alrededor de una marcha de "indígenas" que hace rato ha dejado de ser tal o los que quieren pescar en río revuelto como los transportistas que se estornudan en las necesidades del pueblo.
Lo que es ya sumamente difícil encontrar es la verdad. No sólo en torno a las reivindicaciones sino alrededor de los mismos conflictos; porque viendo a los actores eventuales uno no termina de sorprenderse sobre cómo es posible que se unan derechistas e izquierdistas junto a la mentira o ex funcionarios públicos al lado de supuestos reclamos que dejan muy mal parados a los profesionales de la salud. Pero ahí están: generando un clima de enfrentamiento que, convenientemente, le achacan a quien quiera que sea pero que esconde su propia manipulación. Todavía nuestras "grandes ciudades", incluso, son comunidades pequeñas donde nos conocemos entre todos como para quedar sorprendidos por la impostura; pero no faltan los que caen en la trampa, alimentada también por la irresponsabilidad y el mercantilismo o amarillismo de varios medios de comunicación social que sirven otros intereses.
Y no se puede construir sobre la mentira. Pero también ahí está como una prueba de la declinación de la cultura occidental o de la propia humanidad.
En cuanto al bien común, a la colectividad, las mayorías, las masas o el pueblo, son apenas eufemismos o sofismas que para nada cuentan en la generación de conflictos o de sus "soluciones". Lo mismo pasa con aquello del desarrollo nacional que se ve de acuerdo a la mentalidad de cada quien; para unos con alma de esclavo, los latinoamericanos en general somos incapaces de crecer sin la ayuda del "hermano mayor", de las transnacionales o la usura de los capitalistas y la "seguridad jurídica" que hay que ofrecer a los invasores pasa por bajarse los pantalones; para los otros, basta con la demagogia o las buenas intenciones y, generalmente, son los que caen en las trampas del economicismo y del propio "imperialismo" al no tener en cuenta que la improvisación no es lo mejor para fundar el desarrollo y que tiene que haber personal calificado; así sea contrario ideológicamente.
Tenemos varios problemas actuales que podrían servir de ejemplo para contrastar con la realidad y, sin ir más lejos, ahí están conflictos de los que no quieren trabajar 8 horas como todo el mundo y reclaman privilegios discriminatorios; los que se generan alrededor de una marcha de "indígenas" que hace rato ha dejado de ser tal o los que quieren pescar en río revuelto como los transportistas que se estornudan en las necesidades del pueblo.
Lo que es ya sumamente difícil encontrar es la verdad. No sólo en torno a las reivindicaciones sino alrededor de los mismos conflictos; porque viendo a los actores eventuales uno no termina de sorprenderse sobre cómo es posible que se unan derechistas e izquierdistas junto a la mentira o ex funcionarios públicos al lado de supuestos reclamos que dejan muy mal parados a los profesionales de la salud. Pero ahí están: generando un clima de enfrentamiento que, convenientemente, le achacan a quien quiera que sea pero que esconde su propia manipulación. Todavía nuestras "grandes ciudades", incluso, son comunidades pequeñas donde nos conocemos entre todos como para quedar sorprendidos por la impostura; pero no faltan los que caen en la trampa, alimentada también por la irresponsabilidad y el mercantilismo o amarillismo de varios medios de comunicación social que sirven otros intereses.
Y no se puede construir sobre la mentira. Pero también ahí está como una prueba de la declinación de la cultura occidental o de la propia humanidad.
domingo, 6 de mayo de 2012
SALTÓ LA LIEBRE
Después de la reunión de universidades saltó la liebre: el problema de los médicos no es de dignidad, capacidad profesional y retribución ni nada de lo que mentirosamente se mantiene; la cuestión real es oponerse a la aplicación de la Ley Financial en las universidades que, como dijimos, puso un muro de contención al gasto arbitrario, sectario e irracional del presupuesto en salarios de docentes y trabajadores que ganaban lo que sus partidos disponían y sin tener en cuenta objetivos de eficiencia o eficacia.
