Una de las buenas noticias de antes del 52, del anterior siglo, era la creación de sindicatos entre los trabajadores no sólo de las minas o las fábricas sino también en el campo. A esa acción de reivindicación y sacrificio, como era lógico, se respondió con la persecución, el exilio o la muerte; la condición de dirigentes, entonces, no era una situación de privilegio sino de riesgo.
Pero a partir de fines de los cuarenta y principios de los cincuenta, el sindicato no sólo empezó a formar parte del partido, cualquiera que fuera, sino que se fue desvirtuando; a tal grado, que empezó a hacerse privilegio, remuneración, vil metal; que se cobraba no únicamente de las cuotas sindicales que aportaban los que creían en el sindicalismo o no sino también de las propias empresas que concedían viáticos, del gobierno que tenía gastos "reservados" para repartir entre "opositores" o del contubernio en los negociados con el dinero público.
Tan partidistas se volvieron los sindicatos que, muchas veces, las opciones sólo se daban entre comunistas y trotskistas, como entre los mineros o los "trabajadores de la educación" que se daban modos para mantener en la marginación las otras corrientes, lógicamente, con la ayuda del gobierno que transaba el "reconocimiento", lo que la embajada hacía con ellos mismos.
Pero lo peor vino después, cuando los sindicatos degeneraron aún más y se convirtieron en los existentes en Chicago y se hicieron instrumento de pequeños grupos de explotadores, de oportunistas, de comerciantes o de paracaidistas que siempre caían como los gatos: sobre las patas.
Por eso es que ya la gente no cree en los sindicatos y sus efectos negativos se están viendo en la pésima calidad de la educación, en el crecimiento de la informalidad y la delincuencia en el comercio o en la manipulación del sindicato para hacerse elegir en listas de candidatos o penetrar en los poderes del Estado para hacer sectarismo.
A estas alturas no es pues raro que la COB haya decidido, por fin, hacerse partido, aunque siempre lo fue, y que, mientras unos quieren elegir sus propios candidatos, otros prefieran subirse al carro del oficialismo; pero el sindicalismo como asociación gremial, como institución de reivindicación social o económica, ha dejado de existir hace tiempo y por eso tampoco es raro que no sólo los policías se hayan sindicalizado sino que sus mujeres hayan hecho lo mismo y participen de las negociaciones salariales de sus maridos.
Reflexiones y noticias desde un ángulo absolutamente personal y que no compromete a nadie sino a mí mismo. Puede ser ampliado con fotografías sobre la actualidad; no siempre esas "importantes" sino de la vida cotidiana.
viernes, 31 de enero de 2014
jueves, 30 de enero de 2014
EL BENEFICIO QUEDA
Hace ya varias décadas que se ha hecho una suerte de máxima de conducta aquello de: "la vergüenza pasa; el beneficio queda" y que tuvo su auge en los gobiernos dependientes o neoliberales donde la "coimisión", los "gastos reservados", los negociados se distribuían en función de los intereses de los partidos o las mezquindades que se manejaban desde la embajada y que se distribuían igual entre acérrimos derechistas que izquierdistas, entre demócratas o simpatizantes de tiranos.
Hacer una lista de los actos de corrupción en la administración del Estado en Bolivia, sería de nunca acabar porque habría que registrar desde las latas de manteca de nunca hubieron, las palas para cereales que se compraron para las minas hasta las coimas que se recibieron para la privatización de recursos y empresas estatales; pero son, digamos, hechos menores aunque sus beneficios se cuenten en millones de dólares. Porque lo más signiticativo de la corrupción ha sido la dependencia misma, es decir, el haber entregado el destino de los bolivianos a los vaivenes de la política internacional norteamericana y que manejaba lo mismo a los adictos al capital como a los enemigos de él; no por nada, si analizamos la historia sin anteojeras, nos encontraremos que muchas veces han hecho cogobierno o se han peleado por lo mismo: el dinero.
También en el ámbito internacional la corrupción cabalga sin que nadie trate siquiera de detener su bestialidad; porque está tanto en el espionaje internacional como en la imposición de recetas económicas a los países subdesarrollados que los hegemónicos rechazarían por ser venenosos y la comprobación está en la política generada en el FMI y el BM, que sólo se impuso entre los débiles.
Y ni qué decir que las mentiras o la desinformación que se maneja para invadir países y apropiarse de sus recursos naturales o de las corporaciones internacionales que acaparan la industria, la ciencia y la tecnología y las han vuelto usureras o esa plaga que Francisco denunció ayer nomás.
La corrupción sigue siendo el caballo que cabalga en el planeta libremente y ya no sabemos si corresponde al de Troya o es uno de los anunciados en el apocalipsis; porque así sean unas monedas que los pobres recogen del banquete de los ricos o que los grandes exprimen de los débiles; la vergüenza pasa o se olvida fácilmente, especialmente cuando se manipula los medios de información, pero el beneficio queda.
El que esté libre de culpa, que arroje la primera piedra.
Hacer una lista de los actos de corrupción en la administración del Estado en Bolivia, sería de nunca acabar porque habría que registrar desde las latas de manteca de nunca hubieron, las palas para cereales que se compraron para las minas hasta las coimas que se recibieron para la privatización de recursos y empresas estatales; pero son, digamos, hechos menores aunque sus beneficios se cuenten en millones de dólares. Porque lo más signiticativo de la corrupción ha sido la dependencia misma, es decir, el haber entregado el destino de los bolivianos a los vaivenes de la política internacional norteamericana y que manejaba lo mismo a los adictos al capital como a los enemigos de él; no por nada, si analizamos la historia sin anteojeras, nos encontraremos que muchas veces han hecho cogobierno o se han peleado por lo mismo: el dinero.
También en el ámbito internacional la corrupción cabalga sin que nadie trate siquiera de detener su bestialidad; porque está tanto en el espionaje internacional como en la imposición de recetas económicas a los países subdesarrollados que los hegemónicos rechazarían por ser venenosos y la comprobación está en la política generada en el FMI y el BM, que sólo se impuso entre los débiles.
Y ni qué decir que las mentiras o la desinformación que se maneja para invadir países y apropiarse de sus recursos naturales o de las corporaciones internacionales que acaparan la industria, la ciencia y la tecnología y las han vuelto usureras o esa plaga que Francisco denunció ayer nomás.
La corrupción sigue siendo el caballo que cabalga en el planeta libremente y ya no sabemos si corresponde al de Troya o es uno de los anunciados en el apocalipsis; porque así sean unas monedas que los pobres recogen del banquete de los ricos o que los grandes exprimen de los débiles; la vergüenza pasa o se olvida fácilmente, especialmente cuando se manipula los medios de información, pero el beneficio queda.
El que esté libre de culpa, que arroje la primera piedra.
miércoles, 29 de enero de 2014
LA DEMOCRACIA
Están empezando a aparecer fuertes críticas a la democracia y, curiosamente, no porque se haya convertido en un artículo de mercado sino porque, dizque, se la está pervirtiendo.
Hay que reconocer que, en muchos casos, la situación es esa: En la ex URSS, por ejemplo, la democracia no era una realidad ni una ficción sino una mentira que se hacía tragar lo mismo interna que externamente; tampoco en EEUU la democracia se puede decir que exista porque el modo de votación, la forma de elección de candidatos, la manera de recuento de votos y muchos factores más hacen que también sea una farsa; lo mismo que en Europa donde lo más llamativo ha sido, en Alemania, la reelección de su actual mandataria que, muy clara, dijo que ella tomaba las decisiones, lo que hace del sistema un teatro.
También en la América Latina los "veranillos democráticos" que, de cuando en cuando, nos regalaba la embajada no eran sino remedos de lo que etimológica o políticamente se puede concebir respecto al gobierno del pueblo por el pueblo y, por lo tanto, nos la retiraban en cuanto era necesario un tirano más obediente y obsecuente.
No es pues primera vez que se hacen críticas a la democracia aunque más bien a su ejercicio que no siempre es lo mismo, ya que, especialmente, el sectarismo lo ensombrece todo; ya se trate de la "dictadura del proletariado" o el acaparamiento del aparato comercial por parte de los "empresarios". Por eso es que cuando surgen programas de gobierno que tratan de recuperar la esencia misma del sistema de representación, se oponen unos y otros y hasta se agarran de las mechas, como muchas veces se ha visto en los hemiciclos del mundo. Por lo demás, detrás de toda "democracia" suelen estar los fantasmas de las oligarquías o de las oclocracias que son iguales de temer.
En el planeta no se ha dado todavía un modelo ideal de democracia especialmente en los regímenes partidistas que, de por sí, son contrarios a la democracia, lo mismo que los sindicatos, los "movimientos sociales" o las ideologías exclusivistas y no integracionistas como el marxismo, el trotskismo o el neoliberalismo que tampoco tienen nada que ver ni con Marx, Engels, Trotski o Smith pues también se han pervertido, no sólo en la interpretación sino también en la recopilación de antiquísimas aspiraciones e ilusiones de la humanidad y de los hombres de la tierra.
¿Que la democracia la están pervirtiendo?; no. Hace tiempo que ya está así porque no hay diferencia entre el rey sol que decía: "el Estado soy yo" y cualquier demagogo que se alza diciendo que la democracia es él.
Hay que reconocer que, en muchos casos, la situación es esa: En la ex URSS, por ejemplo, la democracia no era una realidad ni una ficción sino una mentira que se hacía tragar lo mismo interna que externamente; tampoco en EEUU la democracia se puede decir que exista porque el modo de votación, la forma de elección de candidatos, la manera de recuento de votos y muchos factores más hacen que también sea una farsa; lo mismo que en Europa donde lo más llamativo ha sido, en Alemania, la reelección de su actual mandataria que, muy clara, dijo que ella tomaba las decisiones, lo que hace del sistema un teatro.
También en la América Latina los "veranillos democráticos" que, de cuando en cuando, nos regalaba la embajada no eran sino remedos de lo que etimológica o políticamente se puede concebir respecto al gobierno del pueblo por el pueblo y, por lo tanto, nos la retiraban en cuanto era necesario un tirano más obediente y obsecuente.
No es pues primera vez que se hacen críticas a la democracia aunque más bien a su ejercicio que no siempre es lo mismo, ya que, especialmente, el sectarismo lo ensombrece todo; ya se trate de la "dictadura del proletariado" o el acaparamiento del aparato comercial por parte de los "empresarios". Por eso es que cuando surgen programas de gobierno que tratan de recuperar la esencia misma del sistema de representación, se oponen unos y otros y hasta se agarran de las mechas, como muchas veces se ha visto en los hemiciclos del mundo. Por lo demás, detrás de toda "democracia" suelen estar los fantasmas de las oligarquías o de las oclocracias que son iguales de temer.
En el planeta no se ha dado todavía un modelo ideal de democracia especialmente en los regímenes partidistas que, de por sí, son contrarios a la democracia, lo mismo que los sindicatos, los "movimientos sociales" o las ideologías exclusivistas y no integracionistas como el marxismo, el trotskismo o el neoliberalismo que tampoco tienen nada que ver ni con Marx, Engels, Trotski o Smith pues también se han pervertido, no sólo en la interpretación sino también en la recopilación de antiquísimas aspiraciones e ilusiones de la humanidad y de los hombres de la tierra.
¿Que la democracia la están pervirtiendo?; no. Hace tiempo que ya está así porque no hay diferencia entre el rey sol que decía: "el Estado soy yo" y cualquier demagogo que se alza diciendo que la democracia es él.
martes, 28 de enero de 2014
EL CASO BOLIVIANO
Mucho se ha dicho y todavía se va a decir, respecto al fallo de La Haya en el tema fronterizo entre Perú y Chile; dentro de estas opiniones rescatamos una de un parlamentario del Mapocho que afirma "Perú no ganó todo lo que podía ganar y Chile no perdió todo lo que podía perder" que, en resumidas cuentas, nos da la tónica del fallo mismo y el carácter salomónico que algunos le atribuyen.
El caso boliviano es completamente diferente pues, si se presentan las cosas como deben, no es una simple cuestión de límites sino de justicia que hay que aplicar desde que empezó la guerra del Pacífico hasta cómo terminó y se arrastró en tratados impuestos al calor de las armas.
Si se analizan las cosas como corresponde hay que involucrar en el tema al Imperio Inglés pues no fueron otros los intereses que los oligarcas chilenos defendieron e impusieron y no hay otro modo de calificar la acción más que como una guerra de conquista, de expansión territorial y de usurpación y, entonces, hay abundantes antecedentes en el mundo entero de territorios que fueron devueltos a sus legítimos dueños y la denuncia del Tratado de 1904, sus orígenes y consecuencias, son irrefutables no sólo al calor del derecho sino también de la historia y la justicia.
Si quienes están a cargo de la presentación de la demanda lo hacen con el amplio espíritu de justicia y reivindicación, no pueden equivocarse; pero si actúan en medio de miedos o presiones de logias, partidos u otros intereses, la incertidumbre puede ser fatal porque la historia misma nos enseña cómo fueron ignoradas advertencias de personas responsables y patriotas y, cuando ya no se podía hacer otra cosa, la guerra misma se trocó en derrota porque las autoridades nacionales, algunas de ellas comprometidas con otros intereses que los de la patria, sabotearon la defensa del patrimonio nacional y torpedearon la compra de valioso material bélico que, finalmente, fue a parar al enemigo.
Es, además, una muy buena ocasión para que muchos historiadores rectifiquen lo copiado, pongan en su debida dimensión a varios personajes y todos los bolivianos recuperemos ese sentimiento perdido de patria que nos arrebataron los logieros, los sectarios, los nuevos felipillos que tanto abundaron en los entornos donde el poder de la intermediación se jugaba y se sigue jugando.
Como no es posible hablar de meses sino de años; paralelamente, debiéramos hacer una revisión de la historia oficial para descubrir la verdadera, fuera de esas interpretaciones caprichosas e influenciadas por supuestas ayudas o solidaridades partidistas que no vienen al caso.
El caso boliviano es completamente diferente pues, si se presentan las cosas como deben, no es una simple cuestión de límites sino de justicia que hay que aplicar desde que empezó la guerra del Pacífico hasta cómo terminó y se arrastró en tratados impuestos al calor de las armas.
Si se analizan las cosas como corresponde hay que involucrar en el tema al Imperio Inglés pues no fueron otros los intereses que los oligarcas chilenos defendieron e impusieron y no hay otro modo de calificar la acción más que como una guerra de conquista, de expansión territorial y de usurpación y, entonces, hay abundantes antecedentes en el mundo entero de territorios que fueron devueltos a sus legítimos dueños y la denuncia del Tratado de 1904, sus orígenes y consecuencias, son irrefutables no sólo al calor del derecho sino también de la historia y la justicia.
Si quienes están a cargo de la presentación de la demanda lo hacen con el amplio espíritu de justicia y reivindicación, no pueden equivocarse; pero si actúan en medio de miedos o presiones de logias, partidos u otros intereses, la incertidumbre puede ser fatal porque la historia misma nos enseña cómo fueron ignoradas advertencias de personas responsables y patriotas y, cuando ya no se podía hacer otra cosa, la guerra misma se trocó en derrota porque las autoridades nacionales, algunas de ellas comprometidas con otros intereses que los de la patria, sabotearon la defensa del patrimonio nacional y torpedearon la compra de valioso material bélico que, finalmente, fue a parar al enemigo.
Es, además, una muy buena ocasión para que muchos historiadores rectifiquen lo copiado, pongan en su debida dimensión a varios personajes y todos los bolivianos recuperemos ese sentimiento perdido de patria que nos arrebataron los logieros, los sectarios, los nuevos felipillos que tanto abundaron en los entornos donde el poder de la intermediación se jugaba y se sigue jugando.
Como no es posible hablar de meses sino de años; paralelamente, debiéramos hacer una revisión de la historia oficial para descubrir la verdadera, fuera de esas interpretaciones caprichosas e influenciadas por supuestas ayudas o solidaridades partidistas que no vienen al caso.
lunes, 27 de enero de 2014
VEREDICTO EN LA HAYA
Con la misma mentalidad de algunos "comentaristas" deportivos que dicen que si San José pierde, Bolívar gana, Oriente empata y Aurora también: Wilsterman campeón; analistas hay que se adelantan a la sentencia que hoy se puede dictar en La Haya, en la cuestión entre Chile y Perú, y hablan de perjuicios para la causa boliviana.
Lo que no se fijan es que no estamos pidiendo una salida al mar simplemente sino la reivindicación de nuestros derechos en el mar y los territorios que nos fueron arrebatados en la guerra que los intereses ingleses promovieron a causa del guano y del salitre. De lo que se trata no es de delimitar una probable salida al Pacífico mediante enclave o lo que fuera sino de restablecer la justicia y actuar en consecuencia. Este es el temor de la oligarquía chilena: que el fallo que podamos conseguir en La Haya de pie a una serie de demandas que no se restringen a puerto específico; lo que pasa es que nuestros "analistas" o ex cancilleres actúan con la mentalidad enclaustrada o dependiente de los recovecos en que se mueve la oligarquía chilena tanto en ese país como en Bolivia.
