miércoles, 29 de enero de 2014

LA DEMOCRACIA

Están empezando a aparecer fuertes críticas a la democracia y, curiosamente, no porque se haya convertido en un artículo de mercado sino porque, dizque, se la está pervirtiendo.
Hay que reconocer que, en muchos casos, la situación es esa: En la ex URSS, por ejemplo, la democracia no era una realidad ni una ficción sino una mentira que se hacía tragar lo mismo interna que externamente; tampoco en EEUU la democracia se puede decir que exista porque el modo de votación, la forma de elección de candidatos, la manera de recuento de votos y muchos factores más hacen que también sea una farsa; lo mismo que en Europa donde lo más llamativo ha sido, en Alemania, la reelección de su actual mandataria que, muy clara, dijo que ella tomaba las decisiones, lo que hace del sistema un teatro.
También en la América Latina los "veranillos democráticos" que, de cuando en cuando, nos regalaba la embajada no eran sino remedos de lo que etimológica o políticamente se puede concebir respecto al gobierno del pueblo por el pueblo y, por lo tanto, nos la retiraban en cuanto era necesario un tirano más obediente y obsecuente.
No es pues primera vez que se hacen críticas a la democracia aunque más bien a su ejercicio que no siempre es lo mismo, ya que, especialmente, el sectarismo lo ensombrece todo; ya se trate de la "dictadura del proletariado" o el acaparamiento del aparato comercial por parte de los "empresarios". Por eso es que cuando surgen programas de gobierno que tratan de recuperar la esencia misma del sistema de representación, se oponen unos y otros y hasta se agarran de las mechas, como muchas veces se ha visto en los hemiciclos del mundo. Por lo demás, detrás de toda "democracia" suelen estar los fantasmas de las oligarquías o de las oclocracias que son iguales de temer.
En el planeta no se ha dado todavía un modelo ideal de democracia especialmente en los regímenes partidistas que, de por sí, son contrarios a la democracia, lo mismo que los sindicatos, los "movimientos sociales" o las ideologías exclusivistas y no integracionistas como el marxismo, el trotskismo o el neoliberalismo que tampoco tienen nada que ver ni con Marx, Engels, Trotski o Smith pues también se han pervertido, no sólo en la interpretación sino también en la recopilación de antiquísimas aspiraciones e ilusiones de la humanidad y de los hombres de la tierra.
¿Que la democracia la están pervirtiendo?; no. Hace tiempo que ya está así porque no hay diferencia entre el rey sol que decía: "el Estado soy yo" y cualquier demagogo que se alza diciendo que la democracia es él.

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