Y es que la aparición de ex funcionarios públicos a la cabeza de las protestas no tenía nada de bueno; por el contrario, anunciaba no únicamente una sorda manipulación del conflicto sino intereses que están en contra del bien común, de la colectividad, del Estado; porque estos ex funcionarios se acostumbraron a ganar sin trabajar y no quieren perder la costumbre, por mucho que se desgarren las vestiduras por esto o lo otro; su propia militancia en varios partidos, su falta de conciencia e ideología, es para hacer sospechar cualquier cosa.
Se trata pues de un nuevo intento de remedar el caballo de Troya, claro que con cambio del animal porque les salió zorrino y sin que exista un Ulises que lidere la cuestión y simples desvergonzados que se quieren parecer al héroe griego. Así son las cosas; no todo lo que se dice es cierto en Bolivia, especialmente, cuando la politiquería ha invadido los comportamientos y las conciencias; lo mismo pasa en el tema TIPNIS que cada vez tiene que ver menos con esa región del país y sirve de pretexto para una variedad de temas; desde el tráfico continuado de madera, hasta la producción de cocaína, pasando por la venta de tierras, el usufructo de la dirigencia sindical o étnica o la defensa del salario por la ONG del sofisma.
Lo malo de esta impostura es que el pueblo queda como pagano, como víctima y con una gran impotencia y, además, frustración por lo que se hace en su nombre y so pretexto de democracia, derechos o libertades y, cuidado, con que se levante y eche de sus espaldas a esos parásitos de toda índole que quieren chupar su sangre como si no nos conociéramos, como si fuera posible mentir reiteradamente, como si nuestra memoria fuera tan frágil que se nos puede meter gato por liebre.
Lo que también hay que preguntarse es: ¿Por qué los profesionales no tienen el valor de decir la verdad? Y hay una variedad de respuestas y la principal es que puede desnudar su falta de moral y su propia y precaria formación profesional, ideológica e intelectual.
Y es que la aparición de ex funcionarios públicos a la cabeza de las protestas no tenía nada de bueno; por el contrario, anunciaba no únicamente una sorda manipulación del conflicto sino intereses que están en contra del bien común, de la colectividad, del Estado; porque estos ex funcionarios se acostumbraron a ganar sin trabajar y no quieren perder la costumbre, por mucho que se desgarren las vestiduras por esto o lo otro; su propia militancia en varios partidos, su falta de conciencia e ideología, es para hacer sospechar cualquier cosa.
Se trata pues de un nuevo intento de remedar el caballo de Troya, claro que con cambio del animal porque les salió zorrino y sin que exista un Ulises que lidere la cuestión y simples desvergonzados que se quieren parecer al héroe griego. Así son las cosas; no todo lo que se dice es cierto en Bolivia, especialmente, cuando la politiquería ha invadido los comportamientos y las conciencias; lo mismo pasa en el tema TIPNIS que cada vez tiene que ver menos con esa región del país y sirve de pretexto para una variedad de temas; desde el tráfico continuado de madera, hasta la producción de cocaína, pasando por la venta de tierras, el usufructo de la dirigencia sindical o étnica o la defensa del salario por la ONG del sofisma.
Lo malo de esta impostura es que el pueblo queda como pagano, como víctima y con una gran impotencia y, además, frustración por lo que se hace en su nombre y so pretexto de democracia, derechos o libertades y, cuidado, con que se levante y eche de sus espaldas a esos parásitos de toda índole que quieren chupar su sangre como si no nos conociéramos, como si fuera posible mentir reiteradamente, como si nuestra memoria fuera tan frágil que se nos puede meter gato por liebre.
Lo que también hay que preguntarse es: ¿Por qué los profesionales no tienen el valor de decir la verdad? Y hay una variedad de respuestas y la principal es que puede desnudar su falta de moral y su propia y precaria formación profesional, ideológica e intelectual.
sábado, 5 de mayo de 2012
LA SOGA Y EL CABRITO
Los pocos médicos que atizan el conflicto en salud, pueden perder la soga y el cabrito con la reacción gubernamental, que ha convocado una cumbre en torno al tema, porque no es cierto que hayan problemas de horas más u horas menos, de dignidad profesional o eficiencia sino que la cuestión es la vigencia de la Ley Financial que no les permite ya ganar lo que quieran y a su arbitrio, so pretexto de autonomía universitaria, que, desde hace tiempo, sólo ha servido para el parasitismo y partidismo sectario y usufructuario de las arcas del Estado.
En una cumbre por la salud no sólo tienen que estar médicos, enfermeras o farmacéuticos sino, principalmente, los enfermos y, mayoritariamente, los ciudadanos de a pie, es decir, los que, hasta el momento no gozan del derecho a enfermarse y recibir una atención oportuna y, si es posible, gratuita. No habrá pues posibilidad que unos pocos, a título de 7 o 10 años de estudio, sigan cobrando al ciudadano común por un período de especialización y formación que no pagan sino muy parcialmente con alguno que otro trabajo de voluntariado. ¿Cuánto cuesta cada profesional al pueblo? Es una de las preguntas que tendrá que responder la cumbre y plantear las formas de pago de los beneficiados, a través de su servicio en el sistema público de salud o de alguna otra manera.
En una reunión por la salud, debe primar el bien común que es, precisamente, lo contrario de lo que postulan actualmente algunos profesionales de la medicina bajo argumentos sofísticos que no aguantan un breve análisis pero que hacen eco por la irresponsabilidad de los dueños de medios de comunicación que están en otras ocupaciones y menesteres.
En un cónclave donde debe debatirse el valor de la vida humana, los esfuerzos institucionales por preservarla, los intentos académicos por prevenir enfermedades o restituir funciones disminuidas o rehabilitar las mismas, no pueden sostenerse ni sofismas ni privilegios; por lo tanto, el servicio médico debe retornar a lo que fuera antes del mercantilismo actual: El Juramento de Hipócrates y extenderse a quienes quieran trabajar abnegadamente por el sector sin las intransigencias y chantajes de algunos "dirigentes sindicales" que no sólo han profesionalizado la ocupación y la han hecho vitanda sino que no entran dentro de los parámetros de selección que el sistema debiera exigir para ser eficiente y no discriminatorio.
Con todos estos antecedentes y esperando que tampoco la demagogia de los "movimientos sociales" o los "indígenas o indígena-originarios" haga lo suyo, la cumbre sobre la salud puede aportar verdaderas soluciones a este problema que ya no aguanta más como está y que requiere de ajustes estructurales y, peor todavía, cuando se manejan mentiras para seguir en el disfrute de la ineficiencia e incapacidad.
En una cumbre por la salud no sólo tienen que estar médicos, enfermeras o farmacéuticos sino, principalmente, los enfermos y, mayoritariamente, los ciudadanos de a pie, es decir, los que, hasta el momento no gozan del derecho a enfermarse y recibir una atención oportuna y, si es posible, gratuita. No habrá pues posibilidad que unos pocos, a título de 7 o 10 años de estudio, sigan cobrando al ciudadano común por un período de especialización y formación que no pagan sino muy parcialmente con alguno que otro trabajo de voluntariado. ¿Cuánto cuesta cada profesional al pueblo? Es una de las preguntas que tendrá que responder la cumbre y plantear las formas de pago de los beneficiados, a través de su servicio en el sistema público de salud o de alguna otra manera.
En una reunión por la salud, debe primar el bien común que es, precisamente, lo contrario de lo que postulan actualmente algunos profesionales de la medicina bajo argumentos sofísticos que no aguantan un breve análisis pero que hacen eco por la irresponsabilidad de los dueños de medios de comunicación que están en otras ocupaciones y menesteres.
En un cónclave donde debe debatirse el valor de la vida humana, los esfuerzos institucionales por preservarla, los intentos académicos por prevenir enfermedades o restituir funciones disminuidas o rehabilitar las mismas, no pueden sostenerse ni sofismas ni privilegios; por lo tanto, el servicio médico debe retornar a lo que fuera antes del mercantilismo actual: El Juramento de Hipócrates y extenderse a quienes quieran trabajar abnegadamente por el sector sin las intransigencias y chantajes de algunos "dirigentes sindicales" que no sólo han profesionalizado la ocupación y la han hecho vitanda sino que no entran dentro de los parámetros de selección que el sistema debiera exigir para ser eficiente y no discriminatorio.