Porque no vamos a negar que la causa marítima era un tema tabú o simplemente para la distracción del populus vulgus y por eso es que no se planteó la posibilidad de demandar ante organismos internacionales la nulidad del Tratado de 1904, que es la madre del cordero, y porque nuestros gobiernos dependientes no actuaron en función de los intereses del Estado sino de logias o comerciantes. Y es más, supuso la entrega de recursos y posiciones estratégicas en beneficio de los gobernantes de La Moneda y por eso es que se desvío el río Lauca, se construyó el oleoducto Sica Sica-Arica, se proveyó de lo más urgente al gobierno de Pinochet o se propicio la intromisión de capitales de sucursales chilenas en el Oriente boliviano con perjuicio de nuestros propios intereses y afanes separatistas
No se trata pues de salir por tal o cual lugar que se puede comprometer con el fallo de hoy o mañana sino de restablecer y recuperar nuestros derechos históricos, geográficos y políticos y retornar al mar, tal vez, no con la totalidad de nuestros territorios usurpados pero sí con la justicia en una mano y la soberanía en la otra. Lo que digan los dependientes intelectuales no importa porque no están acostumbrados a pensar en libertad.
En el fondo, el tema no es de puerto sino de reivindicación, de justicia, de recuperar territorios, como ya ha sucedido en otras partes del planeta donde acuerdos de cesión perpétua han sido revisados y devueltos a sus legítimos propietarios. ¿Qué títulos puede la oligarquía chilena presentar en ese aspecto?
Lo que no se fijan es que no estamos pidiendo una salida al mar simplemente sino la reivindicación de nuestros derechos en el mar y los territorios que nos fueron arrebatados en la guerra que los intereses ingleses promovieron a causa del guano y del salitre. De lo que se trata no es de delimitar una probable salida al Pacífico mediante enclave o lo que fuera sino de restablecer la justicia y actuar en consecuencia. Este es el temor de la oligarquía chilena: que el fallo que podamos conseguir en La Haya de pie a una serie de demandas que no se restringen a puerto específico; lo que pasa es que nuestros "analistas" o ex cancilleres actúan con la mentalidad enclaustrada o dependiente de los recovecos en que se mueve la oligarquía chilena tanto en ese país como en Bolivia.
Porque no vamos a negar que la causa marítima era un tema tabú o simplemente para la distracción del populus vulgus y por eso es que no se planteó la posibilidad de demandar ante organismos internacionales la nulidad del Tratado de 1904, que es la madre del cordero, y porque nuestros gobiernos dependientes no actuaron en función de los intereses del Estado sino de logias o comerciantes. Y es más, supuso la entrega de recursos y posiciones estratégicas en beneficio de los gobernantes de La Moneda y por eso es que se desvío el río Lauca, se construyó el oleoducto Sica Sica-Arica, se proveyó de lo más urgente al gobierno de Pinochet o se propicio la intromisión de capitales de sucursales chilenas en el Oriente boliviano con perjuicio de nuestros propios intereses y afanes separatistas
No se trata pues de salir por tal o cual lugar que se puede comprometer con el fallo de hoy o mañana sino de restablecer y recuperar nuestros derechos históricos, geográficos y políticos y retornar al mar, tal vez, no con la totalidad de nuestros territorios usurpados pero sí con la justicia en una mano y la soberanía en la otra. Lo que digan los dependientes intelectuales no importa porque no están acostumbrados a pensar en libertad.
En el fondo, el tema no es de puerto sino de reivindicación, de justicia, de recuperar territorios, como ya ha sucedido en otras partes del planeta donde acuerdos de cesión perpétua han sido revisados y devueltos a sus legítimos propietarios. ¿Qué títulos puede la oligarquía chilena presentar en ese aspecto?
domingo, 26 de enero de 2014
UN FRÍO VERANO
Cochabamba, hasta hace décadas la ciudad de la eterna primavera, tiene hoy no sólo un frío verano sino problemas repetidos de inundaciones y desgracias que afectan sus provincias y han hecho que el río Rocha vuelva por sus fueros que cantaba Jaime del Río diciendo: "el río Rocha turbión"; algo que ya sólo quedaba en el recuerdo pero que hemos vuelto a ver ayer.
Aunque en muchas partes se habla del cambio del clima, del calentamieno global y de otras cosas que son ciertas o no; Bolivia repite viejos problemas que no puede resolver por la desidia de sus gobernantes. Y es que los programas de canalización, regularización y limpieza de ríos y torrenteras sigue en la procrastinación. Hay viejos proyectos para el uso de la navegación fluvial, por ejemplo, que nos hablan de las posibilidades de llegar más allá de nuestras fronteras y minimizar los efectos del enclaustramiento marítimo y contribuyendo a la integración latinoamericana desde el río Bravo hasta el Lauca por medio del río negro, el amazonas, la cuenca del Plata y los muchos ríos navegables que tenemos en nuestro territorio; pero han quedado como sueños de ilusos porque muy pocos gobernantes han tenido oportunidad de enterarse, siquiera, de las amplias probabilidades de la comunicación fluvial y lacustre o de la integración de la Patria Grande.
Hace décadas que en esta ciudad venimos perorando por la limpieza, la regularización y la canalización de los ríos que transcurren por este territorio sin tener ningún eco y sin atender las graves consecuencias, evitables, que se producen por las crecidas y las torrenciales lluvias que hay que soportar, como está ocurriendo en estos días; pero, al aparecer, las autoridades se conforman con las "emergencias" que suponen gastos adicionales y fuera de control, para atender a las víctimas de la negligencia y la ignorancia.
Así como se han incrementado las lluvias no sólo en la ciudad capital sino en las provincias, las consecuencias son las de esperar: inundaciones, muertos, desaparecidos que es prematuro cuantificar ya que las aguas no han llegado todavía a las tierras bajas y es allí donde producen las peores tragedias.
Desde que los primeros gobiernos de la república ordenaron expediciones para conocer y cartografiar ríos, lagos y lagunas de nuestro territorio, prácticamente, nada más se ha hecho; ni siquiera el proyecto de conexión con el Atlántico que proyectara el descendiente del escritor de la guerra de la independencia, Nataniel Aguirre, que se fue a vivir a la frontera para realizar su sueño y, hasta ahora, queda en eso; pese a las urgentes necesidades de llegar al mar con independencia y soberanía.
Esto es lo que más hiela en el verano: la indiferencia.
Aunque en muchas partes se habla del cambio del clima, del calentamieno global y de otras cosas que son ciertas o no; Bolivia repite viejos problemas que no puede resolver por la desidia de sus gobernantes. Y es que los programas de canalización, regularización y limpieza de ríos y torrenteras sigue en la procrastinación. Hay viejos proyectos para el uso de la navegación fluvial, por ejemplo, que nos hablan de las posibilidades de llegar más allá de nuestras fronteras y minimizar los efectos del enclaustramiento marítimo y contribuyendo a la integración latinoamericana desde el río Bravo hasta el Lauca por medio del río negro, el amazonas, la cuenca del Plata y los muchos ríos navegables que tenemos en nuestro territorio; pero han quedado como sueños de ilusos porque muy pocos gobernantes han tenido oportunidad de enterarse, siquiera, de las amplias probabilidades de la comunicación fluvial y lacustre o de la integración de la Patria Grande.
Hace décadas que en esta ciudad venimos perorando por la limpieza, la regularización y la canalización de los ríos que transcurren por este territorio sin tener ningún eco y sin atender las graves consecuencias, evitables, que se producen por las crecidas y las torrenciales lluvias que hay que soportar, como está ocurriendo en estos días; pero, al aparecer, las autoridades se conforman con las "emergencias" que suponen gastos adicionales y fuera de control, para atender a las víctimas de la negligencia y la ignorancia.
Así como se han incrementado las lluvias no sólo en la ciudad capital sino en las provincias, las consecuencias son las de esperar: inundaciones, muertos, desaparecidos que es prematuro cuantificar ya que las aguas no han llegado todavía a las tierras bajas y es allí donde producen las peores tragedias.
Desde que los primeros gobiernos de la república ordenaron expediciones para conocer y cartografiar ríos, lagos y lagunas de nuestro territorio, prácticamente, nada más se ha hecho; ni siquiera el proyecto de conexión con el Atlántico que proyectara el descendiente del escritor de la guerra de la independencia, Nataniel Aguirre, que se fue a vivir a la frontera para realizar su sueño y, hasta ahora, queda en eso; pese a las urgentes necesidades de llegar al mar con independencia y soberanía.
Esto es lo que más hiela en el verano: la indiferencia.
sábado, 25 de enero de 2014
APROBADOS Y REPROBADOS
Con motivo de la supuesta recreación del Estado boliviano, se ha escuchado no sólo al primer mandatario sino a otras autoridades y personas hacer un intento de balance, de habilidades e ineptitudes o de aprobados y reprobados.
La conclusión es casi unánime: Lo que más se siente es la reprobación de eso que se considera oposición y que no ha mostrado más que majadería; a tal punto, que ni siquiera ha podido conformar una representación unida en el parlamento y se ha dividido aún más.
Y este ingrediente fundamental en un año que se considera electoral, es lo que agrega incertidumbre en el porvenir; porque ya sabemos cuál es la posición del oficialismo; pero nadie dice algo al respecto en cuanto a quiénes tendrá como contrincantes, adversarios o enemigos porque tampoco se definen qué son o qué aspiran a ser.
Si criticamos cierto sectarismo y engreimiento en las filas de quienes, dizque, acompañan al presidente, aunque algunos lo hagan al calor del dicho que afirma que es mejor tener enemigos que "amigos"; lo que hay que resaltar entre los que quieren estar al frente es una total falta de criterio, de inteligencia, de uso de neuronas o de sentido común. Lo mismo se trate de los seguidores de Doria Medina, del Granado o Costas o ellos mismos o en conjunto o por separado; pareciera que son incapaces de caminar y mascar chicle al mismo tiempo; y si eso hay que decir de quienes aparecen como más visibles, se pueden imaginar de aquellos que aspiran a involucrarse entre ellos.
Y no es que uno busque un genio o un experto para el gobierno sino que lo que se compromete más es la misma democracia que, de mercado, puede pasar a oclocracia; no tanto por la composición de los entornos del poder sino por la calidad de los que se mueven en esos círculos ya que los hay de toda laya: los esperanzados, los ingenuos, los quintacolumnistas, los aprovechadores y los infiltrados.
Mientras unos sueñan con seguir en la dependencia de alguien, sea de la derecha o de la izquierda; otros queremos conquistar verdaderamente la independencia porque también aspiramos a la autenticidad y ni los supuestamente aprobados o reprobados nos ofrecen nada porque han perdido el horizonte o nunca lo han tenido.
La conclusión es casi unánime: Lo que más se siente es la reprobación de eso que se considera oposición y que no ha mostrado más que majadería; a tal punto, que ni siquiera ha podido conformar una representación unida en el parlamento y se ha dividido aún más.
Y este ingrediente fundamental en un año que se considera electoral, es lo que agrega incertidumbre en el porvenir; porque ya sabemos cuál es la posición del oficialismo; pero nadie dice algo al respecto en cuanto a quiénes tendrá como contrincantes, adversarios o enemigos porque tampoco se definen qué son o qué aspiran a ser.
Si criticamos cierto sectarismo y engreimiento en las filas de quienes, dizque, acompañan al presidente, aunque algunos lo hagan al calor del dicho que afirma que es mejor tener enemigos que "amigos"; lo que hay que resaltar entre los que quieren estar al frente es una total falta de criterio, de inteligencia, de uso de neuronas o de sentido común. Lo mismo se trate de los seguidores de Doria Medina, del Granado o Costas o ellos mismos o en conjunto o por separado; pareciera que son incapaces de caminar y mascar chicle al mismo tiempo; y si eso hay que decir de quienes aparecen como más visibles, se pueden imaginar de aquellos que aspiran a involucrarse entre ellos.
Y no es que uno busque un genio o un experto para el gobierno sino que lo que se compromete más es la misma democracia que, de mercado, puede pasar a oclocracia; no tanto por la composición de los entornos del poder sino por la calidad de los que se mueven en esos círculos ya que los hay de toda laya: los esperanzados, los ingenuos, los quintacolumnistas, los aprovechadores y los infiltrados.
Mientras unos sueñan con seguir en la dependencia de alguien, sea de la derecha o de la izquierda; otros queremos conquistar verdaderamente la independencia porque también aspiramos a la autenticidad y ni los supuestamente aprobados o reprobados nos ofrecen nada porque han perdido el horizonte o nunca lo han tenido.
viernes, 24 de enero de 2014
¿CUÁNTOS SOMOS?
A principios de los setenta, del siglo pasado, en una reunión internacional de mandatarios y cuando se hablaba de la explosión demográfica y otros problemas, el presidente egipcio les demostró que en el mundo había suficiente alimento para todos; pero que estaba mal distribuido.
Hasta ahora nadie ha podido demostrar científicamente qué población puede albergar el planeta; se decía que el máximo era de 6000 millones pero ya somos casi el doble. ¿Cuántos realmente podremos ser para no poner en riesgo ni el planeta ni la especie?
El cientificismo imperante se basa en teorías no confirmadas o en hipótesis del mismo estilo; pero lo que no se quiere ver es que sí hay alimentos para proporcionar a todos los habitantes actuales, aunque están tan mal distribuidos que mientras unos despilfarran o comen demás, otros no tienen qué llevarse a la boca; que mientras unos se atiborran de chatarra, otros viven con el mínimo de calorías extraídas de raíces u hojas; que mientras unos están colapsando por dentro, otros no tienen ni con qué colapsar.
Y esta situación es la mejor demostración que la ciencia está ausente en el planeta; por mucho que se jacten algunos de su esplendor, su utilidad o eficiencia. Y, como en río revuelto ganancia de pescadores, los maltusianos están que saltan de alegría porque suponen que ahora sí se escucharan sus teorías de exterminio consentido y también lo están los otros: los que se han dedicado a la industria de la muerte, aunque dicen militar en las filas de la vida y por eso producen fármacos, vacunas o venenos que los venden a quienes pueden comprarlos o al mejor postor.
Y, por tanto, no es extraño escuchar algunas observaciones históricas a la peste negra que, teóricamente, sirvió para equilibrar la población del mundo pero que se sospecha que no fue causada por bacteria o virus alguno sino por elementos químicos ya que los bubones no serían los elementos característicos de la enfermedad que asoló algunos países que, curiosamente, no tenían las condiciones epidemiológicas para ser víctimas, según una investigación que se hizo hace años y que hoy cobra importancia ante la probable presencia de meteoritos y riesgos de conflagración nuclear.
Y, como en el mundo no funciona ni la ciencia ni el sentido común, la interrogante de cuántos somos y cuántos podemos ser, queda en eso.
Hasta ahora nadie ha podido demostrar científicamente qué población puede albergar el planeta; se decía que el máximo era de 6000 millones pero ya somos casi el doble. ¿Cuántos realmente podremos ser para no poner en riesgo ni el planeta ni la especie?
El cientificismo imperante se basa en teorías no confirmadas o en hipótesis del mismo estilo; pero lo que no se quiere ver es que sí hay alimentos para proporcionar a todos los habitantes actuales, aunque están tan mal distribuidos que mientras unos despilfarran o comen demás, otros no tienen qué llevarse a la boca; que mientras unos se atiborran de chatarra, otros viven con el mínimo de calorías extraídas de raíces u hojas; que mientras unos están colapsando por dentro, otros no tienen ni con qué colapsar.
Y esta situación es la mejor demostración que la ciencia está ausente en el planeta; por mucho que se jacten algunos de su esplendor, su utilidad o eficiencia. Y, como en río revuelto ganancia de pescadores, los maltusianos están que saltan de alegría porque suponen que ahora sí se escucharan sus teorías de exterminio consentido y también lo están los otros: los que se han dedicado a la industria de la muerte, aunque dicen militar en las filas de la vida y por eso producen fármacos, vacunas o venenos que los venden a quienes pueden comprarlos o al mejor postor.
Y, por tanto, no es extraño escuchar algunas observaciones históricas a la peste negra que, teóricamente, sirvió para equilibrar la población del mundo pero que se sospecha que no fue causada por bacteria o virus alguno sino por elementos químicos ya que los bubones no serían los elementos característicos de la enfermedad que asoló algunos países que, curiosamente, no tenían las condiciones epidemiológicas para ser víctimas, según una investigación que se hizo hace años y que hoy cobra importancia ante la probable presencia de meteoritos y riesgos de conflagración nuclear.
Y, como en el mundo no funciona ni la ciencia ni el sentido común, la interrogante de cuántos somos y cuántos podemos ser, queda en eso.
jueves, 23 de enero de 2014
PROCRASTINACIÓN
Leyendo un libro me llamó la atención el hecho que, según el autor, la humanidad viene viviendo el purgatorio de la procrastinación: Un término que había olvidado y, recurriendo al diccionario habitual, tampoco lo encontraba, probablemente, para no dejarnos ver algo de lo que hemos hecho conducta diaria: la postergación o procrastinación.
