Como era de esperar algunos reaccionaron desgarrándose las vestiduras y echándose ceniza en el rostro, ante las declaraciones de Morales que no hizo más que transmitir, y así lo dijo, lo que el pueblo piensa desde hace tiempo: que las universidades fiscales están en crisis.
Crisis que se puede percibir hasta en la ausencia de una oposición política al "empirismo" gobernante, porque la U ha dejado de ser el laboratorio de ideas, para convertirse en fundo partidista; la Casa Superior está llena de títulos vanos pero ya no de ciencia y tecnología sino muy excepcionalmente. El debate se ha sustituido por la violencia y la cantina, la trascendencia de ideas por el tronar de parlantes que, lógicamente, deprimen los cerebros de docentes y estudiantes.
Por mucho que duela y precisamente por eso, no se puede reaccionar de la manera en que se lo está haciendo y en lugar de apostrofar a nadie, sería mejor proceder a eso que hace tiempo falta en la universidad: Una revolución académica y política que le devuelva su identidad con el pueblo, su compromiso con la patria y su calidad de laboratorio de ideas, principios, hipótesis y teorías. Lo demás es pura majadería y, curiosamente, izquierdista en mentalidades derechistas.
Que la universidad fiscal esté en crisis tampoco significa que las privadas estén en lo mejor, que hay excepciones, claro; pero también hay que ver si no sólo es el dinero lo que persiguen algunas y exigir que el compromiso para con la sociedad, sea el mismo que se les exige a las públicas porque ambas son del Estado, bien y correctamente definido.
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