lunes, 17 de marzo de 2014

LA VENTILADORA

No es la primera vez y seguramente tampoco será la última que cuando se denuncia un caso de inmoralidad, corrupción e impunidad, lo más lógico y necesario es encender la ventiladora y salpicar a medio mundo; no importa que, efectivamente, esté o no comprometido, la cuestión es desviar las culpas hacia otros para así consolidar ese cínico dicho de: "la vergüenza pasa, el beneficio queda".
Y que nadie se sorprenda sobre la situación pues los ejemplos más que abundan. Nadie que negoció con la "·nacionalización de las minas", la venta de las Libras Esterlinas del Banco Central, el desmantelamiento de YPFB, la venta como chatarra de movilidades o herramientas nuevas a los "compañeros" o la compra de palas cerealeras para las minas, devolvió nunca un centavo y no sólo él sino que sus familias disfrutaron sin vergüenza, el fruto de la corrupción familiar, partidista, logiera o sectaria.
Por lo demás, quienes incurren en delitos no son tan zonzos como se espera y toman sus recaudos, no sólo al enviar los dineros a cuentas bancarias del exterior sino también a montar trampas a sus propios correligionarios o cómplices voluntarios u obligados.
Mientras tanto, nuestros politiqueros no hacen otra cosa que desgarrarse las vestiduras y echarse ceniza en la cara, queriendo hacernos creer que cumplen algún papel; puede que sí; pero el de la propia impunidad. Porque, vayamos a ver: Si no se aclara, no esclarece como se dice a veces mal, el caso del separatismo generado por unas cuantas personas en Santa cruz, con fuerte apoyo internacional, no es hacerle bien a la patria sino contribuir a la traición; puede que existan varios incautos que se hayan dejado llevar por esto o lo otro pero eso no los libera de culpas. Los que piden a gritos y sollozos, ahora, ante la fuga de uno de los investigadores, que se termine ese caso o que vuelva a fojas cero, no le hacen bien a la justicia ni a la patria sino a todo lo contrario y por mucho que la ventiladora siga funcionando y pringando a más autoridades o ciudadanos comunes lo que hay que propugnar es que continúe, se termine donde debe terminar, se aclare completamente para que no se repita so capa de autonomía, descentralización, regionalismo o lo que fuera.
La ventiladora es un instrumento eficaz para desviar la atención sobre las cuestiones estructurales y, hasta ahora, ha servido a los corruptos y los impunes y dejarnos llevar por ella no es mostrar un mínimo de sentido común o inteligencia.

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