Y es lo que ocurre cuando hablamos de los derechos del hombre, de la situación comprometida del planeta, del manejo de la guerra por la avaricia de los materialistas y hasta de la discusión sobre la cantidad y el derecho al acceso al agua dulce o salada.
La humanidad, o quienes la manejan a su antojo, han venido postergando indefinidamente problemas graves y estructurales que, en cualquier momento, tienen que cobrar factura. Verbigracia, no podemos seguir contaminando la tierra y distrayendo el tema de quienes y cómo lo hacen impunemente; no podemos seguir escondiendo gobiernos sectarios detrás de los que fungen en los palacios, sin tener algún día una respuesta dramática si no trágica. No podemos seguir desechando alimentos en algunos países mientras crece el hambre en los más.
Dice un viejo dicho que no hay que dejar para mañana lo que se debe hacer hoy; pero esta ha sido la tónica de gobiernos monárquicos, imperiales, democráticos o tiránicos y estamos como estamos por la postergación, la procrastinación.
Pese a las circunstancias graves que atravesamos, todavía no nos sentimos todos tripulantes de la misma nave, como alguien dijera, y es peor aún cuando se usa la tecnología o el cientificismo para agudizar el materialismo y la avaricia.
Lo que no podemos recuperar es el tiempo perdido y, hasta ahora, no hay ciencia para hacerlo porque también en esa área hemos perdido el horizonte y, en lugar de compatibilizar naturaleza y humanidad, hemos vuelto al savajismo del que se cree dueño de todo o del que adora pequeños ídolos o, en lo mejor, su ombligo.
Si hacemos caso de algunos escritores de "ciencia-ficción" o "realismo-mágico", el hombre ya de ha enfrentado a situaciones de riesgo y, aunque perdidoso, si no ha desaparecido es porque ha mantenido cierta conexión con el cosmos. Y esto es lo que más nos falta ahora.
Y es lo que ocurre cuando hablamos de los derechos del hombre, de la situación comprometida del planeta, del manejo de la guerra por la avaricia de los materialistas y hasta de la discusión sobre la cantidad y el derecho al acceso al agua dulce o salada.
La humanidad, o quienes la manejan a su antojo, han venido postergando indefinidamente problemas graves y estructurales que, en cualquier momento, tienen que cobrar factura. Verbigracia, no podemos seguir contaminando la tierra y distrayendo el tema de quienes y cómo lo hacen impunemente; no podemos seguir escondiendo gobiernos sectarios detrás de los que fungen en los palacios, sin tener algún día una respuesta dramática si no trágica. No podemos seguir desechando alimentos en algunos países mientras crece el hambre en los más.
Dice un viejo dicho que no hay que dejar para mañana lo que se debe hacer hoy; pero esta ha sido la tónica de gobiernos monárquicos, imperiales, democráticos o tiránicos y estamos como estamos por la postergación, la procrastinación.
Pese a las circunstancias graves que atravesamos, todavía no nos sentimos todos tripulantes de la misma nave, como alguien dijera, y es peor aún cuando se usa la tecnología o el cientificismo para agudizar el materialismo y la avaricia.
Lo que no podemos recuperar es el tiempo perdido y, hasta ahora, no hay ciencia para hacerlo porque también en esa área hemos perdido el horizonte y, en lugar de compatibilizar naturaleza y humanidad, hemos vuelto al savajismo del que se cree dueño de todo o del que adora pequeños ídolos o, en lo mejor, su ombligo.
Si hacemos caso de algunos escritores de "ciencia-ficción" o "realismo-mágico", el hombre ya de ha enfrentado a situaciones de riesgo y, aunque perdidoso, si no ha desaparecido es porque ha mantenido cierta conexión con el cosmos. Y esto es lo que más nos falta ahora.
miércoles, 22 de enero de 2014
LA PROPAGANDA
Hay quienes se desgarran las vestiduras y echan ceniza en sus caras cuando se enteran de los gastos en propaganda del gobierno actual; pero no es más que majadería porque la realidad del mundo nos muestra que hay un nuevo ídolo, un nuevo tótem, un nuevo dios: La propaganda.
Lo mismo se trate de lo que se le atribuye al ministro alemán de Hitler o de lo que hizo consentir a algunos que existía el "paraíso de los trabajadores" en la caída URSS o lo que se dice sobre el "sueño americano" que, en los más de los casos, es sólo una pesadilla.
Pero no sólo los oficialistas recurren a los gastos dispendiosos en propaganda, también lo hacen los autodenominados opositores cuando pueden y donde pueden y hasta cuando asumen una posición "crítica" sin mirar la viga del propio ojo.
La propaganda inunda nuestras vidas desde que nacemos pues muchas veces hasta nuestros nombres se eligen por la moda, por la estrella del momento, por el futbolista de turno o lo que fuera, hasta el momento de la muerte cuando todos pasan a ser buenos y ejemplares, hayan sido lo que fueran en su paso por la tierra.
Lo curioso es que quienes más protestan contra los gastos de la propaganda, no se detienen a pensar si sus principales victimas no serán ellos mismos pues no es raro ver a separatistas, casi, casi confesos, como grandes unionistas para las urnas que se vienen o majaderos disfrazados de inteligentes que tienen el mismo objetivo. Como ya lo dijimos varias veces la democracia que tenemos es de mercado y, por tanto, de propaganda; de modo que no caigamos en la fácil tentación de criticar lo ajeno sin mirar lo nuestro. Además, no por nada los que no se sienten el "caballo del corregidor" están pidiendo reiteradamente que se reponga la subvención del Estado para las campañas.
Querramos o no, la propaganda se ha hecho parte estructural de la democracia, de la economía de la politiquería y se basa en la escasa predisposición que tenemos los consumidores a pensar. Ya que si pensáramos hace rato que la propaganda estaría en fuga.
Lo mismo se trate de lo que se le atribuye al ministro alemán de Hitler o de lo que hizo consentir a algunos que existía el "paraíso de los trabajadores" en la caída URSS o lo que se dice sobre el "sueño americano" que, en los más de los casos, es sólo una pesadilla.
Pero no sólo los oficialistas recurren a los gastos dispendiosos en propaganda, también lo hacen los autodenominados opositores cuando pueden y donde pueden y hasta cuando asumen una posición "crítica" sin mirar la viga del propio ojo.
La propaganda inunda nuestras vidas desde que nacemos pues muchas veces hasta nuestros nombres se eligen por la moda, por la estrella del momento, por el futbolista de turno o lo que fuera, hasta el momento de la muerte cuando todos pasan a ser buenos y ejemplares, hayan sido lo que fueran en su paso por la tierra.
Lo curioso es que quienes más protestan contra los gastos de la propaganda, no se detienen a pensar si sus principales victimas no serán ellos mismos pues no es raro ver a separatistas, casi, casi confesos, como grandes unionistas para las urnas que se vienen o majaderos disfrazados de inteligentes que tienen el mismo objetivo. Como ya lo dijimos varias veces la democracia que tenemos es de mercado y, por tanto, de propaganda; de modo que no caigamos en la fácil tentación de criticar lo ajeno sin mirar lo nuestro. Además, no por nada los que no se sienten el "caballo del corregidor" están pidiendo reiteradamente que se reponga la subvención del Estado para las campañas.
Querramos o no, la propaganda se ha hecho parte estructural de la democracia, de la economía de la politiquería y se basa en la escasa predisposición que tenemos los consumidores a pensar. Ya que si pensáramos hace rato que la propaganda estaría en fuga.
martes, 21 de enero de 2014
GIROS Y GIROS
Muchas veces se escucha decir a las personas, para aparecer como radicales o revolucionarias, que vamos a dar un giro de 360 grados. Lo que la gente no entiende es que esta amenaza nos lleva al mismo sitio, sin cambio, sin esperanza.
Mucho de esto ocurre en los procesos "revolucionarios" de imitación, de contrabando o de mentiritas que, simplemente, nos llevan a la sustitución de unos por otros. Ocurrió en la "revolución nacional", que de la oligarquía minera nos llevó a la dependencia de la embajada norteamericana, y hoy mismo podemos percibir que algo similar se está cociendo puesto que es difícil identificar si el gobierno está yendo hacia la derecha o la izquierda o confunde ambas o ya no sabe qué son o si los revolucionarios quieren cambiar algo o sustituir a los desplazados y entrar en las nuevas oligarquías.
En todo caso es una lástima que el cambio haya durado tan poco y que esté produciendo la desbandada de quienes votaron en las urnas por esa esperanza; aunque algunos llevan su discrepancia simplemente a la pérdida de algún cargo y actúan más como resentidos que frustrados. Pero, la esperanza vuelve a languidecer porque del sectarismo de la "clase política" hemos tornado al sectarismo de los "movimientos sociales" y sí hemos dado un giro de 360 grados.
Hay signos alentadores, o los hubo, como la recuperación de los recursos naturales y algunas empresas que nos inducirían a pensar que el cambio se imponía; pero cuando volvemos a escuchar la tradicional demagogia de la izquierda estalinista o trotskista sobre lo que pudo haber sido y no fue, la gente se limita a ver qué puede percibir y lo que ve es lamentable.
Que hay algunos avances, también es cierto; pero insuficientes cuando se sigue manteniendo la existencia de poderes paralelos, como el "poder sindical", que no hacen sino enterrar el fin de toda democracia y toda sociedad: el bien común.
Y no es simple teoría pues se ve en el cotidiano acontecer, con la actitud de los explotadores del transporte, la "evaluación" del gobierno por este o aquel sectario, las declaraciones de los dirigentes sindicales que han llevado el sindicato al partidismo, por mucho que la experiencia nos muestre que siempre ha sido así, o la actitud soberbia de pensar que porque no hay opositores ni oposición, las cosas tienen que seguir como están.
Preguntarse cuántas veces han ocurrido estos giros de 360 grados en la historia de la humanidad, no es consuelo, ya que se supone que también la revolución debe tener memoria y orientación definida.
Mucho de esto ocurre en los procesos "revolucionarios" de imitación, de contrabando o de mentiritas que, simplemente, nos llevan a la sustitución de unos por otros. Ocurrió en la "revolución nacional", que de la oligarquía minera nos llevó a la dependencia de la embajada norteamericana, y hoy mismo podemos percibir que algo similar se está cociendo puesto que es difícil identificar si el gobierno está yendo hacia la derecha o la izquierda o confunde ambas o ya no sabe qué son o si los revolucionarios quieren cambiar algo o sustituir a los desplazados y entrar en las nuevas oligarquías.
En todo caso es una lástima que el cambio haya durado tan poco y que esté produciendo la desbandada de quienes votaron en las urnas por esa esperanza; aunque algunos llevan su discrepancia simplemente a la pérdida de algún cargo y actúan más como resentidos que frustrados. Pero, la esperanza vuelve a languidecer porque del sectarismo de la "clase política" hemos tornado al sectarismo de los "movimientos sociales" y sí hemos dado un giro de 360 grados.
Hay signos alentadores, o los hubo, como la recuperación de los recursos naturales y algunas empresas que nos inducirían a pensar que el cambio se imponía; pero cuando volvemos a escuchar la tradicional demagogia de la izquierda estalinista o trotskista sobre lo que pudo haber sido y no fue, la gente se limita a ver qué puede percibir y lo que ve es lamentable.
Que hay algunos avances, también es cierto; pero insuficientes cuando se sigue manteniendo la existencia de poderes paralelos, como el "poder sindical", que no hacen sino enterrar el fin de toda democracia y toda sociedad: el bien común.
Y no es simple teoría pues se ve en el cotidiano acontecer, con la actitud de los explotadores del transporte, la "evaluación" del gobierno por este o aquel sectario, las declaraciones de los dirigentes sindicales que han llevado el sindicato al partidismo, por mucho que la experiencia nos muestre que siempre ha sido así, o la actitud soberbia de pensar que porque no hay opositores ni oposición, las cosas tienen que seguir como están.
Preguntarse cuántas veces han ocurrido estos giros de 360 grados en la historia de la humanidad, no es consuelo, ya que se supone que también la revolución debe tener memoria y orientación definida.
lunes, 20 de enero de 2014
DERECHOS HUMANOS
¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde la revolución francesa? ¿O desde la declaración universal de los derechos humanos? ¿O desde la venida de Jesús?
Quienes crean que la defensa de los derechos humanos es una tarea de las ONGs o de la democracia o del último siglo; están equivocados. Por eso es que no nos sorprende el lío que se ha armado en torno a la asamblea permanente de derechos humanos en La Paz y donde no sólo intervienen huestes partidistas sino también policías. Hace ya varias décadas, cuando empezaban a apuntar los activistas de la derecha o, por lo menos, financiados por la derecha, socarronamente se decía que los defensores de los derechos humanos, en realidad, eran de izquierdos humanos.
La cuestión no ha variado, es más, hemos entrado en una Babel donde si uno quiere aparentar respetar los derechos de los otros, aunque ellos no respeten los nuestros, debe empezar por discriminar entre macho o hembra, niño, niña, adolescente y "tuti cuanti" se pueda distinguir entre unos y otros; que eso es la discriminación.
Pero la cuestión no ha variado fundamentalmente pues también los organismos defensores de esto o aquello incurren en el desconocimiento de los derechos de la mayoría o del bien común; para ejemplo, dos casos: el de los loteadores que quieren ampliar la "mancha urbana" comprometiendo el porvenir de cientos de miles de ciudadanos en las principales ciudades del país o la de los vendedores de piratería que se han asentado en calles, mercados y aceras haciendo valer "sus derechos" en contra del bienestar colectivo o la preservación de la salud o la economía.
Lo curioso cuando surgían estos "defensores" era que, en la mayoría de los casos, aparecían sujetos "de izquierda" apoltronándose en la derecha con la ostentación de sueldos, movilidades y residencias, cuando antes hacían demostración de lo contrario y, al final, resultaron defendiendo más que sus supuestos ideales o teorías sus propios sueldos y subvenciones.
Si analizáramos las cosas con seriedad e inteligencia puede que llegáramos a conclusiones asombrosas o paradógicas, como cuando vemos un incremento de embarazos entre adolescentes que no se ha originado en tormentas o desarreglos hormonales sino en la incomprensión de que los derechos traen bien aparejados unos deberes que, intencionalmente, se olvidan algunos para darle lustre a su ocupación profesional.
La única manera de defender los derechos humanos es el acatamiento a la ley; sin necesidad de organismos específicos, oficinas o entrometidos y cumpliendo aquello que dijera Juárez: "el respeto al derecho ajeno, es la paz"; que casualmente, no la cumplen muchos acérrimos defensores a sueldo.
Quienes crean que la defensa de los derechos humanos es una tarea de las ONGs o de la democracia o del último siglo; están equivocados. Por eso es que no nos sorprende el lío que se ha armado en torno a la asamblea permanente de derechos humanos en La Paz y donde no sólo intervienen huestes partidistas sino también policías. Hace ya varias décadas, cuando empezaban a apuntar los activistas de la derecha o, por lo menos, financiados por la derecha, socarronamente se decía que los defensores de los derechos humanos, en realidad, eran de izquierdos humanos.
La cuestión no ha variado, es más, hemos entrado en una Babel donde si uno quiere aparentar respetar los derechos de los otros, aunque ellos no respeten los nuestros, debe empezar por discriminar entre macho o hembra, niño, niña, adolescente y "tuti cuanti" se pueda distinguir entre unos y otros; que eso es la discriminación.
Pero la cuestión no ha variado fundamentalmente pues también los organismos defensores de esto o aquello incurren en el desconocimiento de los derechos de la mayoría o del bien común; para ejemplo, dos casos: el de los loteadores que quieren ampliar la "mancha urbana" comprometiendo el porvenir de cientos de miles de ciudadanos en las principales ciudades del país o la de los vendedores de piratería que se han asentado en calles, mercados y aceras haciendo valer "sus derechos" en contra del bienestar colectivo o la preservación de la salud o la economía.
Lo curioso cuando surgían estos "defensores" era que, en la mayoría de los casos, aparecían sujetos "de izquierda" apoltronándose en la derecha con la ostentación de sueldos, movilidades y residencias, cuando antes hacían demostración de lo contrario y, al final, resultaron defendiendo más que sus supuestos ideales o teorías sus propios sueldos y subvenciones.
Si analizáramos las cosas con seriedad e inteligencia puede que llegáramos a conclusiones asombrosas o paradógicas, como cuando vemos un incremento de embarazos entre adolescentes que no se ha originado en tormentas o desarreglos hormonales sino en la incomprensión de que los derechos traen bien aparejados unos deberes que, intencionalmente, se olvidan algunos para darle lustre a su ocupación profesional.
La única manera de defender los derechos humanos es el acatamiento a la ley; sin necesidad de organismos específicos, oficinas o entrometidos y cumpliendo aquello que dijera Juárez: "el respeto al derecho ajeno, es la paz"; que casualmente, no la cumplen muchos acérrimos defensores a sueldo.
domingo, 19 de enero de 2014
LA DESINFORMACIÓN
En estos tiempos donde la información es el ídolo de la tecnología, la desinformación es la que manda. Y no nos referimos a la falta de información sino a la falsa información.