Con todos estos antecedentes y esperando que tampoco la demagogia de los "movimientos sociales" o los "indígenas o indígena-originarios" haga lo suyo, la cumbre sobre la salud puede aportar verdaderas soluciones a este problema que ya no aguanta más como está y que requiere de ajustes estructurales y, peor todavía, cuando se manejan mentiras para seguir en el disfrute de la ineficiencia e incapacidad.
viernes, 4 de mayo de 2012
LENGUAJE E INCOMUNICACIÓN
Definitivamente el lenguaje parece que ya no sirve a la comunicación entre la gente y, todo lo contrario, sirve más bien para llevar agua al propio molino.
La comprobación está en las siguientes frases recogidas de las revueltas de salubristas contra el oficialismo: Un estudiante de Medicina: "Nosotros estábamos bloqueando pacíficamente"; ¿acaso el bloqueo en sí mismo no es un acto de violencia? ¿Cuál pacífico? Otro refiriéndose a los policías: "Cuando vayan al hospital van a ver si los atendemos" Queda implícito que el pichón no piensa jurar a Hipócrates. Otro más en una entrevista por la tv y al consultarle el presentador si el pueblo no era perjudicado con tanto bloqueo y manifestación: "Es que no se puede atacar directamente al gobierno". Lo que quiere decir que el pueblo está entre ambas fuerzas sin motivo ni razón alguna pero sufriendo las consecuencias.
Y así como estas frases nos develan, por lo menos, cierta difucultad en el manejo del lenguaje o las intenciones aviezas de venganza no lo hacen con el motivo principal del conflicto, que no es lo que públicamente se maneja sino lo que se mueve detrás de bambalinas: La Ley Financial, que ha puesto coto a la distribución, arbitraria, alegre y caprichosa del presupuesto universitario entre catedráticos y trabajadores del partidismo sectario, pues hace décadas que la "autonomía" no ha significado otra cosa que el disfrute administrativo de feudos entre los partidos de "izquierda" que, enemigos del capitalismo, no dudaban ni dudan en beneficiarse de granjerías económicas que sus conmilitones ponían o ponen a su alcance. El ganar diez o veinte veces más que un funcionario público o un profesional en el área privada, se obtenía gracias a la "autonomía" según la cual el gobierno no podía ejercer ninguna fiscalización en los dineros que las universidades obtienen de los recursos naturales y la participación del pueblo todo en el sistema tributario.
Tal y como lo apuntábamos hace días, el conflicto no es ni siquiera por el privilegio de trabajar sólo seis horas sino por seguir ganando por el partidismo sectario porque, contrariamente a la teoría, los cargos en las universidades se siguen distribuyendo no por capacidad o méritos sino por militancia partidista y, entonces, no hay por que sorprenderse cuando vemos entre los activistas, no a meritorios profesionales, sino a ex funcionarios públicos que aparecen como ex comunistas, ex movimientistas, ex miristas o ex adenistas, curiosamente reunidos para "atacar el gobierno" como manifestó uno de sus cachorros.
Por lo tanto, el lenguaje ya no es una vía de comunicación o información sino de engaño o desinformación porque sirve para ocultar, más que para aclarar, el pensamiento y la conducta de las personas. Lo que sí nos vuelve a sorprender es la sabiduría de los mayas cuando hablan del tiempo del no tiempo; que habría que extender como el lenguaje del no lenguaje.
Y si esto ocurre entre los "intelectuales", imagínense lo que está pasando entre los que no lo son o tienen limitaciones en su formación e instrucción, aunque eso no es impedimento alguno para sean dirigentes sindicales y, más todavía, profesionales de la impostura.
La comprobación está en las siguientes frases recogidas de las revueltas de salubristas contra el oficialismo: Un estudiante de Medicina: "Nosotros estábamos bloqueando pacíficamente"; ¿acaso el bloqueo en sí mismo no es un acto de violencia? ¿Cuál pacífico? Otro refiriéndose a los policías: "Cuando vayan al hospital van a ver si los atendemos" Queda implícito que el pichón no piensa jurar a Hipócrates. Otro más en una entrevista por la tv y al consultarle el presentador si el pueblo no era perjudicado con tanto bloqueo y manifestación: "Es que no se puede atacar directamente al gobierno". Lo que quiere decir que el pueblo está entre ambas fuerzas sin motivo ni razón alguna pero sufriendo las consecuencias.
