Una de las tareas pendientes en Bolivia, es la de la eficiencia. No la conseguimos por mucho esfuerzo que hagamos, si es que hacemos alguno, y ni siquiera en los llamados poderes del Estado se puede encontrar algo al respecto. Todo lo contrario; pues, verbigracia, los denominados legisladores en cuanto se sientan en sus curules empiezan a "legislar" redactando o haciendo redactar reglas sobre esto o lo otro que no hacen sino complicar la situación y hacer más enmarañado el panorama pues, al contrario de la sabiduría que aconseja cuanto menos reglas, mejor; las mismas se van multiplicando.
Ahora mismo, la asamblea legislativa nacional asegura haber aprobado cientos de leyes y por mucho que la mayoría de ellas sea un canto a la luna, no hay duda que están extraviados y lo mismo sucede con las asambleas departamentales. Se ha anunciado la renovación de las directivas y en una reunión de diputados y senadores en la residencia oficial del Ejecutivo y se ha decidido nombrar dos sustitutos en las cabezas legislativas dando una lección de la "independencia de poderes" y de la eficiencia parlamentaria.
Los recién nombrados anuncian la elaboración y aprobación de más leyes y, entre ellas, algunos códigos para reemplazar los vigentes. Aunque nadie nos ha dicho de las virtudes y capacidades de los recién designados, no elegidos, es de esperar que la tónica de la "eficiencia" legislativa se mantenga, es decir, más leyes y más confusión. Con este ambiente ¿qué se puede distinguir entre los que nos hacía tragar la "clase política" y lo que quieren repetir los "indígena-originarios"?
Y, como si no fuera suficiente, en Bolivia debe ser el lugar donde menos se hacen cumplir las leyes pues no sólo hay que contar con los abogados formados para burlarlas y no hacerlas cumplir, y donde escapan sólo excepciones, sino también el clientelismo partidista, el sectarismo y las influencias de la inmoralidad y la impunidad.
En estos días, precisamente, el alcalde del Cercado de Cochabamba, nos ha dado un ejemplo de lo que puede hacer la majadería, al presentar un recurso judicial en contra de los personeros que manejan el Hospital Viedma, por supuesto incumplimiento de deberes, sin mirar la viga del propio ojo. El que se haya declarado improcedente debiera importar el inicio de un otro sumario ya que no se pueden tomar las cosas a la ligera tratándose de las leyes y los asuntos de la comunidad. Pero así está el ambiente legal, y legislativo, en el país y es suficiente para medir la eficiencia de la burocracia en el ámbito nacional.
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