El que el último Papa haya reiterado la cuestión no es más que eso y para poner ejemplos gruesos o grandes podemos preguntar: ¿Qué sabe usted de la primera guerra mundial? ¿O de la segunda? ¿O de Hitler y del por qué se aliaron comunistas y anticomunistas e hicieron un frente común? Lo mismo pasa en la actualidad con los casos de Irak, Siria, Irán o los países componentes de la ex Yugoslavia o lo que acontece en África y sus guerras "tribales".
La verdad, haciendo incluso abstracción de Pilatos, no puede ser demostrada fehacientemente; pero los medios actuales nos restriegan las narices cada vez que nos (des)informan y así estamos convencidos que EEUU tiene todo el derecho de espiar a quien le de la gana o de invadirlo militarmente o que la vida en ese país es un ejemplo para el mundo; cuando la realidad nos muestra que no hay tal paraíso ni "sueño americano" y que ahí tanto como en otras partes hay también marginados, discriminados o su sistema de administración de justicia está tan viciado como en cualquier otra parte.
Es más, por medio de la "historia oficial" o las permanentes campañas de desinformación nos han convencido que los países al sur del río Bravo somos subdesarrollados porque tenemos un organismo diferente o porque no tenemos alma y, por tanto, necesitamos un "hermano mayor" que no puede ser otro que el rebelde de Inglaterra y de ahí nace la doctrina Monroe, la "seguridad interna", el "big stich" o el recetario neoliberal y estamos condenados a padecerlos porque no hay alternativa.
En épocas de la pendulación entre materialistas de la derecha o de la izquierda, producto de la falsa "guerra fría", se nos impuso que debíamos elegir entre uno y otro polo; pero se escondió el hecho que la "embajada" lo mismo tenía el control de unos u otros aunque, aparentemente, se agarraba de las mechas con su oponente soviético. La amenaza reiterada del "libertador económico" en Bolivia: "si no nos envían ayuda los comunistas se van a hacer cargo de este país", no era sino otra desinformación porque bien que estaban cogobernando con las "banderas de abril" y la "alianza de clases".
No hay pues nada nuevo bajo el sol, Francisco no hace sino repetir lo que muchos conocen desde hace tiempo: Que vivimos en un ambiente, más que de información, de desinformación, falsedad y calumnia.
El que el último Papa haya reiterado la cuestión no es más que eso y para poner ejemplos gruesos o grandes podemos preguntar: ¿Qué sabe usted de la primera guerra mundial? ¿O de la segunda? ¿O de Hitler y del por qué se aliaron comunistas y anticomunistas e hicieron un frente común? Lo mismo pasa en la actualidad con los casos de Irak, Siria, Irán o los países componentes de la ex Yugoslavia o lo que acontece en África y sus guerras "tribales".
La verdad, haciendo incluso abstracción de Pilatos, no puede ser demostrada fehacientemente; pero los medios actuales nos restriegan las narices cada vez que nos (des)informan y así estamos convencidos que EEUU tiene todo el derecho de espiar a quien le de la gana o de invadirlo militarmente o que la vida en ese país es un ejemplo para el mundo; cuando la realidad nos muestra que no hay tal paraíso ni "sueño americano" y que ahí tanto como en otras partes hay también marginados, discriminados o su sistema de administración de justicia está tan viciado como en cualquier otra parte.
Es más, por medio de la "historia oficial" o las permanentes campañas de desinformación nos han convencido que los países al sur del río Bravo somos subdesarrollados porque tenemos un organismo diferente o porque no tenemos alma y, por tanto, necesitamos un "hermano mayor" que no puede ser otro que el rebelde de Inglaterra y de ahí nace la doctrina Monroe, la "seguridad interna", el "big stich" o el recetario neoliberal y estamos condenados a padecerlos porque no hay alternativa.
En épocas de la pendulación entre materialistas de la derecha o de la izquierda, producto de la falsa "guerra fría", se nos impuso que debíamos elegir entre uno y otro polo; pero se escondió el hecho que la "embajada" lo mismo tenía el control de unos u otros aunque, aparentemente, se agarraba de las mechas con su oponente soviético. La amenaza reiterada del "libertador económico" en Bolivia: "si no nos envían ayuda los comunistas se van a hacer cargo de este país", no era sino otra desinformación porque bien que estaban cogobernando con las "banderas de abril" y la "alianza de clases".
No hay pues nada nuevo bajo el sol, Francisco no hace sino repetir lo que muchos conocen desde hace tiempo: Que vivimos en un ambiente, más que de información, de desinformación, falsedad y calumnia.
sábado, 18 de enero de 2014
MANEJO DEL LENGUAJE
Esto del manejo del lenguaje es cada vez más preocupante por la serie de connotaciones que tiene. En primer lugar, es signo de que el sistema educativo de muchos países no funciona; en segundo lugar, es parte del cientificismo imperante que pretende esconder o maquillar el fracaso de la ciencia; en tercer lugar, es parte de la manipulación del género humano por logias, sectas y otras yerbas.
Y no es que uno quiera aparecer como ortodoxo o purista sino que está influyendo negativamente en la sociedad. La Ministra de Justicia de Bolivia, por ejemplo, dice que la mala formación profesional de los abogados es parte del fracaso de la administración de justicia y tiene la razón porque basta ver algunos escritos de estos oficiosos para comprender que si no escriben bien, es porque leen mal y, entonces, no entienden nada.
Pero no solo se produce entre los encargados de defender el Derecho, y han estudiado al revés, sino en otras Carreras pues hemos escuchado con asombro que cierta promotora de una universidad privada anunciaba que los talleres y laboratorios de la institución servirían para complementar "las clases áulicas"; lo que no entendemos es qué tienen que ver los cortesanos en las aulas universitarias para completar sus estudios en laboratorios o talleres. Claro que si tratamos de descifrar las cosas no es sino el sofisma del tecnicismo que, en la mayoría de los casos, oculta las deficiencias de lenguaje o científicas de los que aparecen como catedráticos, profesores o autoridades en tal o cual ciencia.
Los medios de comunicación, infelizmente, son los reproductores -replicadores dicen ellos- de los males del pésimo uso del lenguaje porque se ha hecho corriente escuchar aperturar, por abrir; recepcionar por recibir o cualquier otra estupidez producto del cientificismo que cabalga como potro del apocalipsis y, entonces, no es raro escuchar a los mal informados, o desinformados, repetir esas barbaridades dándose pisto.
Según algunos académicos de la lengua donde peor se habla el español es en España y seguramente ocurre lo mismo con el alemán, el francés o el ruso porque el cientificismo se ha hecho mundial y, curiosamente, algunos de ellos mencionan que el idioma peninsular se habla mejor en el altiplano boliviano; aunque no sabemos dónde y nos gustaría que lo aclararan.
Pero el hecho fundamental es que el manejo del lenguaje es preocupante y está influyendo negativamente en la comunicación y, por tanto en las ciencias y las artes.
Y no es que uno quiera aparecer como ortodoxo o purista sino que está influyendo negativamente en la sociedad. La Ministra de Justicia de Bolivia, por ejemplo, dice que la mala formación profesional de los abogados es parte del fracaso de la administración de justicia y tiene la razón porque basta ver algunos escritos de estos oficiosos para comprender que si no escriben bien, es porque leen mal y, entonces, no entienden nada.
Pero no solo se produce entre los encargados de defender el Derecho, y han estudiado al revés, sino en otras Carreras pues hemos escuchado con asombro que cierta promotora de una universidad privada anunciaba que los talleres y laboratorios de la institución servirían para complementar "las clases áulicas"; lo que no entendemos es qué tienen que ver los cortesanos en las aulas universitarias para completar sus estudios en laboratorios o talleres. Claro que si tratamos de descifrar las cosas no es sino el sofisma del tecnicismo que, en la mayoría de los casos, oculta las deficiencias de lenguaje o científicas de los que aparecen como catedráticos, profesores o autoridades en tal o cual ciencia.
Los medios de comunicación, infelizmente, son los reproductores -replicadores dicen ellos- de los males del pésimo uso del lenguaje porque se ha hecho corriente escuchar aperturar, por abrir; recepcionar por recibir o cualquier otra estupidez producto del cientificismo que cabalga como potro del apocalipsis y, entonces, no es raro escuchar a los mal informados, o desinformados, repetir esas barbaridades dándose pisto.
Según algunos académicos de la lengua donde peor se habla el español es en España y seguramente ocurre lo mismo con el alemán, el francés o el ruso porque el cientificismo se ha hecho mundial y, curiosamente, algunos de ellos mencionan que el idioma peninsular se habla mejor en el altiplano boliviano; aunque no sabemos dónde y nos gustaría que lo aclararan.
Pero el hecho fundamental es que el manejo del lenguaje es preocupante y está influyendo negativamente en la comunicación y, por tanto en las ciencias y las artes.
viernes, 17 de enero de 2014
EFICIENCIA
Una de las tareas pendientes en Bolivia, es la de la eficiencia. No la conseguimos por mucho esfuerzo que hagamos, si es que hacemos alguno, y ni siquiera en los llamados poderes del Estado se puede encontrar algo al respecto. Todo lo contrario; pues, verbigracia, los denominados legisladores en cuanto se sientan en sus curules empiezan a "legislar" redactando o haciendo redactar reglas sobre esto o lo otro que no hacen sino complicar la situación y hacer más enmarañado el panorama pues, al contrario de la sabiduría que aconseja cuanto menos reglas, mejor; las mismas se van multiplicando.
Ahora mismo, la asamblea legislativa nacional asegura haber aprobado cientos de leyes y por mucho que la mayoría de ellas sea un canto a la luna, no hay duda que están extraviados y lo mismo sucede con las asambleas departamentales. Se ha anunciado la renovación de las directivas y en una reunión de diputados y senadores en la residencia oficial del Ejecutivo y se ha decidido nombrar dos sustitutos en las cabezas legislativas dando una lección de la "independencia de poderes" y de la eficiencia parlamentaria.
Los recién nombrados anuncian la elaboración y aprobación de más leyes y, entre ellas, algunos códigos para reemplazar los vigentes. Aunque nadie nos ha dicho de las virtudes y capacidades de los recién designados, no elegidos, es de esperar que la tónica de la "eficiencia" legislativa se mantenga, es decir, más leyes y más confusión. Con este ambiente ¿qué se puede distinguir entre los que nos hacía tragar la "clase política" y lo que quieren repetir los "indígena-originarios"?
Y, como si no fuera suficiente, en Bolivia debe ser el lugar donde menos se hacen cumplir las leyes pues no sólo hay que contar con los abogados formados para burlarlas y no hacerlas cumplir, y donde escapan sólo excepciones, sino también el clientelismo partidista, el sectarismo y las influencias de la inmoralidad y la impunidad.
En estos días, precisamente, el alcalde del Cercado de Cochabamba, nos ha dado un ejemplo de lo que puede hacer la majadería, al presentar un recurso judicial en contra de los personeros que manejan el Hospital Viedma, por supuesto incumplimiento de deberes, sin mirar la viga del propio ojo. El que se haya declarado improcedente debiera importar el inicio de un otro sumario ya que no se pueden tomar las cosas a la ligera tratándose de las leyes y los asuntos de la comunidad. Pero así está el ambiente legal, y legislativo, en el país y es suficiente para medir la eficiencia de la burocracia en el ámbito nacional.
Ahora mismo, la asamblea legislativa nacional asegura haber aprobado cientos de leyes y por mucho que la mayoría de ellas sea un canto a la luna, no hay duda que están extraviados y lo mismo sucede con las asambleas departamentales. Se ha anunciado la renovación de las directivas y en una reunión de diputados y senadores en la residencia oficial del Ejecutivo y se ha decidido nombrar dos sustitutos en las cabezas legislativas dando una lección de la "independencia de poderes" y de la eficiencia parlamentaria.
Los recién nombrados anuncian la elaboración y aprobación de más leyes y, entre ellas, algunos códigos para reemplazar los vigentes. Aunque nadie nos ha dicho de las virtudes y capacidades de los recién designados, no elegidos, es de esperar que la tónica de la "eficiencia" legislativa se mantenga, es decir, más leyes y más confusión. Con este ambiente ¿qué se puede distinguir entre los que nos hacía tragar la "clase política" y lo que quieren repetir los "indígena-originarios"?
Y, como si no fuera suficiente, en Bolivia debe ser el lugar donde menos se hacen cumplir las leyes pues no sólo hay que contar con los abogados formados para burlarlas y no hacerlas cumplir, y donde escapan sólo excepciones, sino también el clientelismo partidista, el sectarismo y las influencias de la inmoralidad y la impunidad.
En estos días, precisamente, el alcalde del Cercado de Cochabamba, nos ha dado un ejemplo de lo que puede hacer la majadería, al presentar un recurso judicial en contra de los personeros que manejan el Hospital Viedma, por supuesto incumplimiento de deberes, sin mirar la viga del propio ojo. El que se haya declarado improcedente debiera importar el inicio de un otro sumario ya que no se pueden tomar las cosas a la ligera tratándose de las leyes y los asuntos de la comunidad. Pero así está el ambiente legal, y legislativo, en el país y es suficiente para medir la eficiencia de la burocracia en el ámbito nacional.
jueves, 16 de enero de 2014
"TRADICIONES"
Bajo el sofisma de la defensa de tradiciones, se eliminó una ordenanza que permitía regular el excesivo consumo de alcohol no sólo por parte de cualquier ciudadano sino por la juventud y hasta la niñez. El llamado "órgano ejecutivo" había enviado una propuesta para hacer de los lunes un día restricción en el consumo de alcohol; pero el Concejo lo revisó y mejoró, para chocar con los vendedores de chicha y escabeches quienes dijeron que se atentaba contra una tradición. ¿Cuál tradición? En este tiempo en que la música, habría que decir más bien el ruido, se califica como "clásico" por el sólo hecho de haber sonado más en cierta época, es difícil saber qué es tradicional y que no.
Tradicionalmente, y esto es un hecho, la chicha acompaña y acompañaba la labor de los campesinos no sólo en las faenas del campo sino también en su traslado a la ciudad para trabajar como albañil, zapatero o lo que fuera; de ahí se hizo la costumbre, de algunos de ellos, de prolongar el fin de semana, que empezaba el sábado por la tarde, hasta el lunes y, en consecuencia, seguir bebiendo. Que algunas "comideras" proporcionaban enrollados y escabeches a unos pocos, es cierto; pero no se puede calificar como tradicional un acto desmañado para no trabajar. Arquitectos, constructores y otros empresarios pueden dar fe de cuánto se pierde esta práctica nociva de la conducta humana.
Lo peor que puede sucedernos es que califiquemos de tradicional cualquier aberración o el comercio se imponga sobre las buenas costumbres; a este paso, se hará "tradicional" el jueves de "fidius uchu", el domingo de chicharrón, del miércoles de asado de chancho, el martes de tranca pecho, el viernes de colita o el sábado de fricasé. Pero lo que más hay que lamentar no es la actitud de los comerciantes de alcohol o comidas sino la del alcalde del Cercado que, como todos sabemos, es componente de un conjunto de música popular, y haya privilegiado sus propios intereses ante los de la ciudadanía que cada vez se ve más agobiada por la inseguridad, el incremento en el consumo de alcohol y drogas, el crecimiento desproporcionado del sector servicios en la economía regional, con grave omisión de la industria de producción y, lo que es peor, la distorsión de elementos culturales y artísticos, como el folclore, que está siendo fagocitado por el simple y vulgar comercio y el espectáculo barato.
En este caso también habrá que declarar tradicional la distorsión o la perversión.
Tradicionalmente, y esto es un hecho, la chicha acompaña y acompañaba la labor de los campesinos no sólo en las faenas del campo sino también en su traslado a la ciudad para trabajar como albañil, zapatero o lo que fuera; de ahí se hizo la costumbre, de algunos de ellos, de prolongar el fin de semana, que empezaba el sábado por la tarde, hasta el lunes y, en consecuencia, seguir bebiendo. Que algunas "comideras" proporcionaban enrollados y escabeches a unos pocos, es cierto; pero no se puede calificar como tradicional un acto desmañado para no trabajar. Arquitectos, constructores y otros empresarios pueden dar fe de cuánto se pierde esta práctica nociva de la conducta humana.
Lo peor que puede sucedernos es que califiquemos de tradicional cualquier aberración o el comercio se imponga sobre las buenas costumbres; a este paso, se hará "tradicional" el jueves de "fidius uchu", el domingo de chicharrón, del miércoles de asado de chancho, el martes de tranca pecho, el viernes de colita o el sábado de fricasé. Pero lo que más hay que lamentar no es la actitud de los comerciantes de alcohol o comidas sino la del alcalde del Cercado que, como todos sabemos, es componente de un conjunto de música popular, y haya privilegiado sus propios intereses ante los de la ciudadanía que cada vez se ve más agobiada por la inseguridad, el incremento en el consumo de alcohol y drogas, el crecimiento desproporcionado del sector servicios en la economía regional, con grave omisión de la industria de producción y, lo que es peor, la distorsión de elementos culturales y artísticos, como el folclore, que está siendo fagocitado por el simple y vulgar comercio y el espectáculo barato.
