domingo, 28 de octubre de 2012

MÁS CONTROL EN INTERNET

La ONU ha recomendado a los gobiernos ejercer mayor control en la red internacional y tiene legítimas razones para hacerlo, aunque no sea el cacareado terrorismo que, muchas veces, sirve para la represión de otros.
Y es que en este intrincado sistema de comunicación todo es posible, desde el mensaje escondido hasta la vulgaridad. Y, a las más de las personas, lo que más preocupa es esto último: la vulgaridad porque crea un ambiente de vergüenza ajena pues lo que está degenerando es la principal virtud de los hombres: la comunicación, el lenguaje. Y así como hay que exigir que un albañil sepa usar el badilejo o en carpintero el serrucho, lo menos que podemos pedir a quienes quieren comunicar algo, es que usen bien el lenguaje.
Porque no es cuestión de introducir "creatividad" metiendo la k donde corresponde una c o usando "abreviaturas" de tanta ramplonería que da miedo por la capacidad del emisor sino de no llegar a la vulgaridad del insulto, de la difamación, de la calumnia fácil, como es común ya en ciertas personas que se dicen críticos u opositores y que dan una imagen triste de su formación y espíritu. Alguien decía que no había por qué llamar a nadie alcahuete, pudiendo decirle trota conventos y es real; hasta para criticar, para resaltar los aspectos negativos hay maneras elegantes de hacerlo sin caer en lo soez que no siempre tampoco es procacidad sino invalidez lingüística o inhabilidad en el manejo de la lengua.
Si en cierta ocasión dijimos que vivíamos, otra vez, en la Torre de Babel no es porque hablemos diferentes idiomas sino porque hablando la misma lengua, no nos entendemos y no lo hacemos porque hemos perdido la capacidad de la comunicación por las deficiencias del lenguaje.
Hay que ejercer mejor control de la red; estamos de acuerdo, pero no para combatir cierto "terrorismo" sino para preservar la habilidad y la inteligencia en la comunicación y es deber de los gobiernos el hacerlo, aunque los de la ONU se opongan o digan lo contrario.

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