Algunos medios tendenciosos, agrandan las noticias que los organismos internacionales esparcen intencionalmente en contra o en favor de determinados países. Así los informes sobre coca o cocaína pueden ser alegremente interpretados para molestar los gobernantes o dar respiro a otros. ¿Pero quién cree ya en tales informes? Porque, hasta ahora, no se ha explicado coherentemente el financiamiento de la Operación Irán-Contras y mientras eso no suceda cualquier informe al respecto hay que darlo por falso. Lo peor de esta desinformación, porque eso es, es que nuestros propios connacionales se presten a la difamación, a la calumnia, porque si bien no podemos negar que en el país hay coca excedentaria y elaboración de cocaína, hay que aceptar también que mucha de la droga decomisada no es procedente de nuestro territorio que apenas sirve de paso hacia otro país. Y lo mismo sucede con otros temas y, al respecto, no hay que olvidar aquellos que se hicieron públicos para excusar las privatizaciones y no reflejaban ninguna realidad sino la maniobra internacional de acaparamiento y de usurpación que los organismos internacionales manejaron para hacer viable su política neoliberal que fue causa no sólo de la quiebra de algunos Estados sino también la incursión en ellos de las mafias internacionales del contrabando, la prostitución y las drogas y el caso de la ex URSS es patético.
La credulidad en encuestas, estadísticas e informes ya no pasan tan fácilmente como antes y la mayoría se da cuenta que tienen también otras intenciones que la simple interpretación o distorsión de la realidad, aunque siga siendo lamentable la persistencia de "felipillos" que quieren hacer fiesta de la desgracia ajena. Aunque también siempre habrá que preguntar: ¿Y cómo vamos por casa?
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