Y así como estas frases nos develan, por lo menos, cierta difucultad en el manejo del lenguaje o las intenciones aviezas de venganza no lo hacen con el motivo principal del conflicto, que no es lo que públicamente se maneja sino lo que se mueve detrás de bambalinas: La Ley Financial, que ha puesto coto a la distribución, arbitraria, alegre y caprichosa del presupuesto universitario entre catedráticos y trabajadores del partidismo sectario, pues hace décadas que la "autonomía" no ha significado otra cosa que el disfrute administrativo de feudos entre los partidos de "izquierda" que, enemigos del capitalismo, no dudaban ni dudan en beneficiarse de granjerías económicas que sus conmilitones ponían o ponen a su alcance. El ganar diez o veinte veces más que un funcionario público o un profesional en el área privada, se obtenía gracias a la "autonomía" según la cual el gobierno no podía ejercer ninguna fiscalización en los dineros que las universidades obtienen de los recursos naturales y la participación del pueblo todo en el sistema tributario.
Tal y como lo apuntábamos hace días, el conflicto no es ni siquiera por el privilegio de trabajar sólo seis horas sino por seguir ganando por el partidismo sectario porque, contrariamente a la teoría, los cargos en las universidades se siguen distribuyendo no por capacidad o méritos sino por militancia partidista y, entonces, no hay por que sorprenderse cuando vemos entre los activistas, no a meritorios profesionales, sino a ex funcionarios públicos que aparecen como ex comunistas, ex movimientistas, ex miristas o ex adenistas, curiosamente reunidos para "atacar el gobierno" como manifestó uno de sus cachorros.
Por lo tanto, el lenguaje ya no es una vía de comunicación o información sino de engaño o desinformación porque sirve para ocultar, más que para aclarar, el pensamiento y la conducta de las personas. Lo que sí nos vuelve a sorprender es la sabiduría de los mayas cuando hablan del tiempo del no tiempo; que habría que extender como el lenguaje del no lenguaje.
Y si esto ocurre entre los "intelectuales", imagínense lo que está pasando entre los que no lo son o tienen limitaciones en su formación e instrucción, aunque eso no es impedimento alguno para sean dirigentes sindicales y, más todavía, profesionales de la impostura.
jueves, 3 de mayo de 2012
LIBERTAD DE PRENSA
Como cualquiera de esos "día de ...", hoy se cumple el destinado a la prensa y, la verdad, no son muy halagüeñas las cosas por una variedad de circunstancias que no dependen del periodista en sí mismo. Hay que recordar al respecto, que hace ya varios años en un seminario virtual sobre el tema se llegó a la conclusión que el 93% de la prensa en el mundo es propiedad de las grandes transnacionales; sólo el 7% podría calificarse como independiente o, incluso, menos porque en muchos países la información-propaganda se ha hecho también un negocio de "autogestionarios".
Como si fuera poco, hay que soportar la insurgencia de una variedad de "comunicadores" que improvisados o mal preparados están haciendo estragos en los medios de comunicación, especialmente la radio y la televisión, porque si no han convertido esas frecuencias en vulgares chicherías las han cabaretizado o vulgarizado al extremo que hasta en sus mensajes se puede leer: "mandanos tu chisme". Y de eso abunda en la casi totalidad de los medios que corresponden a las transnacionales que muy poco o casi nada informan sobre la verdad o sobre las cuestiones realmente importantes y estructurales de la humanidad.
Hoy no importa la información fidedigna, la orientación racional o la educación sino el ruido; nada hace de dónde provenga ni a qué negocio se refiera, la cuestión es hacer ruido "subir el volumen" como gritan algunos impostores de los micrófonos en esa selva enmarañada en que se ha convertido la frecuencia modulada y que compite en quién es peor.
El verdadero periodista, aquel ser culto e informado es ya una excepción y tiene cada vez más cerradas las puertas de los medios porque no es bienvenido o porque el asco le hace rehuir esas entradas. Es una pena pero esconder esta realidad sería el peor atentado, precisamente, a la libertad de prensa, que no se hace de impunidad o de irresponsabilidad a la hora de desinformar, mellar la dignidad de las personas o buscar acomodo en la función pública, por medio de "críticas" continuadas a las autoridades donde se busca el sueldito.
Nuestra propia realidad actual es una comprobación de los males que aquejan a la prensa porque la información si no es tendenciosa, es incompleta y si no, miren los informativos y contrasten con la cotidianeidad.