En este caso también habrá que declarar tradicional la distorsión o la perversión.
miércoles, 15 de enero de 2014
LA ORFANDAD
Uno de los dramas más dolorosos que deben sufrir las personas es, seguramente, la orfandad; la pérdida de los padres, especialmente cuando ocurre en los primeros años de vida.
Pero muchas veces la vida nos confronta con aquella expresión freudiana que afirmaba que la filantropía es una forma de sadismo; porque, infelizmente, nos ha tocado ver y vivir situaciones que nada tienen que ver con la caridad o la solidaridad sino con el vil metal.
En Bolivia, como en muchas partes, los huérfanos son acogidos por instituciones de "beneficencia" que, dizque, les hacen el favor de buscarles padres sustitutos; pero la realidad, en varios casos, suele ser otra. Los niños se venden o se compran so capa de virtudes angelicales.
Y el negocio, como no podía ser de otra manera, incluye una burocracia que se encarga de los trámites y demás cosas, que también tienen su precio, y donde se implican abogados, psicólogos, trabajadores sociales y otras yerbas afines. Y ha demostrado ser muy rentable por la misma ostentación de sus "voluntarios" intervinientes.
El caso de un niño ruso que fue devuelto, el pasado año, porque los padres adoptivos se cansaron de él y que ha sido causa de la prohibición de más adopciones, es apenas una muestra pálida de todo ese mundo que se mueve dentro de la "filantropía". En Italia, verbigracia, algunos huérfanos, habría que decir por doble partida pues perdieron sus padres naturales y los sustitutos, han consolidado incluso una cuasi mafia que se mueve en las sombras de los aeropuertos para no dejar entrar a más compatriotas, con una serie de excusas. Y no debe ser la única que se ha conformado por la necesidad de esto o lo otro pues también en otros países europeos los migrantes se han vuelto marginales o los adoptados han sido dejados en la calle, mientras los problemas de los propios residentes legales se complica por cuestiones de mal manejo de la economía o dependencia política.
El caso es que este es un tema que nadie quiere ver y hasta se lo esconde; con tomar algunas medidas restrictivas a nuevas adopciones se piensa que se ha hecho mucho; pero no es así y, aunque de a poco, el negocio continúa.
Una cosa es tener que sufrir la tragedia de la orfandad familiar; pero otra no menos cruenta es tener que tragarse también la orfandad gubernamental, administrativa, política.
Pero muchas veces la vida nos confronta con aquella expresión freudiana que afirmaba que la filantropía es una forma de sadismo; porque, infelizmente, nos ha tocado ver y vivir situaciones que nada tienen que ver con la caridad o la solidaridad sino con el vil metal.
En Bolivia, como en muchas partes, los huérfanos son acogidos por instituciones de "beneficencia" que, dizque, les hacen el favor de buscarles padres sustitutos; pero la realidad, en varios casos, suele ser otra. Los niños se venden o se compran so capa de virtudes angelicales.
Y el negocio, como no podía ser de otra manera, incluye una burocracia que se encarga de los trámites y demás cosas, que también tienen su precio, y donde se implican abogados, psicólogos, trabajadores sociales y otras yerbas afines. Y ha demostrado ser muy rentable por la misma ostentación de sus "voluntarios" intervinientes.
El caso de un niño ruso que fue devuelto, el pasado año, porque los padres adoptivos se cansaron de él y que ha sido causa de la prohibición de más adopciones, es apenas una muestra pálida de todo ese mundo que se mueve dentro de la "filantropía". En Italia, verbigracia, algunos huérfanos, habría que decir por doble partida pues perdieron sus padres naturales y los sustitutos, han consolidado incluso una cuasi mafia que se mueve en las sombras de los aeropuertos para no dejar entrar a más compatriotas, con una serie de excusas. Y no debe ser la única que se ha conformado por la necesidad de esto o lo otro pues también en otros países europeos los migrantes se han vuelto marginales o los adoptados han sido dejados en la calle, mientras los problemas de los propios residentes legales se complica por cuestiones de mal manejo de la economía o dependencia política.
El caso es que este es un tema que nadie quiere ver y hasta se lo esconde; con tomar algunas medidas restrictivas a nuevas adopciones se piensa que se ha hecho mucho; pero no es así y, aunque de a poco, el negocio continúa.
Una cosa es tener que sufrir la tragedia de la orfandad familiar; pero otra no menos cruenta es tener que tragarse también la orfandad gubernamental, administrativa, política.
martes, 14 de enero de 2014
EL MUNICIPALISMO
Casi 400 menores arrestados en un solo día por consumo de alcohol, mientras en el Cercado se rechaza la restricción de su venta los lunes so capa de tradición; la basura pone una vez más en ridículo a la burocracia municipal y su crónica imprevisión e improvisación; el inicio de una querella penal en contra de las autoridades del Hospital Viedma, por parte del alcalde del Cercado, puede tornársele un boomerang con funestas consecuencias; la incertidumbre sobre los servicios básicos como provisión de agua potable, red de alcantarillado y la arbitrariedad en la hipertrofia citadina; el tema de las tarifas del transporte que se negocia, una vez más, a espaldas del ciudadano, la invasión de calles, avenidas y aceras por el contrabando, la piratería y la informalidad, los variados problemas de contaminación y un largo etcétera están demostrando que tanto en el Cochabamba, como en otras partes, el municipalismo está en crisis.
Y es que la exigencia ciudadana de asumir la descentralización administrativa se ha distorsionado por medio de varios instrumentos que no quisieron o no pudieron recoger el reclamo y una de las mejores muestras es la ley 2028 que, en cierto modo, restringe las atribuciones del gobierno sobre el control del mercado que es el "leit motiv" de su existencia y da piedra libre al usufructo partidista de su presupuesto. La nueva ley pertinente al respecto, aunque no se crea, parece respaldar la anterior o, al menos, inducirla a la contradicción si se redactan las cartas orgánicas.
El tema es que la crisis está presente y tiene repercusiones no únicamente en la economía sino también en la salud y el desarrollo que se sigue confundiendo con la simple urbanistería incluso en los municipios pequeños. Pocos y excepcionales son los gobiernos que han demostrado eficiencia; los más si no tienen cuentas con la ejecución presupuestaria no tienen la menor idea del crecimiento y, por lo tanto, planes o programas de real envergadura; a tal extremo que el gobierno central está acudiendo en su auxilio aunque con las mismas limitaciones.
Los gobiernos comunales del sueño han pasado a la pesadilla y están distorsionan no únicamente la democracia, sustituyéndola con el partidismo sectario de la "clase política", sino también la descentralización reemplazándola con el simple disfrute de un presupuesto en beneficio del clientelismo partidista.
Hasta da vergüenza ver lo que las burocracias hacen, el espectáculo que arman y la inteligencia que presumen; mientras los grandes problemas de la ciudadanía, del bien común, de la colectividad se hacen crónicos.
Y es que la exigencia ciudadana de asumir la descentralización administrativa se ha distorsionado por medio de varios instrumentos que no quisieron o no pudieron recoger el reclamo y una de las mejores muestras es la ley 2028 que, en cierto modo, restringe las atribuciones del gobierno sobre el control del mercado que es el "leit motiv" de su existencia y da piedra libre al usufructo partidista de su presupuesto. La nueva ley pertinente al respecto, aunque no se crea, parece respaldar la anterior o, al menos, inducirla a la contradicción si se redactan las cartas orgánicas.
El tema es que la crisis está presente y tiene repercusiones no únicamente en la economía sino también en la salud y el desarrollo que se sigue confundiendo con la simple urbanistería incluso en los municipios pequeños. Pocos y excepcionales son los gobiernos que han demostrado eficiencia; los más si no tienen cuentas con la ejecución presupuestaria no tienen la menor idea del crecimiento y, por lo tanto, planes o programas de real envergadura; a tal extremo que el gobierno central está acudiendo en su auxilio aunque con las mismas limitaciones.
Los gobiernos comunales del sueño han pasado a la pesadilla y están distorsionan no únicamente la democracia, sustituyéndola con el partidismo sectario de la "clase política", sino también la descentralización reemplazándola con el simple disfrute de un presupuesto en beneficio del clientelismo partidista.
Hasta da vergüenza ver lo que las burocracias hacen, el espectáculo que arman y la inteligencia que presumen; mientras los grandes problemas de la ciudadanía, del bien común, de la colectividad se hacen crónicos.
lunes, 13 de enero de 2014
LAS INSCRIPCIONES
Hoy se inicia el ritual de inscripciones en el sistema escolar boliviano y decimos ritual porque la costumbre ha consagrado una serie de conductas que está por encima de las disposiciones ministeriales. Es el caso de las listas, que se elaboran durante el año anterior de acuerdo al número de vacantes y las influencias respectivas entre directores de los establecimientos; se ha tratado de poner freno a la cuestión pero no se ha logrado.
Y es que los establecimientos de educación se categorizan de acuerdo al "prestigio" de cada uno de ellos y, aunque no lo crean, si tiene banda de música o no; de este modo, mientras en unos las vacancias son disputadas o no existen, en otros, la falta de alumnos es un fantasma que atemoriza a los profesores que pueden perder sus ítemes por falta de ellos. Claro que eso del prestigio es algo que se acomoda a los gustos pues casi nunca se hace de eficiencia y se basa más bien en tolerancia, facilidad, actividades extraescolares o la práctica del deporte.
Hay otra categorización, si el término cabe, entre establecimientos fiscales y "de convenio" que también lo son pero cuentan con el apoyo de la Iglesia y, por lo tanto, con mejor infraestructura, actualización casi permanente del plantel docente, laboratorios o talleres que, los puramente fiscales no los tienen, como sus "maestros" se niegan a actualizarse, por mucho que sus dirigentes hacen aparecer las cosas al contrario.
Pero del período de inscripciones a las actividades mismas, no hay mucho trecho y el siguiente mes los alumnos estarán de retorno a las aulas. ¿Cómo? Hay que ser adivino para saberlo o recurrir a la hoja de coca para predecirlo porque estando un proceso de reforma en vigencia, se ha propuesto el aumento de horas de actividad en las aulas y las reacciones han sido más bien viscerales que oportunas, tanto de parte de las autoridades como de los profesores en general que, según sus dirigentes sindicales, depende del pago y no de otra cosa.
Este último factor es el que afea y torna preocupante el panorama porque por mucho que se aumente el salario con el consiguiente aumento del presupuesto, los resultados serán los mismos porque no se toma en cuenta algo fundamental en educación: La calidad; de los profesores como de la infraestructura de los establecimientos.
En una ocasión anterior y cuando se dotó de talleres y laboratorios a varios establecimientos, de acuerdo al convenio conocido como CAMER-ENOSA, la realidad nos mostró que los "maestros" no sabían para qué sirve un tubo de ensayo o una retorta y por tanto, todo fue a los almacenes de donde desapareció con el tiempo.
Se abre pues un nuevo período de inscripciones como simple ritual; pero nadie está en condiciones de aclarar el panorama que les espera a los niños y jóvenes y, menos, al sistema como tal.
Y es que los establecimientos de educación se categorizan de acuerdo al "prestigio" de cada uno de ellos y, aunque no lo crean, si tiene banda de música o no; de este modo, mientras en unos las vacancias son disputadas o no existen, en otros, la falta de alumnos es un fantasma que atemoriza a los profesores que pueden perder sus ítemes por falta de ellos. Claro que eso del prestigio es algo que se acomoda a los gustos pues casi nunca se hace de eficiencia y se basa más bien en tolerancia, facilidad, actividades extraescolares o la práctica del deporte.
Hay otra categorización, si el término cabe, entre establecimientos fiscales y "de convenio" que también lo son pero cuentan con el apoyo de la Iglesia y, por lo tanto, con mejor infraestructura, actualización casi permanente del plantel docente, laboratorios o talleres que, los puramente fiscales no los tienen, como sus "maestros" se niegan a actualizarse, por mucho que sus dirigentes hacen aparecer las cosas al contrario.
Pero del período de inscripciones a las actividades mismas, no hay mucho trecho y el siguiente mes los alumnos estarán de retorno a las aulas. ¿Cómo? Hay que ser adivino para saberlo o recurrir a la hoja de coca para predecirlo porque estando un proceso de reforma en vigencia, se ha propuesto el aumento de horas de actividad en las aulas y las reacciones han sido más bien viscerales que oportunas, tanto de parte de las autoridades como de los profesores en general que, según sus dirigentes sindicales, depende del pago y no de otra cosa.
Este último factor es el que afea y torna preocupante el panorama porque por mucho que se aumente el salario con el consiguiente aumento del presupuesto, los resultados serán los mismos porque no se toma en cuenta algo fundamental en educación: La calidad; de los profesores como de la infraestructura de los establecimientos.
En una ocasión anterior y cuando se dotó de talleres y laboratorios a varios establecimientos, de acuerdo al convenio conocido como CAMER-ENOSA, la realidad nos mostró que los "maestros" no sabían para qué sirve un tubo de ensayo o una retorta y por tanto, todo fue a los almacenes de donde desapareció con el tiempo.
Se abre pues un nuevo período de inscripciones como simple ritual; pero nadie está en condiciones de aclarar el panorama que les espera a los niños y jóvenes y, menos, al sistema como tal.
domingo, 12 de enero de 2014
CADUCIDAD
Todas las veces en que alguna autoridad controla en el mercado la fecha de caducidad de la mercadería, surgen un montón de excusas: "No no dimos cuenta", "es un añito nomás", "nos han dicho que todavía sirve", "pero si no está dañado", son las más frecuentes así se trate de antibióticos o enlatados; claro que tampoco nadie ha explicado convincentemente por qué la fecha de tiene que ser rigurosamente aplicada si las condiciones de almacenamiento son buenas; aunque generalmente en los mercados no existen.
La cuestión es que esta fecha de caducidad también llega a algunas personas y sectores y los afectados no quieren darse cuenta ni verse con el rótulo: caduco. Esto pasa con los partidos de la "clase política", aquellos que nunca tuvieron ideología definida y definitiva, que se acomodaron a las circunstancias o ingresaron en la politiquería con paso de parada. El MNR, la ADN, el MIR, el PC, el NFR, los trotskistas, los cataristas y un sin fin de siglas y de simples nombres o apodos, conforman la lista de los caducos en Bolivia y, entre ellos, hay que incluir los intelectuales, los profesionales, los universitarios, los artistas que, igualmente, se acomodaron a las olas.
En realidad, en la historia nacional sólo dos partidos pueden ser la excepción que los separa de la poltiquería aunque no pudieron sobrevivir, precisamente, por lo que tenían y no por sus carencias: FSB y el PIR; el primero y desde 1937 propuso una cartilla, un programa y una definición ideológica concreta que lo hacía diferente desde la expresión de su líder más importante, Oscar Unzaga de la Vega, que afirmaba: "nosotros estamos por encima de la derecha explotadora y de la izquierda anarquizante" y sirvió para crear el "tercer vértice de la inquietud social", que así como no aceptaba la intromisión de EEUU tampoco quería que los soviéticos aprovecharan de la piedra libre que la pendulación les ofrecía. El segundo, porque se atrevió a interpretar la corriente del pensamiento marxista y pretendió adaptarlo a la realidad no sólo nacional sino latinoamericana, lo que le valió ser rechazado como representa legal del comunismo y, por eso mismo, combatido.
Con la llegada de Morales al poder y de otras experiencias que se han dado en el pasado lo que se reitera es también algo que no se quiere aceptar: la caducidad de los intelectuales y, junto a ellos, los profesionales, los universitarios, los académicos que, con sus lógicas restricciones y excepciones, tampoco supieron estar a la altura de las circunstancias de la política o se vieron envilecidos por la politiquería.
Este rótulo de caducidad es lo que más inquieta en la cercanía o vigencia del período preelectoral y son los propios caducos los que más se niegan a ver esta realidad.
La cuestión es que esta fecha de caducidad también llega a algunas personas y sectores y los afectados no quieren darse cuenta ni verse con el rótulo: caduco. Esto pasa con los partidos de la "clase política", aquellos que nunca tuvieron ideología definida y definitiva, que se acomodaron a las circunstancias o ingresaron en la politiquería con paso de parada. El MNR, la ADN, el MIR, el PC, el NFR, los trotskistas, los cataristas y un sin fin de siglas y de simples nombres o apodos, conforman la lista de los caducos en Bolivia y, entre ellos, hay que incluir los intelectuales, los profesionales, los universitarios, los artistas que, igualmente, se acomodaron a las olas.
En realidad, en la historia nacional sólo dos partidos pueden ser la excepción que los separa de la poltiquería aunque no pudieron sobrevivir, precisamente, por lo que tenían y no por sus carencias: FSB y el PIR; el primero y desde 1937 propuso una cartilla, un programa y una definición ideológica concreta que lo hacía diferente desde la expresión de su líder más importante, Oscar Unzaga de la Vega, que afirmaba: "nosotros estamos por encima de la derecha explotadora y de la izquierda anarquizante" y sirvió para crear el "tercer vértice de la inquietud social", que así como no aceptaba la intromisión de EEUU tampoco quería que los soviéticos aprovecharan de la piedra libre que la pendulación les ofrecía. El segundo, porque se atrevió a interpretar la corriente del pensamiento marxista y pretendió adaptarlo a la realidad no sólo nacional sino latinoamericana, lo que le valió ser rechazado como representa legal del comunismo y, por eso mismo, combatido.
