Aunque es ya difícil hablar de los urus legítimos e incontaminados pues mientras unos emigraron hacia el lago Titicaca en clanes, otros se mezclaron con aymaras o quéchuas y viven en las ciudades; representantes de dos de los tres pueblos sobrevivientes en los alrededores del lago Poopó, han iniciado una caminata hacia la sede de gobierno para tratar de recuperar sus propias tierras y que se respeten sus derechos.
Los urus, para quienes no lo sepan, son los componentes de un pueblo "anterior al sol", de "sangre negra" y que habita tierras bolivianas desde antes de la historia misma; uno de sus idiomas, ya que en verdad nunca se ha podido establecer cuál hablaban cotidianamente, es el pukina que sería la lengua secreta de los Incas o el idioma en que se transmitió la doctrina ídem de ese grupo humano que, según algunos estudiosos, puede ser anterior, incluso, al tiwanakota que no sería más que la supervivencia de los atlantes del mundo y cuya historia todavía no conocemos porque el prejuicio europeo no sólo desconoció el avance de las civilizaciones que conquistó hace más de cinco siglos sino que destruyó su patrimonio con una saña que sólo se puede atribuir a la barbarie.
En verdad, sorprende que aún haya sobrevivientes de esta raza; pero por eso mismo hay que atender las reivindicaciones de un pueblo que no es agropecuario sino que mantiene su tradición de caza y pesca en un medio donde la mayoría de la gente se preguntaría qué comen por lo exiguo que parecen ser fauna y flora y por la contaminación severa que aqueja su principal hábitat: el lago Poopó donde desembocan las aguas del otro lago mítico del altiplano, el Titicaca. Ojalá encuentren respuestas más allá de la demagogia porque estamos hablando de nuestras raíces mismas.
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