jueves, 14 de marzo de 2013

EL NUEVO PAPA

Independientemente de si lo más relevante es que sea latinoamericano -no sólo latino sino nacido en el Continente Americano- o que sea jesuita, lo cierto es que la elección del nuevo Papa va a traer repercusiones de todo tipo y por mucho tiempo. Y razones sobran, no sólo hay que atender el caso de la corrupción o señales de ella que se sospechan desde hace tiempo o las denuncias de esto o lo otro sino, fundamentalmente, si el papado es de este o del otro mundo.
El mismo nombre que ha elegido, en la suposición que sea por San Francisco de Asís, que realmente no fue sacerdote, es ya significativo cuando se trata de proponer una percepción de lo que es la religión y eso que se llama Iglesia y que se confunde generalmente con el clero, que no es más que un componente del "pueblo de Dios".
Aunque, como siempre, se le buscan aristas a todo y especialmente por quienes no son ni siquiera creyentes y se lo hace aparecer como ultraconservador; tampoco hay que dejarse llevar por esas percepciones porque unos se han dedicado a hacer cualquier cosa para las cámaras, por conveniencia o incluso hipocresía; mientras otros las hacen por convicción.
Lo interesante es que cada vez más se ratifica la posibilidad que en estas latitudes y longitudes esté el nuevo mundo, es decir, el futuro de la humanidad no únicamente por las costumbres, tradiciones, culturas antiguas y porque el centro energético de la tierra se haya trasladado del Himalaya al Titicaca sino también porque hay un sueño profético de Don Bosco que habría que reinterpretar.
En cualquier caso, no hay que olvidar que, de una u otra manera, estamos involucrados todos.

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