Con la llegada de Morales al poder y de otras experiencias que se han dado en el pasado lo que se reitera es también algo que no se quiere aceptar: la caducidad de los intelectuales y, junto a ellos, los profesionales, los universitarios, los académicos que, con sus lógicas restricciones y excepciones, tampoco supieron estar a la altura de las circunstancias de la política o se vieron envilecidos por la politiquería.
Este rótulo de caducidad es lo que más inquieta en la cercanía o vigencia del período preelectoral y son los propios caducos los que más se niegan a ver esta realidad.
sábado, 11 de enero de 2014
EL ESTADO
El Estado, como concepto o como sofisma, ha servido muchas veces para una y mil cosas. El marxismo, por ejemplo, para alzarse, crecer y establecerse, hizo de él el culpable de todo y la raíz de todos los males; pero cuando se hizo del poder, justificó toda su violencia, su política discriminatoria y su sectarismo o partidismo en "razones de Estado". Lo mismo que han hecho sus aparentes antagonistas de la derecha que, por igual motivo, han excusado privatizaciones, confiscaciones indirectas, compras de empresas y recursos a precio de gallina muerta y tiranías, con el mismo sofisma.
Ha sido pues política común, compartida, hermanada, entre derecha e izquierda, reducir el concepto de Estado a las conveniencias o inconveniencias del momento; desde el manejo del mercado hasta del sexo.
Pero, como varias veces lo hemos repetido, el concepto de Estado no hay que confundirlo con el de gobierno que, para diferenciarlo, es eventual mientras que el otro es permanente. Puede no haber gobierno pero siempre habrá Estado, aunque parezca una paradoja o una exageración.
El Estado boliviano se extiende alrededor de todas sus fronteras, se compone de una población diversa culturalmente y tiene un régimen legal que, se cumpla o no, existe. Que todo ese territorio no esté convenientemente ocupado, que su población sufra todavía las consecuencias de la discriminación o el olvido y que su régimen legal sea papel mojado; eso sí es culpa del gobierno; pero nunca del propio Estado.
La política estalinista que llevó finalmente al fracaso a la URSS fue, sofísticamente, una política estatal; el manejo de la economía norteamericana a cargo de una entidad privada como la Reserva Federal es también sofísticamente estatal. Pero, conceptualmente, nada tienen que ver con el Estado, aunque parezca raro.
Antiguamente, el poder lo tenían las monarquías o los emperadores y con las mismas características que actualmente vemos pues se depositaba en una sola persona, en familias o grupos pero el pueblo llano siempre era un espectador, lo mismo que ahora pues, a través de otros procedimientos igualmente falsos, se manejan los Estados por medio de oligarquías, clientes, sectas o logias.
Mientras se levante el sofisma del Estado, por sobre el Estado mismo, persistirán los denominados superestados o grupos de avariciosos o materialistas que impondrán su voluntad en contra del sentido común, de la inteligencia, de la humanidad y no es necesario que sean intereses como los del capital financiero internacional sino que pueden ser tan perniciosos como la organización de los explotadores del transporte público en Bolivia.
Ha sido pues política común, compartida, hermanada, entre derecha e izquierda, reducir el concepto de Estado a las conveniencias o inconveniencias del momento; desde el manejo del mercado hasta del sexo.
Pero, como varias veces lo hemos repetido, el concepto de Estado no hay que confundirlo con el de gobierno que, para diferenciarlo, es eventual mientras que el otro es permanente. Puede no haber gobierno pero siempre habrá Estado, aunque parezca una paradoja o una exageración.
El Estado boliviano se extiende alrededor de todas sus fronteras, se compone de una población diversa culturalmente y tiene un régimen legal que, se cumpla o no, existe. Que todo ese territorio no esté convenientemente ocupado, que su población sufra todavía las consecuencias de la discriminación o el olvido y que su régimen legal sea papel mojado; eso sí es culpa del gobierno; pero nunca del propio Estado.
La política estalinista que llevó finalmente al fracaso a la URSS fue, sofísticamente, una política estatal; el manejo de la economía norteamericana a cargo de una entidad privada como la Reserva Federal es también sofísticamente estatal. Pero, conceptualmente, nada tienen que ver con el Estado, aunque parezca raro.
Antiguamente, el poder lo tenían las monarquías o los emperadores y con las mismas características que actualmente vemos pues se depositaba en una sola persona, en familias o grupos pero el pueblo llano siempre era un espectador, lo mismo que ahora pues, a través de otros procedimientos igualmente falsos, se manejan los Estados por medio de oligarquías, clientes, sectas o logias.
Mientras se levante el sofisma del Estado, por sobre el Estado mismo, persistirán los denominados superestados o grupos de avariciosos o materialistas que impondrán su voluntad en contra del sentido común, de la inteligencia, de la humanidad y no es necesario que sean intereses como los del capital financiero internacional sino que pueden ser tan perniciosos como la organización de los explotadores del transporte público en Bolivia.
viernes, 10 de enero de 2014
EQUIPOS DE SONIDO
Cuando uno va a comprar cualquier equipo de sonido, los vendedores lo primero que hacen es mostrarle la potencia del volumen y los compradores, al parecer, se guían por ese aspecto y no otro.
En el mundo entero aumenta el número de sordos o hipoacúsicos y también en Bolivia se percibe este crecimiento, particularmente, entre los jóvenes, aunque no hay que descartar una elevación entre los niños, por diversos factores.
El caso es que la contaminación acústica está en aumento y las consecuencias todavía no se están ponderando debidamente pues, aparte del ruido mismo de la ciudad como tal, resultan más nocivos los provenientes de los aparatos electrónicos que se usan sin tomar en cuenta sus riesgos y sin que nadie informe bien sobre tales a los clientes.
Es más, incluso, en las ciudades donde hay un discurso ecologista, ambientalista o de protección al entorno, lo primero que hacen quienes aparecen militando en esos organismos es poner un equipo de sonido a todo volumen, para hacer conocer sus postulados e intenciones; lo mismo hacen las autoridades ediles o de otra índole para la propaganda y nada hacen respecto a los locales comerciales que contaminan a su gusto, como cantinas, restaurantes, discotecas, karaokes y lugares de espectáculo donde, con el riesgo y el morbo de la ciudadanía en general, se hacen ricos unos cuantos que alquilan esos equipos de sonido y se estornudan en las leyes del medio ambiente o el Código de Salud.
Como si fuera poco, es una costumbre que en los establecimientos escolares se instalen estos armatostes y se los ponga a capricho del portero, del regente o de cualquier profesor que no conoce sus efectos nocivos; de esta manera, los alumnos van recibiendo paulatinas lesiones en el nervio auditivo que da paso a lesiones irreversibles; como tampoco se tiene cuidado en el uso de equipos de ecodiagnóstico y otros que se basan en ondas sonoras o microondas.
Vivimos en una sociedad cuya característica principal, aparte del hacinamiento, es la contaminación acústica y donde la electrónica no tiene restricciones sobre lo que produce y vende. Es más, no soportar la contaminación por ruido, es ser ñoño, vejestorio o anticuado so capa de "modernidad" o cualquier sofisma de turno.
Pese a que puede existir la legislación correspondiente, no se la hace cumplir, como es el caso boliviano donde el Código de Salud es algo que se debe encontrar en alguna biblioteca y nada más.
En el mundo entero aumenta el número de sordos o hipoacúsicos y también en Bolivia se percibe este crecimiento, particularmente, entre los jóvenes, aunque no hay que descartar una elevación entre los niños, por diversos factores.
El caso es que la contaminación acústica está en aumento y las consecuencias todavía no se están ponderando debidamente pues, aparte del ruido mismo de la ciudad como tal, resultan más nocivos los provenientes de los aparatos electrónicos que se usan sin tomar en cuenta sus riesgos y sin que nadie informe bien sobre tales a los clientes.
Es más, incluso, en las ciudades donde hay un discurso ecologista, ambientalista o de protección al entorno, lo primero que hacen quienes aparecen militando en esos organismos es poner un equipo de sonido a todo volumen, para hacer conocer sus postulados e intenciones; lo mismo hacen las autoridades ediles o de otra índole para la propaganda y nada hacen respecto a los locales comerciales que contaminan a su gusto, como cantinas, restaurantes, discotecas, karaokes y lugares de espectáculo donde, con el riesgo y el morbo de la ciudadanía en general, se hacen ricos unos cuantos que alquilan esos equipos de sonido y se estornudan en las leyes del medio ambiente o el Código de Salud.
Como si fuera poco, es una costumbre que en los establecimientos escolares se instalen estos armatostes y se los ponga a capricho del portero, del regente o de cualquier profesor que no conoce sus efectos nocivos; de esta manera, los alumnos van recibiendo paulatinas lesiones en el nervio auditivo que da paso a lesiones irreversibles; como tampoco se tiene cuidado en el uso de equipos de ecodiagnóstico y otros que se basan en ondas sonoras o microondas.
Vivimos en una sociedad cuya característica principal, aparte del hacinamiento, es la contaminación acústica y donde la electrónica no tiene restricciones sobre lo que produce y vende. Es más, no soportar la contaminación por ruido, es ser ñoño, vejestorio o anticuado so capa de "modernidad" o cualquier sofisma de turno.
Pese a que puede existir la legislación correspondiente, no se la hace cumplir, como es el caso boliviano donde el Código de Salud es algo que se debe encontrar en alguna biblioteca y nada más.
jueves, 9 de enero de 2014
LA NAVE TIERRA
Lo que está sucediendo en Estados Unidos es preocupante porque, como alguien dijera, todos somos tripulantes de la nave tierra y su suerte importa al conjunto de la población planetaria.
Pero si analizamos las cosas y cómo se han venido dando, nos daremos cuenta de cuan irresponsable es el manejo de la tierra tanto por explotados como explotadores y porque se ha desterrado el sentido común. Y, para peor, la ecología, el ambientalismo, se han convertido en negocios o hasta religiones que tampoco tienen que ver con la tierra en sí.
Es ridículo ver a "ambientalistas, "ecologistas" o, finalmente, empleados de algunas ONG, desgarrándose las vestiduras pero no por los daños que se estén produciendo sino por hipocresía o por defender su salario simplemente. A este punto, pareciera que a nadie le interesa la suerte de la tierra y así como vemos, sumidos más en el espectáculo que la tragedia, lo que viene sucediendo con heladas, huracanes, maremotos o terremotos, no hacemos nada.
Y no es que hayamos llegado recién a la conclusión de cuánto se deteriora el planeta pues el problema viene de décadas o siglos sino que nunca como hoy las consecuencias son tan profundas. Las pérdidas que se producen lo mismo en los países llamados chicos o grandes, en cierto modo, incentivan o rescatan el funcionamiento de la industria contaminante o cuestionada; en lugar de dar paso a la recuperación de la agricultura tradicional, libre de productos químicos, defoliantes y una gran variedad que están introduciendo en nuestros organismos metales o elementos ajenos que pueden causar daño.
Pese a todas sus objeciones aún creemos en el industrialismo como un nuevo ídolo, como la salvación, cuando el sentido común nos está diciendo lo contrario porque la polución del planeta ha dejado de ser superficial y se ha adentrado en los organismos animales, vegetales y de la raza humana; incluso, so capa de suplementos, complementos o productos de moda.
Nuestra dieta está totalmente desequilibrada por carencias y elementos ajenos y nocivos que introducimos por consumir productos de engorde rápido, de producción rentable y controvertida, porque así como las modas del ambientalismo, la ecología u otras preocupaciones paganas se han hecho moda, no seguimos la misma en cuanto a prohibir las granjas o los establecimientos donde se produce toda esa chatarra sobre la que echamos pestes pero compramos.
La nave está en inminente peligro y pocos son los tripulantes que tienen conciencia de ello.
Pero si analizamos las cosas y cómo se han venido dando, nos daremos cuenta de cuan irresponsable es el manejo de la tierra tanto por explotados como explotadores y porque se ha desterrado el sentido común. Y, para peor, la ecología, el ambientalismo, se han convertido en negocios o hasta religiones que tampoco tienen que ver con la tierra en sí.
Es ridículo ver a "ambientalistas, "ecologistas" o, finalmente, empleados de algunas ONG, desgarrándose las vestiduras pero no por los daños que se estén produciendo sino por hipocresía o por defender su salario simplemente. A este punto, pareciera que a nadie le interesa la suerte de la tierra y así como vemos, sumidos más en el espectáculo que la tragedia, lo que viene sucediendo con heladas, huracanes, maremotos o terremotos, no hacemos nada.
Y no es que hayamos llegado recién a la conclusión de cuánto se deteriora el planeta pues el problema viene de décadas o siglos sino que nunca como hoy las consecuencias son tan profundas. Las pérdidas que se producen lo mismo en los países llamados chicos o grandes, en cierto modo, incentivan o rescatan el funcionamiento de la industria contaminante o cuestionada; en lugar de dar paso a la recuperación de la agricultura tradicional, libre de productos químicos, defoliantes y una gran variedad que están introduciendo en nuestros organismos metales o elementos ajenos que pueden causar daño.
Pese a todas sus objeciones aún creemos en el industrialismo como un nuevo ídolo, como la salvación, cuando el sentido común nos está diciendo lo contrario porque la polución del planeta ha dejado de ser superficial y se ha adentrado en los organismos animales, vegetales y de la raza humana; incluso, so capa de suplementos, complementos o productos de moda.
Nuestra dieta está totalmente desequilibrada por carencias y elementos ajenos y nocivos que introducimos por consumir productos de engorde rápido, de producción rentable y controvertida, porque así como las modas del ambientalismo, la ecología u otras preocupaciones paganas se han hecho moda, no seguimos la misma en cuanto a prohibir las granjas o los establecimientos donde se produce toda esa chatarra sobre la que echamos pestes pero compramos.
La nave está en inminente peligro y pocos son los tripulantes que tienen conciencia de ello.
miércoles, 8 de enero de 2014
LA JUSTICIA
Hablar de la justicia en el mundo es hablar de una teoría, o si se quiere utopía, y una práctica que dista mucho de lo que se entiende por tal.
Desde los países que, sofísticamente, tienen el mejor sistema de administración de la justicia, que suele negociar penas y amnistías o usar de una serie interminable de ardides, hasta lo que tenemos en Bolivia que supera toda ficción.
Y no sólo eso sino que la justicia no debe aplicarse solamente a la administración de las leyes, es decir, la aplicación de códigos y sanciones, sino también al trato que recibe el ciudadano cotidianamente tanto en su trabajo, como en educación, salud y distracción.
Ya para nadie es una paradoja que, en EEUU, por ejemplo, el índice de pobres haya subido en los últimos años y se incremente el número de gente que vive en las calles, los subterráneos o las alcantarillas sino que la migración está contribuyendo con lo suyo a la marginalidad de los países receptores.
En cuanto a la administración de las leyes como tal, es una lotería o un laberinto donde nadie quisiera entrar no únicamente entre nosotros sino también entre los que se precian de tener el mejor sistema. El dinero es el poder supremo en esos ambientes, dígase lo que se diga, y la burocracia tiene tal marasmo que no se mueve sin los "incentivos" de rigor. Así se trate de un juicio penal, civil, administrativo o, incluso, una simple comparecencia en eso que se llama Derechos Reales. Y, como si fuera poco, el cambio de códigos y procedimientos introduce factores de distorsión dignos de figurar en las páginas de Ripley.
De otro lado, el sistema impositivo tampoco es equitativo ni justo pues persisten los beneficiarios de exenciones o discriminaciones que atentan contra el ambiente; es el caso de los cocaleros o los explotadores del transporte público que, en base a su poder sectario, ha conseguido desequilibrar la balanza del estado de derecho y de equidad que consagran la Constitución y debieran consagrar las leyes menores.
La justicia es pues un tema pendiente en el planeta ya que lo mismo hay ejemplos de lacerante injusticia entre nosotros como entre los rusos, los norteamericanos, los ingleses, los franceses, los bantús o los que fuera.
Y, curiosamente, sigue siendo un postulado demagógico de tiranos o candidatos a las urnas que ofrecen lo que saben que no pueden conseguir sin cambiarse a sí mismos.
Desde los países que, sofísticamente, tienen el mejor sistema de administración de la justicia, que suele negociar penas y amnistías o usar de una serie interminable de ardides, hasta lo que tenemos en Bolivia que supera toda ficción.
Y no sólo eso sino que la justicia no debe aplicarse solamente a la administración de las leyes, es decir, la aplicación de códigos y sanciones, sino también al trato que recibe el ciudadano cotidianamente tanto en su trabajo, como en educación, salud y distracción.
Ya para nadie es una paradoja que, en EEUU, por ejemplo, el índice de pobres haya subido en los últimos años y se incremente el número de gente que vive en las calles, los subterráneos o las alcantarillas sino que la migración está contribuyendo con lo suyo a la marginalidad de los países receptores.
