Según repetidos sofismas, vivimos la era de la comunicación, la era de las telecomunicaciones y, sin embargo, no estamos informados.
Y no lo estamos, tanto, que no sabemos quién elige nuestros gobernantes y los ajenos porque hay varias teorías y sospechas al respecto; verbigracia, cuando el "departamento de Estado" decidió el relevo "democrático" en América Latina, se eligieron quienes debían hacerse cargo de dicha posta, democracia de mercado mediante, de modo que los autodenominados mártires de la democracia o reconquistadores de esto o lo otro, no son tales y, para comprobarlo, basta recordar cómo los candidatos de la UDP llegaban a varias ciudades del país llevando públicamente montones de dinero y cómo unos se entroncaron en otros, requisito del aval de la embajada, para que todo siga siendo lo mismo.
Tampoco sabemos o estamos bien informados sobre los mejores negocios del mundo, pese a que tenemos noticias sobre los ricos más famosos, los que hacen negocio y se divierten o los que, ganando mucho, hacen los que les viene en gana y siempre son noticia de revistas y noticiarios; pero nadie dice nada sobre el "lavado" de dinero, que es el comercio más fructífero de los últimos años porque no sólo permite ganar en delitos como el narcotráfico o la trata de seres humanos, sino que tiene hasta paraísos fiscales para hacerlo mejor. Por lo tanto, la guerra del opio o contra el narcotráfico no es lo que se nos cuenta sino mucho más diferente de lo que pensamos.
Tampoco sabemos si ya existe la tecnología para alargar la vida o mejorarla porque el "secreto industrial" es otro gran negocio donde se lucra con la salud, la enfermedad y las epidemias; no por nada existen cepas y depósitos de bacterias que se guardan para posibles contingencias y que no se destruyen porque no conviene a los comerciantes.
Lo mismo sucede a título de "know how" o "royalties" o "tecnología de punta", que se impone como forma de explotación y dominación de unos sobre otros sin que la información sobre la verdad de los sistemas de explotación salgan a la luz pública por medio de la información, desmintiendo los sofismas a que hacíamos alusión al empezar.
Lo de "chic", "en la onda" o lo que "está sonando", no son tampoco formas de informacion sino de manipulación.
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