martes, 30 de octubre de 2012

EL COSTO DE LA TECNOLOGÍA

No es ninguna novedad; pero el costo de la tecnología en nuestros países del sistema liberal que, sofísticamente, se maneja como si el mercado se autoregulara, es no sólo alto sino oneroso y discriminatorio.
Lo peor es que algunas empresas que fungen como cooperativas, son las que se han adueñado de la distribución de varios servicios como la telefonía, la televisión o la red Internet sin posibilidad de reclamo alguno porque tienen los medios para hacer presión sobre las autoridades, a través de una serie de artificios.
El reciente corte de las antenas parabólicas, por mucho que se excuse en determinaciones regionales o internacionales, no deja de ser un abuso y desconocimiento del derecho a la ciencia, la tecnología y el saber y es producto de la presión que hablamos de las empresas que, abusivamente, fijan sus precios lo más alto que pueden por una calidad que, en otros lugares, no se permite y se puede demandar como estafa. Aquí no sucede lo mismo porque las instituciones encargadas de vigilar los servicios básicos o la veracidad de las empresas no cumplen su función pues, si lo hicieran, hasta este momento no existirían remedos de "cooperativas" que no sólo dicen mal de su apariencia sino que ponen dudas sobre la institucionalidad y el estado de derecho.
Además, las "cooperativas" se han convertido en refugio de viejos zorros de la "clase política" que siguen sembrando nabos en las espaldas de la gente y robando discreta o abiertamente porque el socio, el "cooperativista", no tiene capacidad de usar de sus derechos y condición de tal.
Como en toda la economía liberal o liberalísima, los que ganan son los que aparecen como intermediarios en claro perjuicio del productor y del consumidor.

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