Si para muchos es ya difícil el responder al ¿quién soy? Resulta todavía mucho más dificultoso hacerlo cuando uno trata de saber quién es quién en determinados asuntos y temas.
Por ejemplo, Bolivia tenía, hasta hace unos años, como única defensa posible ante la invasión, unos misiles chinos que, claramente, eran también insuficientes. Ahora que existe un proceso respecto a quienes fueron los culpables de desmantelar esta defensa, surgen diversas interrogantes. Algunos acusados dicen: "yo no fui", otros: "yo tampoco" y así puede continuar la cadena hasta cumplir esa regla que la dependencia nos impuso: la impunidad.
Porque desde que Paz Estenssoro, el "libertador económico" les dijera a los mineros que vayan a pedir aumento salarial al Embajador yanki porque era él quien, en realidad, gobernaba, las cosas se trastrocaron irremediablemente en nuestra realidad. No se puede pues decir, con absoluto apego a la verdad, que el culpable de la traición fuera quien desempeñaba entonces la condición de primer mandatario o el que fungía como Comandante General de las FF.AA. porque no tenían mando ninguno puesto que "el embajador" era quien maneja los hilos y no hizo otra cosa que llevarse los misiles porque no quería competencia en el armamentismo del mundo o porque quería poner en situación vulnerable al Estado boliviano. Ergo, si algún culpable existe de todo lo acontecido ya está muerto y enterrado aunque pervivan algunos otros que se "entroncaron" al MNR o usufructuaron de él en el cogobierno de la "revolución nacional, donde no sólo era posible reconocer "movimientistas" sino también "marxistas" y "trotskistas" aunque el entrecomillado no podemos saber tampoco si es justo o injusto.
Y no es que uno abogue por quienes se autocalifican como inocentes porque,por lo menos, son cómplices del estado de dependencia que regía desde las "banderas de abril".
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