Cuentan que en un club donde toda sugerencia iba a parar a una comisión conformada al respecto; un socio, cansado de tanta lata, sugirió que no forzosamente se creara una comisión para cada moción presentada y se procediera con mayor dinamismo: Se creó una comisión para analizar el tema
En Bolivia también la politiquería nos tiene acostumbrados a ver cómo se forman, y se esfuman, comisiones para esto o aquello, habría que hacer un listado más denso que una guía telefónica para tratar de dar cuenta sobre su número y carácter.
Hoy, o más bien ayer, los disidentes del partido de gobierno anunciaron que crearán una "comisión de la verdad" sobre temas trillados y que, al parecer, no tendrán una aclaración precisa. Independientemente de la motivación o la majadería, lo que hay que ver son las cuestiones no sólo legales sino también morales, aunque, en ambos casos, sea difícil establecer qué lo es y qué no.
Pero si revisamos la historia podemos encontrarnos que ninguna de estas comisiones sirvió para nada más que el espectáculo o el berrinche de turno, no se conoce un dictamen final y oficial respecto a las materias investigadas que, muchas veces, son cuestionadas por minorías o mayorías descontentas, de acuerdo a las circunstancias. Un listado de tres manejados con muchas propaganda, puede darnos luces al respecto: El Proceso 111, el tema de los narcovínculos del MIR o el desvío de la ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto de Aiquile. ¿Alguien puede señalar un culpable o recordarnos sus conclusiones?
No nos hagamos pues a los tontos. Y no es que se quiera apañar algo o contribuir a la impunidad campeante desde hace décadas en el país y el mundo; no, lo que pasa es que, como espectáculo, estas comisiones ya no atraen a nadie y, más bien, dan paso a otras interrogantes. Entre los proponentes hay miembros del legislativo, donde ya se sustanció un informe aunque con observaciones, como es lógico, ¿Por qué votaron por la aprobación quienes hoy quieren volver sobre el tema? ¿Doble moral?, ¿Incumplimiento de deberes?
Por lo demás crear comisiones para todo y para nada no sólo es un despilfarro de los dineros del Estrado sino una burla a la aspiración ciudadana que lo que más quiere es que se sustituya la politiquería por política, el partidismo por ideología, el sectarismo por bien común.
Y, como se ve, no hay una comisión para encarar estos temas que son mucho más estructurales y fundamentales.
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