jueves, 17 de noviembre de 2011

EL "TORNADO" Y LOS "PERIODISTAS"

Aunque no era mi intención fatigarlos con más de una información u opinión diariamente, las circunstancias hacen que me aleje de ese intento para comentar las "dificultades" de los que fungen como periodistas y que se expresan especialmente en la televisión con cada "información" que da grima y ganas de reír.
Porque, primero, confunden un tornado, es decir, un huracán, con un simple torbellino, o sea un remolino de viento y agua, que es lo que se ha dado en el sur de la ciudad de Cochabamba; pero no sólo eso sino que también dicen que fue un "intento de tornado" o que "se llevó árboles y techos por el cielo" o, incluso, que determinada niña fue "arrancada de los brazos de su madre", cuando uno de los testigos afirma que estaba vendiendo refrescos y fue alzada por la fuerza del remolino y depositada debajo de un automóvil; ni qué decir de los horrores ortográficos cuando, en el generador de caracteres, ponen que el "tornado" "arrazó" Pucara Grande.
Y es que por mucho que celebremos que algunas universidades hayan abierto carreras de periodismo o comunicación, resulta una frustración cuando comprobamos tanta ignorancia o improvisación y, peor todavía, cuando vemos cómo se maneja la noticia, la opinión, el acontecer nacional; tendenciosamente.
Está bien reclamar por la libertad de expresión, por la pluralidad de ideas o la libertad de información; pero cuando éstas degeneran en servilismo, en ignorancia, en impostura, hay que parar las orejas y no dejar pasar las cosas porque, entonces, lo que hacemos es convertirnos en cómplices de la mediocridad, del engaño, de la desinformación, de la falta de moral y de ética. Y, nada raro, que un tornado haga polvo de eso mismo que se quiere defender.

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