Los que esperaban encontrar argumentos para su voto, en España. seguramente han salido totalmente frustrados luego del debate entre los principales candidatos a suceder a Rodriguez Zapatero por que los mismos no han hecho otra cosa que corroborar la muerte de los partidos. Y es que no sólo se preguntan cuándo el PSOE dejó de ser socialista, si es que alguna vez lo fue, sino que en otros países no saben si existe diferencia entre izquierda y derecha, pues no la hallan a juzgar por los resultados.
La lucha ideológica, programática, ha desaparecido en el mundo entero y no solo que los partidos han fenecido sino que parece haber llegado la hora de los individuos, aunque se enfrenten en base a simples majaderías como nos mostró el "debate" español que no fue sino una repetición de otros que se dieron en diferentes partes del planeta con los mismos inútiles resultados. Pero, cuidado, porque la situación nos puede llevar a las tiranías no únicamente de las personas sino también de otros sectarismos como apuntan en Bolivia a raíz de la insurgencia de los "movimientos sociales" que quisieron llenar el vacío dejado por los partidos políticos que sólo excepcionalmente mostraron ser tales.
Todo un triunfo, podrán decir algunos, de la estrategia neoliberal de desinformación, indiferencia y hasta repulsa que han ido sembrando en la politiquería de la que ellos mismos no salen hace siglos y se conforman con adorar el nuevo becerro de oro: el dinero y andan pendientes de las alzas y bajas de la bolsa que no es más que un ídolo del materialismo que agoniza tanto como los partidos.
Estamos pues inmersos en un ambiente de cambio y hay que estar alertas porque no sea que, en río revuelto, sean los mismos los que quieran ganar porque la gente confunde politiquería con política y como no quiere saber nada de la primera no hace la segunda y se condena a sí mismo.
¡El partido ha muerto, viva el caudillo! Aunque parece ser una opción no es tal porque nos conduce de la sartén al fuego y ya demasiadas veces hemos caído en lo mismo como para repetir el error. En la crisis total que vivimos: calma y serenidad para buscar y encontrar las respuestas. Curiosamente, tal vez, estén en viejas leyendas, costumbres o culturas que, hasta ahora, sólo han sido difamadas por la declinante Cultura o Civilización Occidental.
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