El mejor homenaje que se puede hacer a la libertad de prensa, de expresión, de información es siendo fiel a la realidad y los objetivos del periodismo, de la comunicación social positiva, de la orientación racional, especialmente en los países donde los sistemas de educación no están respondiendo eficientemente a los retos de la actualidad; ya sea porque se mantienen cautivos del sindicalismo partidista o porque sus autoridades no tienen el valor de enfrentar esta realidad de manipulación mundial con inteligencia y tino.
Con estas observaciones, no hay que celebrar ningún día de la prensa sino hacer del periodismo ese apostolado diario que se está perdiendo.
Como si fuera poco, hay que soportar la insurgencia de una variedad de "comunicadores" que improvisados o mal preparados están haciendo estragos en los medios de comunicación, especialmente la radio y la televisión, porque si no han convertido esas frecuencias en vulgares chicherías las han cabaretizado o vulgarizado al extremo que hasta en sus mensajes se puede leer: "mandanos tu chisme". Y de eso abunda en la casi totalidad de los medios que corresponden a las transnacionales que muy poco o casi nada informan sobre la verdad o sobre las cuestiones realmente importantes y estructurales de la humanidad.
Hoy no importa la información fidedigna, la orientación racional o la educación sino el ruido; nada hace de dónde provenga ni a qué negocio se refiera, la cuestión es hacer ruido "subir el volumen" como gritan algunos impostores de los micrófonos en esa selva enmarañada en que se ha convertido la frecuencia modulada y que compite en quién es peor.
El verdadero periodista, aquel ser culto e informado es ya una excepción y tiene cada vez más cerradas las puertas de los medios porque no es bienvenido o porque el asco le hace rehuir esas entradas. Es una pena pero esconder esta realidad sería el peor atentado, precisamente, a la libertad de prensa, que no se hace de impunidad o de irresponsabilidad a la hora de desinformar, mellar la dignidad de las personas o buscar acomodo en la función pública, por medio de "críticas" continuadas a las autoridades donde se busca el sueldito.
Nuestra propia realidad actual es una comprobación de los males que aquejan a la prensa porque la información si no es tendenciosa, es incompleta y si no, miren los informativos y contrasten con la cotidianeidad.
El mejor homenaje que se puede hacer a la libertad de prensa, de expresión, de información es siendo fiel a la realidad y los objetivos del periodismo, de la comunicación social positiva, de la orientación racional, especialmente en los países donde los sistemas de educación no están respondiendo eficientemente a los retos de la actualidad; ya sea porque se mantienen cautivos del sindicalismo partidista o porque sus autoridades no tienen el valor de enfrentar esta realidad de manipulación mundial con inteligencia y tino.
Con estas observaciones, no hay que celebrar ningún día de la prensa sino hacer del periodismo ese apostolado diario que se está perdiendo.
miércoles, 2 de mayo de 2012
AUMENTO Y ESPECULACIÓN
Muchas veces, el aumento que el Gobierno concede a los trabajadores anualmente, queda en la nada porque los especuladores se encargan de elevar el costo de la canasta familiar sin otro motivo que su ambición.
Infelizmente, estas acciones gubernamentales no cuentan con el apoyo de los respectivos ediles, que deben controlar el mercado interno y que siguen como si la política de la libre oferta y demanda fuera la piedra de toque, cuando ya en el mundo entero se ha demostrado que es un completo sofisma. Existen tristes experiencias en el pasado reciente que se podrían traer a colación para ver cómo los especuladores le ganan a la administración del Estado porque sólo controla parcialmente la economía, pues a título de falta de empleo, de industria o de modernización tecnológica, los agiotistas se dan modos para seguir ganando de acuerdo a su propia ventralidad y descaro.
Por esto, antes que ver si el porcentaje de aumento sirve o no para incrementar el salario, lo que habría que exigir es que se controlen mejor los precios, las medidas, las ventas en ese amplio mercado que ha invadido aceras, calles y avenidas, no como emergencia de algún déficit estructural sino como una consecuencia del economicismo avaricioso que rige la economía mundial.
