lunes, 28 de abril de 2014

APRESTOS BÉLICOS

Ucrania denuncia que Rusia pretende iniciar la "tercera guerra mundial" y pide la ayuda del mundo en general. Esto de los aprestos bélicos es tan antiguo como el hombre; sea con trompetas, flechas o armas nucleares siempre los unos han querido ir contra los otros por motivos baladíes, reales o escondidos. Si analizamos la verdadera historia de las dos primeras guerras "mundiales" nos encontraremos con que los motivos que, en su momento, se sostuvieron no fueron tales y, más bien, acomodos de la política económica y de explotación del hombre por el hombre. Tampoco la revolución bolchevique tuvo nada que ver ni con el socialismo ni con los proletarios del mundo. El planeta está así y mientras no haya quien empiece a construir la paz, que no es la simple ausencia de guerra, todo seguirá igual; en Ucrania como en Bolivia pues no hay que dejar de considerar que la declaración del mandamás de la diplomacia de la oligarquía chilena que ha cerrado las puertas para siempre al derecho de los bolivianos al mar, más que una muestra de nerviosismo, es la reiteración de la vieja política oligárquica que siempre ha servido a alguien; en la Guerra del Pacífico como en la Guerra de Las Malvinas y sería ridículo pensar que ahora no piensa intermediar los intereses del Norte.
Los aprestos bélicos son pues la constante; así como José María de Lera decía que la violencia era la misma cuando se aprobaba un incremento en los precios o en la colocación de una bomba, así también hay una declaración abierta o encubierta de guerra cuando se dice que si tal o cual país no se somete a esto o lo otro, no queda otra opción que la ocupación, pues no de otro modo se excusaría lo ocurrido en Afganistan, Irak, Bahía Cochinos o el Cuerno de África.
El hombre quiere convivir; pero los gobernantes pretenden imponerse. Por eso es que tantas veces Europa fracasó en su intento de unificación y también nuestra América, la latina, sufre los obstáculos que se generan lo mismo en la derecha que la izquierda. Los gobernantes cuando no responden a sus pueblos generalmente son sirvientes de los intereses de otros y esto no se traduce simplemente en la declaratoria de guerra o la invasión de los vecinos sino en los índices de pobreza o abandono de su propia población, como es el caso de Chile, donde los mapuches son los eternos ausentes de todo o los pobladores de las "callampas" que sólo cuando se incendian, como ocurrió en Valparaíso, llaman eventualmente la atención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario