viernes, 8 de noviembre de 2013

EL COMERCIO TRANSNACIONAL

Las transnacionales no sólo se han dedicado a la explotación de recursos naturales no renovables y de los otros sino también a la industria del ocio o de la diversión. Por eso es que algunas instituciones "deportivas", de arte o de belleza funcionan con todas las características del monopolio internacional.
Hace ya bastante tiempo que en Bolivia hay graves problemas con los que dirigen el fútbol profesional y que no han podido mostrar idoneidad para estar donde están; pero nada se puede hacer para obligarlos a dejar esos cargos porque el respaldo internacional obligaría a aceptar "sanciones" que ningún organismo libre puede tolerar. Pero así es, lo mismo sucede cuando se distribuyen los premios en el cine, que no siempre coinciden con el buen gusto o las características del arte y no del comercio, o en los certámenes de belleza donde, en cierto modo, se trafica libremente con el objeto mujer, dígase lo que se diga para excusar el estropicio.
Vivimos pues la tiranía de las transnacionales y se igual en los que se tildan a sí mismos como socialistas o liberales, alienados a la lucha de clases o al sofisma del mercado libre.
También desde hace tiempo, hay sospechas y denuncias que no se han podido resolver, sobre la corrupción en varias de esas organizaciones pero como en forma explícita y tácita no se puede acudir a los organismos de justicia o de arbitraje, resulta que todo queda en agua de borrajas y la corrupción y la sospecha continúan con gran disfrute de recursos económicos que nadie sabe bien a dónde van y a quiénes benefician, aparte de la ostentación que hacen esos dirigentes cuestionados en sus dominios.
Mientras tanto, si alguien quisiera seguirle el rastro a la trata de blancas o el tráfico de personas no tendría muchos inconvenientes en hallar indicios por todas partes porque hasta los sueldos astronómicos que se usan en ciertas estrellas de esto o lo otro, tienen sus connotaciones en porcentajes y participaciones de estos y aquellos configurando un mundo de horror.
El circo romano era gratuito aunque significaba un gran gasto para los gobernantes de turno que veían en él un distractivo que hiciera pasar los excesos y tiranías; por eso se dice que el "pan y circo" constituía una forma de gobierno. Al parecer no han cambiado mucho las cosas si tenemos en cuenta que hay muchísimos problemas no resueltos en el mundo como la injusticia, el hambre, la contaminación, para sólo citar tres de una larga lista y donde las transnacionales del comercio nos obligan no sólo a comprar sino también a distraernos.
Las protestas en el Brasil sobre la construcción de estadios para el mundial siguiente y las deficiencias de los servicios básicos, tienen muchas connotaciones que no tardarán en manifestarse más y mejor.

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