En cuanto a la administración de las leyes como tal, es una lotería o un laberinto donde nadie quisiera entrar no únicamente entre nosotros sino también entre los que se precian de tener el mejor sistema. El dinero es el poder supremo en esos ambientes, dígase lo que se diga, y la burocracia tiene tal marasmo que no se mueve sin los "incentivos" de rigor. Así se trate de un juicio penal, civil, administrativo o, incluso, una simple comparecencia en eso que se llama Derechos Reales. Y, como si fuera poco, el cambio de códigos y procedimientos introduce factores de distorsión dignos de figurar en las páginas de Ripley.
De otro lado, el sistema impositivo tampoco es equitativo ni justo pues persisten los beneficiarios de exenciones o discriminaciones que atentan contra el ambiente; es el caso de los cocaleros o los explotadores del transporte público que, en base a su poder sectario, ha conseguido desequilibrar la balanza del estado de derecho y de equidad que consagran la Constitución y debieran consagrar las leyes menores.
La justicia es pues un tema pendiente en el planeta ya que lo mismo hay ejemplos de lacerante injusticia entre nosotros como entre los rusos, los norteamericanos, los ingleses, los franceses, los bantús o los que fuera.
Y, curiosamente, sigue siendo un postulado demagógico de tiranos o candidatos a las urnas que ofrecen lo que saben que no pueden conseguir sin cambiarse a sí mismos.
martes, 7 de enero de 2014
EL PODER
El poder y el joder, son lo mismo en el mundo, lo dijo alguna alguien que, tal vez, fue Cela. En todo caso razón no le faltaba si nos atenemos a la acepción de estropear que tiene joder en el diccionario y el habla y la forma cómo se maneja el poder por detrás de pueblos y gobiernos.
Clinton también advirtió que en realidad él no gobernaba su país y que otro tenía el poder; en la América Latina si no era "la embajada" quien tenía el poder generalmente, y a su nombre, lo ostentaban las oligarquías o plutocracias eventuales; de tal modo que muchos gobiernos o cayeron víctimas de su ineptitud o de su intento de independencia o sirvieron para un cruel manejo del poder que hizo que naciones supuestamente en la cresta, adquirieran algo de tecnología y mercados, mientras no surgiera otro para competir con ellos y llevarse la tanda de poder o de joder.
Los programas de desarrollo o de progreso que se han intentado en esta parte del mundo, durante décadas, no respondían sino al manejo arbitrario y abusivo del poder porque las asignaciones variaban de acuerdo al humor del embajador de turno o las suspicacias de los espías que creían controlarlo todo; sea mediante el "control político", como en Bolivia, o los organismos de inteligencia del ejército o la policía, como en otras partes. Ejemplos dramáticos de esta manipulación los tenemos especialmente en el Brasil y la Argentina por medio de gobiernos militares o civiles y que no sólo causaron frustración entre sus habitantes sino también considerables pérdidas en su economía. Pero también hay otros, como en los países denominados bananeros, que la historia no ha revelado completamente porque no quiere.
Paradójicamente esta manejo abusivo y subterráneo del poder se da en todas partes; en estados Unidos de Norte América, por la Reserva Federal o las mafias, entre los africanos por la explotación de varios recursos, lo mismo que en Asia y en muchos otros por logias que manejan los hilos de la economía y el monetarismo de donde tampoco escapa Europa.
La democracia, en realidad, es un mito y el sistema de participación una utopía; no nos engañemos pues aunque lo neguemos las formas en cómo se ha manejado la derecha y la izquierda, la pendulación, la guerra fría, el militarismo o el civilismo, el armamentismo o el pacifismo son muchas y variadas y por eso es que ya uno no sabe dónde empieza una y termina la otra.
Para peor, el mercado lo distorsiona todo y hasta hay "independentistas" que creen que es mejor ser cerdo satisfecho que hombre en lucha y por eso abogan por el retorno, en el caso de Bolivia, de algunos prófugos para hacer de candidatos.
Clinton también advirtió que en realidad él no gobernaba su país y que otro tenía el poder; en la América Latina si no era "la embajada" quien tenía el poder generalmente, y a su nombre, lo ostentaban las oligarquías o plutocracias eventuales; de tal modo que muchos gobiernos o cayeron víctimas de su ineptitud o de su intento de independencia o sirvieron para un cruel manejo del poder que hizo que naciones supuestamente en la cresta, adquirieran algo de tecnología y mercados, mientras no surgiera otro para competir con ellos y llevarse la tanda de poder o de joder.
Los programas de desarrollo o de progreso que se han intentado en esta parte del mundo, durante décadas, no respondían sino al manejo arbitrario y abusivo del poder porque las asignaciones variaban de acuerdo al humor del embajador de turno o las suspicacias de los espías que creían controlarlo todo; sea mediante el "control político", como en Bolivia, o los organismos de inteligencia del ejército o la policía, como en otras partes. Ejemplos dramáticos de esta manipulación los tenemos especialmente en el Brasil y la Argentina por medio de gobiernos militares o civiles y que no sólo causaron frustración entre sus habitantes sino también considerables pérdidas en su economía. Pero también hay otros, como en los países denominados bananeros, que la historia no ha revelado completamente porque no quiere.
Paradójicamente esta manejo abusivo y subterráneo del poder se da en todas partes; en estados Unidos de Norte América, por la Reserva Federal o las mafias, entre los africanos por la explotación de varios recursos, lo mismo que en Asia y en muchos otros por logias que manejan los hilos de la economía y el monetarismo de donde tampoco escapa Europa.
La democracia, en realidad, es un mito y el sistema de participación una utopía; no nos engañemos pues aunque lo neguemos las formas en cómo se ha manejado la derecha y la izquierda, la pendulación, la guerra fría, el militarismo o el civilismo, el armamentismo o el pacifismo son muchas y variadas y por eso es que ya uno no sabe dónde empieza una y termina la otra.
Para peor, el mercado lo distorsiona todo y hasta hay "independentistas" que creen que es mejor ser cerdo satisfecho que hombre en lucha y por eso abogan por el retorno, en el caso de Bolivia, de algunos prófugos para hacer de candidatos.
lunes, 6 de enero de 2014
ARTE Y CULTURA
Generalmente se confunde el significado de ambos términos "hasta en las mejores familias de habla inglesa", como decía cierto socarrón; pero que lo hagan quienes trabajan en los medios de comunicación, ya pasa de castaño a oscuro.
Lo que está sucediendo en Bolivia es que el espectáculo comercial, so capa de folclore o de libre expresión, hasta ahogando el arte que pugna por surgir, incluso, entre quienes buscan el arte por el arte o confunden también el arte con lo vulgar y hasta soez.
Y, lógicamente, los "periodistos" se dejan llevar por esta tendencia y profundizan la confusión consciente o inconscientemente y echan loas a tal o cual persona o grupo que lo único que hace es vender; pero de expresión artística, es decir, de arte; no tiene nada.
En la expresión folclórica es donde más se percibe esta anomalía y distorsión porque quienes creen estar en el área cultivan más el mercado que el arte. A tal punto que sus creaciones no sólo son repetidas hasta el cansancio sino que son ridículamente lacrimógenas y, en lugar de promover tal o cual ritmo o danza, lo que hacen es perjudicar al género mismo.
Curiosamente, es en los mismos medios donde se desgarran las vestiduras por la indiferencia con el arte, que no existen espacios dedicados específicamente a una o varias ramas de las artes. Se ha llegado a tanto, que hay "presentadores" que aparecen como expertos en comidas o moda y se muestran golosos o entretenidos con los productos que se venden en tal o cual parte, que hacen el ridículo que está socavando la profesión del periodismo, con las consecuencias que comentamos hace unos días.
De arte, en general, es poco posible hablar con estos sujetos que están invadiendo los medios de comunicación porque no conocen de la misa la media; no saben juzgar un lienzo como tampoco saben escuchar un oratorio o un vals, se limitan ha hacer de payasos o vendedores.
La cultura, siendo un término más extenso que el arte específico, está siempre presente en los informativos, reportajes o crónicas, sin que los autores o presentadores se den cuenta. No pasa lo mismo con la pintura, la escultura, la música, la poesía que sólo muy excepcionalmente aparecen en páginas o espacios de la radio o la televisión. Y es aquí donde habría que incidir pero sin caer en la imitación, en "la moda", en las subculturas, en la distorsión.
Infelizmente, esta confusión está llegando también a la fe, ya que es mejor que hablar de religión, pues está siendo sustituida por la danza, el alcohol y la vanidad que se expanden como plaga. También en ese aspecto hay que hacer algo para recuperar la cultura propia y el arte.
Lo que está sucediendo en Bolivia es que el espectáculo comercial, so capa de folclore o de libre expresión, hasta ahogando el arte que pugna por surgir, incluso, entre quienes buscan el arte por el arte o confunden también el arte con lo vulgar y hasta soez.
Y, lógicamente, los "periodistos" se dejan llevar por esta tendencia y profundizan la confusión consciente o inconscientemente y echan loas a tal o cual persona o grupo que lo único que hace es vender; pero de expresión artística, es decir, de arte; no tiene nada.
En la expresión folclórica es donde más se percibe esta anomalía y distorsión porque quienes creen estar en el área cultivan más el mercado que el arte. A tal punto que sus creaciones no sólo son repetidas hasta el cansancio sino que son ridículamente lacrimógenas y, en lugar de promover tal o cual ritmo o danza, lo que hacen es perjudicar al género mismo.
Curiosamente, es en los mismos medios donde se desgarran las vestiduras por la indiferencia con el arte, que no existen espacios dedicados específicamente a una o varias ramas de las artes. Se ha llegado a tanto, que hay "presentadores" que aparecen como expertos en comidas o moda y se muestran golosos o entretenidos con los productos que se venden en tal o cual parte, que hacen el ridículo que está socavando la profesión del periodismo, con las consecuencias que comentamos hace unos días.
De arte, en general, es poco posible hablar con estos sujetos que están invadiendo los medios de comunicación porque no conocen de la misa la media; no saben juzgar un lienzo como tampoco saben escuchar un oratorio o un vals, se limitan ha hacer de payasos o vendedores.
La cultura, siendo un término más extenso que el arte específico, está siempre presente en los informativos, reportajes o crónicas, sin que los autores o presentadores se den cuenta. No pasa lo mismo con la pintura, la escultura, la música, la poesía que sólo muy excepcionalmente aparecen en páginas o espacios de la radio o la televisión. Y es aquí donde habría que incidir pero sin caer en la imitación, en "la moda", en las subculturas, en la distorsión.
Infelizmente, esta confusión está llegando también a la fe, ya que es mejor que hablar de religión, pues está siendo sustituida por la danza, el alcohol y la vanidad que se expanden como plaga. También en ese aspecto hay que hacer algo para recuperar la cultura propia y el arte.
domingo, 5 de enero de 2014
JUICIOS Y PREJUICIOS
Generalmente, en la era de la razón, nos dejamos llevar por prejuicios; sea que acudamos a los "analistas" o a las pitonizas. Los primeros anunciaron, con el ceño fruncido, que el doble aguinaldo iba a provocar una inflación descontrolada, lo hechos han demostrado que, por el contrario, la inflación, que más bien habría que decir índice de precios al consumidor, bajó. Las segundas son más experimentadas y por eso es que a la par que anuncian gracias o desgracias, insisten en la actitud, el carácter o el acompañamiento divino.
Pero, verbigracia, "si las elecciones fueran hoy", nos anuncian los analistas o agencias de esto y lo otro y nos dejan los resultados de de tal o cual encuesta que, como toda estadística no sólo es manipulable sino acomodaticia a quien la paga; pero la gente se deja llevar y hasta hace suyos los prejuicios; porque no son otra cosa que eso; no se fundan en la razón, las matemáticas o las reglas de la sociología o la política, si es que las hay; no, es simple punto de vista o capricho de quien quiere ver así las cosas.
Lo mismo pasa con las (des)informaciones que nos transmiten los medios masivos de "comunicación" que nos anuncian que como parte de las sanciones a tal o cual gobernante que se ha animado a desafiar el poder hegemónico del mundo, se va a proceder a su invasión porque está fabricando una bomba o porque ha recibido una y no quiere devolverla.
Hasta las enfermedades son capaces de crearse de acuerdo a los intereses de la industria farmacéutica, conocer lo que se dice del SIDA, por ejemplo, es tan espantoso que la misma forma tenebrosa en que fue urdida parece más de ficción que de la realidad; pese a que muchas veces la historia nos ha enseñado que la realidad supera a la ficción.
Pero no sólo la especulación recurre al prejuicio sino también la historia y si bien alguien dijo que la escriben los vencedores, no es suficiente para soportar tantas mentiras que hacen de los tiranos ángeles o al revés; que nos dicen que fue así cuando fue asa.
A tanto llega el prejuicio, muchas veces de la mano sofistica de la modernidad, que usamos y escribimos aquello de "implementar" con tal capricho y desconocimiento que no buscamos siquiera su significado en el diccionario de la RAE que, incluso, ahora acepta cualquier cosa para deshacerse de su marasmo o dar entender que todavía entiende.
Y esta es la era de la razón, de la ciencia, de la investigación que, a la luz de la realidad, no dejan de ser otros prejuicios y no juicios.
Pero, verbigracia, "si las elecciones fueran hoy", nos anuncian los analistas o agencias de esto y lo otro y nos dejan los resultados de de tal o cual encuesta que, como toda estadística no sólo es manipulable sino acomodaticia a quien la paga; pero la gente se deja llevar y hasta hace suyos los prejuicios; porque no son otra cosa que eso; no se fundan en la razón, las matemáticas o las reglas de la sociología o la política, si es que las hay; no, es simple punto de vista o capricho de quien quiere ver así las cosas.
Lo mismo pasa con las (des)informaciones que nos transmiten los medios masivos de "comunicación" que nos anuncian que como parte de las sanciones a tal o cual gobernante que se ha animado a desafiar el poder hegemónico del mundo, se va a proceder a su invasión porque está fabricando una bomba o porque ha recibido una y no quiere devolverla.
Hasta las enfermedades son capaces de crearse de acuerdo a los intereses de la industria farmacéutica, conocer lo que se dice del SIDA, por ejemplo, es tan espantoso que la misma forma tenebrosa en que fue urdida parece más de ficción que de la realidad; pese a que muchas veces la historia nos ha enseñado que la realidad supera a la ficción.
Pero no sólo la especulación recurre al prejuicio sino también la historia y si bien alguien dijo que la escriben los vencedores, no es suficiente para soportar tantas mentiras que hacen de los tiranos ángeles o al revés; que nos dicen que fue así cuando fue asa.
A tanto llega el prejuicio, muchas veces de la mano sofistica de la modernidad, que usamos y escribimos aquello de "implementar" con tal capricho y desconocimiento que no buscamos siquiera su significado en el diccionario de la RAE que, incluso, ahora acepta cualquier cosa para deshacerse de su marasmo o dar entender que todavía entiende.
Y esta es la era de la razón, de la ciencia, de la investigación que, a la luz de la realidad, no dejan de ser otros prejuicios y no juicios.
sábado, 4 de enero de 2014
INSPECCIÓN TÉCNICA
En Bolivia, y anualmente ahora, se cumple una suerte de rito y recaudación que nada tiene que ver con la seguridad de las personas o los motorizados. Se trata de la "inspección técnica vehicular" que hasta hace unos años estaba a cargo simplemente de policías; pero ante los reclamos, se extendió a talleres mecánicos con el mismo resultado: No sirve para nada.
En cuanto a los supuestos objetivos, se entiende, porque de servir, sirve a quienes se benefician de los dineros recaudados a la fuerza y antes llegaba, incluso, a las federaciones de choferes que tenían hasta su propia oficina en las correspondientes de la Unidad Operativa de Tránsito, además de beneficiarse con el descuento respectivo en la roseta y un trato discriminatorio en la inspección misma porque quienes acuden a ella son los giles que tienen movilidad particular pero son pocos los del "transporte público" porque lo que generalmente hacían los dirigentes era pedir cierta cantidad en cientos o miles para repartir entre sus movilidades pues hay "dirigentes" que tienen decenas que usan como herramientas de explotación de sus propios colegas.
Lo que se hace in situ es revisar ciertas lucecitas, saber si el conductor ha comprado un extintor y un triángulo luminoso, así como recibir el comprobante del pago ante sucursal bancaria; por mucho que algunos extintores, estuches de primeros auxilios o triángulos sufran un permanente circuito de exhibición y de acuerdo al humor del "mecánico" y del "policía", se extiende la respectiva roseta y asunto concluido. Hace apenas unos días una vagoneta que se usa para hacer transporte interprovincial o interdepartamental, sufrió un penoso accidente atribuible, según los primeros indicios, a fallas mecánicas. Que tenía su respectiva roseta de inspección, no es sorpresa ni paradoja porque no garantiza nada.
En la ciudad de La paz se ha anunciado que este trabajo pasará a la jurisdicción del gobierno comunal desde este año; aunque la intención sea buena los resultados si no son iguales los serán más conflictivos porque los "federados" con seguridad reclamarán por este otro acto de "prepotencia y abuso".
