Como todo anda revuelto en el mundo, la economía no es la excepción y se usan términos a gusto y sabor de "economistas" o "analistas económicos"; sin darse por enterados que muchas veces se ha recurrido al sofisma o el engaño directo para conseguir beneficios sectarios. Como cuando la UDP nos legó la hiperinflación. que fue más que eso, para entregarnos amarrados de pies y manos al recetarismo fondomonetarista en función de las ganancias de las transnacionales.
Hoy, a propósito del doble aguinaldo se está dando lo mismo y con lo que más se amaga es con la inflación; claro que quienes manejan la amenaza no saben siquiera de qué se trata si nos referimos a la economía como ciencia. Y lo que ya no sorprende es que sean los propios economistas o aficionados que nos vengan con sofismas y de ellos se hagan carne muchos ciudadanos, por más que recibirán con alegría el beneficio anotado. Pero de lo que se trata es de escarnecer al indio de m...
No todo en la economía boliviana está bien; en primer lugar,. no hay equidad en la tributación pues donde mayores ganancias se generan, y ya no es curioso que sean para unos cuantos, es en las autodenominadas cooperativas que ya no son tales o en las empresas ganaderas o agrícolas que se siguen dando modos para evadir impuestos y mostrar la cara real de los que ganan mucho con el auxilio de los gobiernos eventuales que pasan por el Palacio Quemado.
En segundo lugar, hay un amplio sector informal que se disfraza de minorista, gremialista o pequeño empresario y donde las leyes laborales no sólo que no se cumplen sino que se desconocen absolutamente y está generando también buenas ganancias en los últimos tiempos, gracias al apoyo e incentivo del gobierno boliviano.
En tercer lugar, no hay conciencia ni patriótica ni ciudadana en muchos de los "empresarios", acostumbrados a ganar de las subvenciones o exenciones que consiguen a través de la presión de los sectores de poder y la subalternización de los intereses nacionales a los foráneos.
No hay pues un conocimiento perfecto y exacto de la economía boliviana y tampoco las personas o instituciones que, en verdad, se acerquen a un diagnóstico verídico que nos descubra la economía como ciencia y no sólo como política partidista. Mientras tanto, se seguirá confundiendo inflación con índices de precios al consumidor o superávit con ganancias de sectores especuladores.
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