jueves, 14 de noviembre de 2013

A LO MISMO

La proclamación de su candidato, o candidito, en el MSM significa lo mismo de lo que la gente está a reventar: Espectáculo y etiquetas.
Porque nada se ha dicho sobre las propuestas de gobierno o su posición ideológica, que no puede resumirse en etiquetas. ¿Qué significa eso de la social democracia? ¿La versión "ligh" de marxismo? ¿Qué es eso de la izquierda? ¿La nueva instrumentación de la derecha?
Porque aunque no se quiera creer, ya la "lucha de clases" o la tiranía del proletariado no son solución a nada ni tampoco lo fueron como se ha más que demostrado con la caída de la URSS y toda su parafernalia de organismos de seguridad y represión. Y tampoco en otro lugar del mundo ha podido prosperar y se ha convertido apenas en una convivencia y connivencia con la derecha, a la que ha servido pago mediante.
No hay pues nada que caracterice al MSM, al calor de los acontecimientos actuales y, peor todavía, cuando vivimos una coyuntura que lo que requiere es proponer reformas fundamentales no sólo en los programas de desarrollo sino en la conducta de las personas y en el aporte a la política, pues no vamos a seguir viviendo de la alienación al trotskismo, al marxismo o al liberalismo; algo debe haber que nos haga diferentes.
Lo peor de todo este frustrante espectáculo del mercado de la seudodemocracia es que se quiere crear un ambiente de expectación con la nominación de la acompañante y se recurre a la probabilidad simplemente de figuras, no de personalidades o de opciones de interrumpir ese mercado de la mujer que lo mismo se da en la moda, en la belleza o la democracia de mercado.
Si, ateniéndose al dicho que Dios ayuda al que madruga, se apresuraron en el calendario y el espectáculo, más les valdría también recordar aquel otro que dice: "El que madrugó una moneda encontró; el que más madrugó, ese fue el que la perdió".
Y como si no fueran suficientes estos factores de frustración que nos dan los "políticos"; ahora resulta que algunos de ellos están reponiendo la discusión del presupuesto a los partidos porque, dizque, la lucha es desigual en el mercado. Y claro que es así; pero no se va a acabar con asignaciones presupuestarias sino rescatando la democracia del vulgar y soez mercado.
El Movimiento Sin Miedo, está pasando a ser Movimiento Sin Motivos.

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