jueves, 3 de noviembre de 2011

ESTADÍSTICAS Y ENCUESTAS

Una diversión añadida al circo diario es el de las encuestas o estadísticas; se presentan con cualquier motivo y con cualquier excusa; sea para engañar al electorado o dar cuenta de realidades parciales. Churchill, decía: "yo sólo creo en las estadísticas que manipulo personalmente" y es suficiente para no creer en ellas; pero hay gente hasta fanática del engaño.
Es lo que está ocurriendo en estos días con eso del niño 7000 millones que, dizque, ya tiene el planeta en su superficie y que seguramente va a servir para excusar ideas peregrinas y hasta criminales; porque no hay que olvidar que, desde Malthus, la humanidad vive pendiente de su número en el supuesto que no habrá lo suficiente para comer; aunque han habido y hay voces que dicen lo contrario y en la década del setenta mientras unos advertían sobre la población otros decían que no sólo hay suficiente para todos sino demás; que lo único está en repartir equitativamente y no de acuerdo a planes especulativos, discriminadores o raciales.
La economía actual, su manejo, sus intríngulis, en cierto modo, confirman que no hay ni habrá falta de alimentos, que lo que hay que hacer es distribuir bien lo que se tiene y evitar el despilfarro que hace que mientras en unos puntos hay gordos desvergonzados; en otros los niños mueran de hambre o de sed.
Para creer en las estadísticas, primero, habría que creer en los políticos y, ciertamente, no hay asidero para ello; entonces, ¿para qué creer en estadísticas o encuestas, sabiendo que es parte de la politiquería?
Según un estadista egipcio, bastaría con destinar el 1% del PIB mundial, para acabar con el hambre en el mundo. Es también una estadística.

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