La muerte de Chávez ha vuelto a poner en el tapete el tema de la integración y la solidaridad latinoamericana, pues mientras unos sienten su partida otros, aunque no lo digan, celebran su fallecimiento.
¿Por qué? Pues porque algunos creen que es mejor cerdo satisfecho que hombre en lucha; cabeza de ratón que cola de león, simple imitador que con tendencia a la autenticidad y los medios de comunicación funcionan más bien como medios de alienación, al consumismo y, al final, al materialismo.
Es la falta de identidad lo que nos hace miopes a nuestras propias necesidades, ignorantes de la prepotencia de unos pocos, resignados a la fuerza de la brutalidad, contentos con ser copias que caras diferentes, sirvientes que dueños de su propio destino.
Y se da lo mismo entre los ignorantes, los poco informados, que los diputados, asambleístas o senadores que, como se puede ver, carecen de representación y de representatividad porque no traducen la urgente necesidad de la integración, de la fraternidad, de la solidaridad.
Infelizmente, los medios alternativos de comunicación, como las redes sociales, están agudizando esta falta de identidad, de autenticidad, de libertad; porque quien no copia o no pone en su muro esto o aquello, está la margen.
Todo intento de integración debe ser bien recibido y ponderado; sólo la falta de identidad, la alienación, la estupidez, hacen que no podamos percibir lo que es bueno o malo y creamos que es mejor seguir recibiendo instrucciones y dinero de más allá del río Bravo que intentar la autenticidad y la libertad.
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