Por esto también es sinceramente preocupante que el alcalde del Cercado cochabambino haya firmado un acuerdo con los "gremialistas" renunciando explícitamente al cumplimiento de sus funciones y atribuciones y dejando en manos de los propios comerciantes el mercado, que no va a tardar en traer serias consecuencias para la economía legal, regular, formal de la ciudad y de la región.
Si controlásemos nuestros mercados, por encima de los sofismas neoliberales que han hecho mucho daño al mundo entero y continúan haciéndolo como en Grecia, Portugal, España, para sólo citar los más dramáticos, seguramente tendríamos una mejor economía que no siempre se salde con más despidos, con precariedad salarial, con falta de empleo y con la subida de impuestos, como está sucediendo en la península ibérica y cuyos gobernantes, en su oferta electoral, dijeron todo lo contrario de los que están haciendo, con las lógicas consecuencias de desesperación de los trabajadores y de los que no pueden acceder al mercado laboral.
Por mucho que aparezca como retrógrado o lo que los neoliberales quieran, el control de nuestros mercados es importante tanto para dirigir nuestra misma industria nacional como para que los salarios no se devalúen apenas aumentados, porque los especuladores no tienen patria ni conciencia.
Infelizmente, estas acciones gubernamentales no cuentan con el apoyo de los respectivos ediles, que deben controlar el mercado interno y que siguen como si la política de la libre oferta y demanda fuera la piedra de toque, cuando ya en el mundo entero se ha demostrado que es un completo sofisma. Existen tristes experiencias en el pasado reciente que se podrían traer a colación para ver cómo los especuladores le ganan a la administración del Estado porque sólo controla parcialmente la economía, pues a título de falta de empleo, de industria o de modernización tecnológica, los agiotistas se dan modos para seguir ganando de acuerdo a su propia ventralidad y descaro.
Por esto, antes que ver si el porcentaje de aumento sirve o no para incrementar el salario, lo que habría que exigir es que se controlen mejor los precios, las medidas, las ventas en ese amplio mercado que ha invadido aceras, calles y avenidas, no como emergencia de algún déficit estructural sino como una consecuencia del economicismo avaricioso que rige la economía mundial.
Por esto también es sinceramente preocupante que el alcalde del Cercado cochabambino haya firmado un acuerdo con los "gremialistas" renunciando explícitamente al cumplimiento de sus funciones y atribuciones y dejando en manos de los propios comerciantes el mercado, que no va a tardar en traer serias consecuencias para la economía legal, regular, formal de la ciudad y de la región.
Si controlásemos nuestros mercados, por encima de los sofismas neoliberales que han hecho mucho daño al mundo entero y continúan haciéndolo como en Grecia, Portugal, España, para sólo citar los más dramáticos, seguramente tendríamos una mejor economía que no siempre se salde con más despidos, con precariedad salarial, con falta de empleo y con la subida de impuestos, como está sucediendo en la península ibérica y cuyos gobernantes, en su oferta electoral, dijeron todo lo contrario de los que están haciendo, con las lógicas consecuencias de desesperación de los trabajadores y de los que no pueden acceder al mercado laboral.
Por mucho que aparezca como retrógrado o lo que los neoliberales quieran, el control de nuestros mercados es importante tanto para dirigir nuestra misma industria nacional como para que los salarios no se devalúen apenas aumentados, porque los especuladores no tienen patria ni conciencia.
martes, 1 de mayo de 2012
RECUPERAR EL SINDICATO
Se ha anunciado que el Gobierno aprobaría el día de hoy algunos decretos para "dignificar el sindicato" y aunque todavía no conocemos el contenido de los mismos; ¿no sería mejor impulsar una política de recuperación de la asociación gremial? Porque hace ya bastante tiempo que los sindicatos se han convertido en instrumentos de los partidos de la politiquería nacional; no hay más que recordar la composición de distintos directorios de la COB o algunos sindicatos importantes para comprobar cómo fueron capturados por los partidos que extendieron su intromisión también a los colegios de profesionales y hasta las instituciones culturales y otras.
