lunes, 11 de marzo de 2013

¿QUÉ ES BOLIVIA?

Si contestásemos con palabras de Bolívar: "es un ansia infinita de libertad"; ¿pero traduce el sentimiento, más que conocimiento, de lo que es nuestra patria?
Y es que, independientemente de estadísticas, geografía, recursos naturales o posición geopolítica, a Bolivia pareciera que la conocen y la aman más los extranjeros que los propios bolivianos. Y no es exageración porque la característica del paisano es estar en contra de otro igual, aunque dicen que se repite a lo largo y ancho de Latinoamérica, pero no por eso deja de ser así; mientras los que llegan de fuera de nuestras fronteras, una vez que sienten el alma de la patria nuestra, ya no la quieren dejar y hay muchos que han dejado sus huesos o, incluso, han sido "repatriados" después de ser enterrados allende el mar.
¿Pero por qué somos así? En primer lugar, porque nuestra historia oficial miente más que enseña, encubre más que aclara, peyorativiza más que engrandece y porque, además, el legado más fuerte de los españoles parece ser la envidia hispánica que ha echado profundas raíces.
Con todo, no somos pocos los que amamos realmente la patria y cada vez aprendemos más a conocerla, recorriendo sus caminos, sintiendo sus pueblos, cantando o silbando su folclore o música autóctona, doliéndonos de sus frustraciones y también de los que, no viéndose al espejo, despotrican contra el indio que corre por sus venas y al que no quieren entender. Por eso es que fracasaron los intelectuales, los llamados de derecha como de izquierda, los imitadores de modelos, principios o filosofías, los que viven con la mirada fuera y no dentro.
A Bolivia hay que entenderla y buscarla con el corazón, no con el cerebro, no está en las estadísticas ni las comparaciones; la única forma de hallarla es sintiéndola, palpitando el corazón con su cultura, recorriéndola, si es preciso, a pie. No hay otra forma porque es su espíritu que hay que buscar.

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