Paralelamente se vende en las calles el denominado SOAT o seguro obligatorio de accidentes de tránsito, a cargo de varias aseguradoras que si bien provee atención a las víctimas pues muchos culpables o huyen o no asumen los gastos, tampoco hace nada para que los vehículos asegurados demuestren un mantenimiento regular o buenas condiciones.
Como se puede ver se trata simplemente de recaudación de dineros que no sabemos si están controlados por alguna institución pública o privada o dependen del arbitrio de quienes se encargan de su recolección.
En cuanto a los supuestos objetivos, se entiende, porque de servir, sirve a quienes se benefician de los dineros recaudados a la fuerza y antes llegaba, incluso, a las federaciones de choferes que tenían hasta su propia oficina en las correspondientes de la Unidad Operativa de Tránsito, además de beneficiarse con el descuento respectivo en la roseta y un trato discriminatorio en la inspección misma porque quienes acuden a ella son los giles que tienen movilidad particular pero son pocos los del "transporte público" porque lo que generalmente hacían los dirigentes era pedir cierta cantidad en cientos o miles para repartir entre sus movilidades pues hay "dirigentes" que tienen decenas que usan como herramientas de explotación de sus propios colegas.
Lo que se hace in situ es revisar ciertas lucecitas, saber si el conductor ha comprado un extintor y un triángulo luminoso, así como recibir el comprobante del pago ante sucursal bancaria; por mucho que algunos extintores, estuches de primeros auxilios o triángulos sufran un permanente circuito de exhibición y de acuerdo al humor del "mecánico" y del "policía", se extiende la respectiva roseta y asunto concluido. Hace apenas unos días una vagoneta que se usa para hacer transporte interprovincial o interdepartamental, sufrió un penoso accidente atribuible, según los primeros indicios, a fallas mecánicas. Que tenía su respectiva roseta de inspección, no es sorpresa ni paradoja porque no garantiza nada.
En la ciudad de La paz se ha anunciado que este trabajo pasará a la jurisdicción del gobierno comunal desde este año; aunque la intención sea buena los resultados si no son iguales los serán más conflictivos porque los "federados" con seguridad reclamarán por este otro acto de "prepotencia y abuso".
Paralelamente se vende en las calles el denominado SOAT o seguro obligatorio de accidentes de tránsito, a cargo de varias aseguradoras que si bien provee atención a las víctimas pues muchos culpables o huyen o no asumen los gastos, tampoco hace nada para que los vehículos asegurados demuestren un mantenimiento regular o buenas condiciones.
Como se puede ver se trata simplemente de recaudación de dineros que no sabemos si están controlados por alguna institución pública o privada o dependen del arbitrio de quienes se encargan de su recolección.
viernes, 3 de enero de 2014
ESTADO DE DERECHO
No es la primera vez y seguro que tampoco será la última; pero los autodenominados "choferes" hacen lo que les viene en gana sin que haya autoridad que detenga su prepotencia. En realidad, se han acostumbrado a vivir al margen de la ley y, tanto, que a cierto tirano le pidieron la medida de sus pantalones porque, según ellos, hay que gobernar a palos. Claro que no contra ellos.
El tema viene de lejos; de cuando se constituyó en gremio o sindicato la venalidad del partido gobernante. Cuando las "banderas de abril" flameaban con violencia; varios motorizados de las empresas públicas, como la naciente COMIBOL o YPFB, fueron a dar a las manos de los conmilitones del partido, dados de baja, aunque casi fueran nuevos o lo fueran realmente y con esas "herramientas de trabajo" se abrió un otro portal no sólo al clientelismo partidista sino a la corrupción pues desde entonces se beneficiaron de subvenciones, exenciones, rebajas tributarias, beneficios en razón del cargo y crearon una logia o una mafia que pervive independientemente que tengamos gobiernos constitucionales o anticonstitucionales.
La dirección del sector es una verdadera mina de oro y diamantes y está bien controlada por nuevos ricos que ni aparecen como tales ni pagan impuestos ni están dentro del estado de derecho. Y precisamente este último factor es el que más nos interesa ya que es el más vulnerado; no hay día en que los "choferes" no usen de la violencia contra la gente y el gobiernoo; sea subiendo las tarifas, destruyendo calles o carreteras, contrabandeando hidrocarburos u otras mercaderías, beneficiándose de exenciones o privilegios ilegales o contaminando con mayor corrupción las burocracias municipales, departamentales o nacionales.
Lo malo es que la prepotencia y la impunidad son contagiosas y quieren hacer lo mismo no sólo los que tienen derecho a reivindicar algo sino también los sectarios, los que quieren manejar su sector con los mismos privilegios que los explotadores del transporte. Por eso es que amenazan con bloqueos los campesinos que no se ponen de acuerdo sobre sus organizaciones sindicales, los que cierran emprendimientos necesarios para la basura o el abastecimiento de servicios o los que lo único que buscan es joder.
Esta forma de atentar contra el estado de derecho tiene décadas de existencia y uso y se funda en el sectarismo, la venalidad y la prepotencia; sean los ocupantes del Palacio Quemado, civiles, militares, analfabetos o intelectuales porque la politiquería obliga a negociar el propio estado de derecho y los explotadores del transporte han aprendido cómo hacerlo.
El tema viene de lejos; de cuando se constituyó en gremio o sindicato la venalidad del partido gobernante. Cuando las "banderas de abril" flameaban con violencia; varios motorizados de las empresas públicas, como la naciente COMIBOL o YPFB, fueron a dar a las manos de los conmilitones del partido, dados de baja, aunque casi fueran nuevos o lo fueran realmente y con esas "herramientas de trabajo" se abrió un otro portal no sólo al clientelismo partidista sino a la corrupción pues desde entonces se beneficiaron de subvenciones, exenciones, rebajas tributarias, beneficios en razón del cargo y crearon una logia o una mafia que pervive independientemente que tengamos gobiernos constitucionales o anticonstitucionales.
La dirección del sector es una verdadera mina de oro y diamantes y está bien controlada por nuevos ricos que ni aparecen como tales ni pagan impuestos ni están dentro del estado de derecho. Y precisamente este último factor es el que más nos interesa ya que es el más vulnerado; no hay día en que los "choferes" no usen de la violencia contra la gente y el gobiernoo; sea subiendo las tarifas, destruyendo calles o carreteras, contrabandeando hidrocarburos u otras mercaderías, beneficiándose de exenciones o privilegios ilegales o contaminando con mayor corrupción las burocracias municipales, departamentales o nacionales.
Lo malo es que la prepotencia y la impunidad son contagiosas y quieren hacer lo mismo no sólo los que tienen derecho a reivindicar algo sino también los sectarios, los que quieren manejar su sector con los mismos privilegios que los explotadores del transporte. Por eso es que amenazan con bloqueos los campesinos que no se ponen de acuerdo sobre sus organizaciones sindicales, los que cierran emprendimientos necesarios para la basura o el abastecimiento de servicios o los que lo único que buscan es joder.
Esta forma de atentar contra el estado de derecho tiene décadas de existencia y uso y se funda en el sectarismo, la venalidad y la prepotencia; sean los ocupantes del Palacio Quemado, civiles, militares, analfabetos o intelectuales porque la politiquería obliga a negociar el propio estado de derecho y los explotadores del transporte han aprendido cómo hacerlo.
jueves, 2 de enero de 2014
FALTA DE ACADEMIA
Da risa cuando algunas personas achacan a fulano o zutano de "falta de academia" o se califican -¿y autoelogian? diciéndose intelectuales.
Porque la historia del mundo nos enseña y demuestra que hubieron emperadores, reyes y demás gobernantes que, sin academia o con ella, fueron igualmente bestiales o de buena presencia y que no hay receta segura ni inalterable al respecto. En la América Latina misma hemos tenido, como alguien decía, bárbaros y de otra laya sin que los historiadores, que hay poquísimos, se hayan puesto de acuerdo todavía a quienes se puede calificar como unos u otros y a quienes hay que maldecir o agradecer; los casos más emblemáticos son, sin duda, los de Rosas y Francia que merecen una revisión exhaustiva de la bibliografía que los halaga o los condena.
Pero no sólo eso; García Márques hablando del periodismo como oficio y el surgimiento de las academias de comunicación social es tajante: el remedio resultó peor que la enfermedad porque el "periodismo", pues no es tal, al irse de las redacciones de los diarios a las academias, perdió casi todas sus virtudes y se convirtió en simple aspiración de estatus que se desperdicia groseramente con un manejo inepto e inadecuado de su herramienta principal: el lenguaje.
Y, si nos hacemos eco de las críticas cada vez más abundantes en contra de las Superiores Casas de Estudio, tenemos que llegar a la conclusión que la academia ha fracasado a tal grado, que está pidiendo a gritos su cierre.
No hay pues razones para calificar a nadie de falta de academia o de intelectualidad, cosas ambas que funcionan más bien como sofismas o como factores de discriminación, y si hay que meterse en el debate hay que hacerlo aceptando el fracaso de la intelectualidad en el mundo o de la universidad y reflexionando mucho sobre el "huayralevismo", por ejemplo, para saber si seguimos o no llenándonos de oropeles.
Además, la politiquería en el planeta se ha hecho tan vasta y sutil, al mismo tiempo, que es difícil hablar de valores como la libertad o la independencia cuando la corrupción hace su agosto a lo largo y ancho de la geografía o, como alguien dijera, gobiernan algunos egresados de famosas universidades que no pueden mascar chicle y caminar al mismo tiempo.
Lo que pasa es que mantenemos algunos prejuicios heredados del español y creemos que los títulos supuestamente académicos, han sustituido los del abolengo racial y, a estas alturas, es más para hacer el ridículo o reír.
Si a algunos les falta academia a otros les falta pasión. ¿Cuáles son más culpables?
Porque la historia del mundo nos enseña y demuestra que hubieron emperadores, reyes y demás gobernantes que, sin academia o con ella, fueron igualmente bestiales o de buena presencia y que no hay receta segura ni inalterable al respecto. En la América Latina misma hemos tenido, como alguien decía, bárbaros y de otra laya sin que los historiadores, que hay poquísimos, se hayan puesto de acuerdo todavía a quienes se puede calificar como unos u otros y a quienes hay que maldecir o agradecer; los casos más emblemáticos son, sin duda, los de Rosas y Francia que merecen una revisión exhaustiva de la bibliografía que los halaga o los condena.
Pero no sólo eso; García Márques hablando del periodismo como oficio y el surgimiento de las academias de comunicación social es tajante: el remedio resultó peor que la enfermedad porque el "periodismo", pues no es tal, al irse de las redacciones de los diarios a las academias, perdió casi todas sus virtudes y se convirtió en simple aspiración de estatus que se desperdicia groseramente con un manejo inepto e inadecuado de su herramienta principal: el lenguaje.
Y, si nos hacemos eco de las críticas cada vez más abundantes en contra de las Superiores Casas de Estudio, tenemos que llegar a la conclusión que la academia ha fracasado a tal grado, que está pidiendo a gritos su cierre.
No hay pues razones para calificar a nadie de falta de academia o de intelectualidad, cosas ambas que funcionan más bien como sofismas o como factores de discriminación, y si hay que meterse en el debate hay que hacerlo aceptando el fracaso de la intelectualidad en el mundo o de la universidad y reflexionando mucho sobre el "huayralevismo", por ejemplo, para saber si seguimos o no llenándonos de oropeles.
Además, la politiquería en el planeta se ha hecho tan vasta y sutil, al mismo tiempo, que es difícil hablar de valores como la libertad o la independencia cuando la corrupción hace su agosto a lo largo y ancho de la geografía o, como alguien dijera, gobiernan algunos egresados de famosas universidades que no pueden mascar chicle y caminar al mismo tiempo.
Lo que pasa es que mantenemos algunos prejuicios heredados del español y creemos que los títulos supuestamente académicos, han sustituido los del abolengo racial y, a estas alturas, es más para hacer el ridículo o reír.
Si a algunos les falta academia a otros les falta pasión. ¿Cuáles son más culpables?
miércoles, 1 de enero de 2014
UN AÑO NUEVO
Empieza un nuevo año, aunque recogiendo los gastados vestidos del anterior, y muchos se dejan llevar por supersticiones, más que cábalas, y afirman que vestir de tal o cual color atrae el amor, la suerte o la esperanza sin fijarse bien dónde ponen esos colores o a sabiendas de dónde van a dar pues en la mayoría de los casos se trata de calzones.
Una muestra más de cómo hemos caído en las garras del consumismo pues para que este o aquel año sea realmente positivo, uno tiene que poner en él, antes que esperar que el calendario le depare algo.
Si uno pone esfuerzo, los 365 días pueden ser fructíferos; si no pone nada, nada espere.
Lo malo del año que empieza en Bolivia es que es electoral, es decir, más de mercado; porque la superstición democrática se finca, como muchos dicen, en la compra de votos más que en la concientización de doctrinas, ideologías o programas, así se desgarren las vestiduras los candidatos diciendo que no es cierto.
Cada vez hay más críticas a la democracia que se funda en el mercado y los resultados los estamos viendo en varios países europeos donde la crisis es para los gobernados pero el usufructo sigue siendo para los gobernantes que cobran salarios y otras canonjías bajo mesa, o sobre mesa, como se suele decir para dar entender lo obvio: que están robando.
Este año puede pues no ser tan esperanzador si únicamente lo vemos desde ese ángulo ya que cualquiera que sea el resultado, las consecuencias seguirán siendo las mismas: falta de crédito y creciente desprestigio. Pero como es necesario que no nos dejemos involucrar en la politiquería, respondamos haciendo lo que ellos no hacen: política. Y pidiendo que nos aclaren su ideología, si tratan efectivamente de ser libres e independientes o sólo quieren cambiarnos el amo; porque para ser independiente hay que ser, o procurar ser, auténtico y ya estamos cansados también con que nos vengan que tal o cual ideología fracasada en el mundo nos va a salvar de la alienación o la colonización ideológica o demagógica.
Que el mundo no siga siendo lo que nos anticipara ese tango famoso llamado "Cambalache" y que tantas veces hemos tenido que soportar porque hasta las esperanzas perdimos. Lo que hay que empecinarse por hacer es ya no perder la esperanza o poner los bueyes detrás de la carreta; no porque los brutos siempre deben ir atrás sino porque la fuerza, el motor, lo ideales, deben estirar la cuerda de la democracia o cualquier sistema de gobierno porque una cuerda no se puede empujar.
El éxito o el fracaso del año que se inicia depende pues de nosotros y de que dejemos ese absurdo que no somos políticos o que no comemos de la política; porque, de lo contrario, seguirán los politiqueros sembrando nabos en nuestras espaldas.
Felicidades y éxitos.
Una muestra más de cómo hemos caído en las garras del consumismo pues para que este o aquel año sea realmente positivo, uno tiene que poner en él, antes que esperar que el calendario le depare algo.
Si uno pone esfuerzo, los 365 días pueden ser fructíferos; si no pone nada, nada espere.
Lo malo del año que empieza en Bolivia es que es electoral, es decir, más de mercado; porque la superstición democrática se finca, como muchos dicen, en la compra de votos más que en la concientización de doctrinas, ideologías o programas, así se desgarren las vestiduras los candidatos diciendo que no es cierto.
Cada vez hay más críticas a la democracia que se funda en el mercado y los resultados los estamos viendo en varios países europeos donde la crisis es para los gobernados pero el usufructo sigue siendo para los gobernantes que cobran salarios y otras canonjías bajo mesa, o sobre mesa, como se suele decir para dar entender lo obvio: que están robando.
Este año puede pues no ser tan esperanzador si únicamente lo vemos desde ese ángulo ya que cualquiera que sea el resultado, las consecuencias seguirán siendo las mismas: falta de crédito y creciente desprestigio. Pero como es necesario que no nos dejemos involucrar en la politiquería, respondamos haciendo lo que ellos no hacen: política. Y pidiendo que nos aclaren su ideología, si tratan efectivamente de ser libres e independientes o sólo quieren cambiarnos el amo; porque para ser independiente hay que ser, o procurar ser, auténtico y ya estamos cansados también con que nos vengan que tal o cual ideología fracasada en el mundo nos va a salvar de la alienación o la colonización ideológica o demagógica.
Que el mundo no siga siendo lo que nos anticipara ese tango famoso llamado "Cambalache" y que tantas veces hemos tenido que soportar porque hasta las esperanzas perdimos. Lo que hay que empecinarse por hacer es ya no perder la esperanza o poner los bueyes detrás de la carreta; no porque los brutos siempre deben ir atrás sino porque la fuerza, el motor, lo ideales, deben estirar la cuerda de la democracia o cualquier sistema de gobierno porque una cuerda no se puede empujar.
El éxito o el fracaso del año que se inicia depende pues de nosotros y de que dejemos ese absurdo que no somos políticos o que no comemos de la política; porque, de lo contrario, seguirán los politiqueros sembrando nabos en nuestras espaldas.
Felicidades y éxitos.
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