Hoy mismo en plena confrontación entre el sindicato de médicos y el oficialismo, podemos ver como portavoces a ex comunistas, ex miristas, ex adenistas, ex emeneristas (curiosa salsa), que no sólo que no sabemos si ya abandonaron sus respectivas tiendas partidistas o continúan con el transfugio y ubicuidad que mostraron en anteriores gestiones de gobierno para aparecer como funcionarios públicos; lo mismo ocurre con la llamada marcha de los indígenas, donde aparecen como "solidarios" ex dirigentes partidistas o sindicalistas y también como financiadores de la caminata.
El sindicato, como agrupación de intereses gremiales, hace pues bastante tiempo que ha perdido su esencia y no es que postulemos el sindicalismo anideológico sino que, anteriormente, si bien todos tenían cierta ideología no la priorizaban ante los intereses de sus representados; cosa que muy pocas veces se ha visto desde que la "gloriosa COB", fundada al calor del partidismo sectario funcionara también como un partido y ahí están las pruebas: en la historia de los últimos sesenta años de la república y su participación en la "asamblea popular", la UDP o, ahora mismo, que se quiere convertir en "instrumento político" para participar de las elecciones presidenciales.
Tampoco hay que olvidar que la mayoría de los sindicatos se manejaron al estilo estalinista con una "democracia centralista" que obvió lo principal de ese sistema: la representación y la representatividad, para hacer de la dirigencia sindical una profesión o la catapulta para hacerse "nuevo rico".
No sólo existe pues la necesidad de dignificar el sindicato sino de recuperarlo de la artera manipulación partidista que, ávida de cuotas y canonjías corrupción mediante, ha tergiversado sus funciones y objetivos y quiere terminar entregando ese instrumento gremial a lo peor de los partidos de la politiquería nacional: La corrupción.
Sólo cuando recuperemos el sindicato, podremos hablar de dignidad y de la valentía y entrega que significaba su apostolado, porque eso era, hasta antes de la "revolución nacional" que no sólo entregó el destino de la patria a la Embajada sino que hizo lo mismo con el sindicato a los partidos. Y si no, que lo digan los actuales dirigentes comunistas o trotskistas que manejan la educación, la salud o el proletariado sólo para el usufructo de cuotas y canonjías materialistas.
Hoy mismo en plena confrontación entre el sindicato de médicos y el oficialismo, podemos ver como portavoces a ex comunistas, ex miristas, ex adenistas, ex emeneristas (curiosa salsa), que no sólo que no sabemos si ya abandonaron sus respectivas tiendas partidistas o continúan con el transfugio y ubicuidad que mostraron en anteriores gestiones de gobierno para aparecer como funcionarios públicos; lo mismo ocurre con la llamada marcha de los indígenas, donde aparecen como "solidarios" ex dirigentes partidistas o sindicalistas y también como financiadores de la caminata.
El sindicato, como agrupación de intereses gremiales, hace pues bastante tiempo que ha perdido su esencia y no es que postulemos el sindicalismo anideológico sino que, anteriormente, si bien todos tenían cierta ideología no la priorizaban ante los intereses de sus representados; cosa que muy pocas veces se ha visto desde que la "gloriosa COB", fundada al calor del partidismo sectario funcionara también como un partido y ahí están las pruebas: en la historia de los últimos sesenta años de la república y su participación en la "asamblea popular", la UDP o, ahora mismo, que se quiere convertir en "instrumento político" para participar de las elecciones presidenciales.
Tampoco hay que olvidar que la mayoría de los sindicatos se manejaron al estilo estalinista con una "democracia centralista" que obvió lo principal de ese sistema: la representación y la representatividad, para hacer de la dirigencia sindical una profesión o la catapulta para hacerse "nuevo rico".
No sólo existe pues la necesidad de dignificar el sindicato sino de recuperarlo de la artera manipulación partidista que, ávida de cuotas y canonjías corrupción mediante, ha tergiversado sus funciones y objetivos y quiere terminar entregando ese instrumento gremial a lo peor de los partidos de la politiquería nacional: La corrupción.
Sólo cuando recuperemos el sindicato, podremos hablar de dignidad y de la valentía y entrega que significaba su apostolado, porque eso era, hasta antes de la "revolución nacional" que no sólo entregó el destino de la patria a la Embajada sino que hizo lo mismo con el sindicato a los partidos. Y si no, que lo digan los actuales dirigentes comunistas o trotskistas que manejan la educación, la salud o el proletariado sólo para el usufructo de cuotas y canonjías materialistas.
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