sábado, 5 de octubre de 2013

REPRESENTATIVIDAD

Una cosa que está poniendo muy de manifiesto la actual protesta o acatamiento a la distribución de escaños, es la falta de representatividad en que incurren tanto los parlamentarios, cuya disminución se reprocha, como los "cívicos" a los que se cuestiona muchas cosas.
Porque ni los unos ni los otros representan en verdad, las necesidades y aspiraciones del pueblo; ambos, por sectarismo o manipulación. Porque, infelizmente, los denominados "movimientos sociales", "indígena-originarios" o vulgares sindicalistas no están haciendo otra cosa que repetir los males de la defenestrada "clase política" y los comités cívicos debieran ya dejar de existir porque hace tiempo que no representan a nadie y porque la elección de los mandamases de turno no corresponde a ningún tipo de democracia.
De otro lado, incluso hay los que quieren hacer protagonismo para acceder al parlamento, que sin embargo critican, o quedarse con las dietas actuales, dejando todo nada más que como un acto del escenario de la politiquería que, pese a la falta de representación o de ejecución presupuestaria, pide lo mismo que critica o se conforma con la actual ineficiencia.
Lo malo es que esta actitud majadera se está contagiando al ciudadano común que cree que debe apoyar o no las medidas adoptadas por unos y otros, no de acuerdo a una razonamiento propio o analítico sino llevado por la información que se maneja por los diferentes medios, de acuerdo a sus propias conveniencias. O, lo que es peor, buscando el ocio prolongado.
Que los problemas que se confrontan iban a darse; no es ninguna novedad ni asunto de analistas y otras yerbas; es que la propia Constitución Política del Estado da para el desbarajuste porque tampoco ha podido recoger verazmente lo que el pueblo demandaba con la salida forzosa de los partidos que se habían entroncado al árbol de las peras, Por eso, es que una respuesta estructural debiera darse procediendo a la reforma de la CPE y haciéndola más realista, menos sectaria, más clara y menos ampulosa, confusa y contradictoria como actualmente se presenta.
Pero, hasta ahora, a nadie se le ha ocurrido presentar la moción de reforma porque se han embarcado prematuramente en la campaña electoral y lo que se persigue no es el bien común o la democracia sino los intereses partidistas, sectarios, familiares o personales.
Y así no vamos a ninguna parte ni aumentando los escaños o el presupuesto o los huelguistas de hambre y haciéndole juego simplemente a la impostura.

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