martes, 20 de agosto de 2013

DESINFORMACIÓN Y MANIPULACIÓN

Ayer se dio un buen ejemplo de cómo es posible desinformar o manipular la información en Bolivia, un diario de La Paz publicó que cuatro ministros del régimen actual habían sido excomulgados por la curia, pues, en realidad, nunca es la Iglesia la que lo hace. Bien, resulta que la información era falsa y fue desmentida por los responsables del clero; aunque no dejó de surtir los efectos, esperados o no, de la "pepa" ya no que no faltaron los que se lanzaron, cual mastines, contra cualquiera que se oponga a la despenalización del aborto; no por argumentos morales o jurídicos sino, simplemente y muchas veces, para defender el salario.
Y así como un irresponsable o varios de ellos, pueden echar leña al fuego; lo mismo pasa y ha pasado muchísimas veces en la historia de la tierra, donde por falsas acusaciones, intereses mezquinos o tácticas de guerra, se han armado guerras, revoluciones, masacres, invasiones o genocidios, mientras los bandos se organizan a un lado y otro de la mentira, la manipulación, la desinformación.
¿Qué puede haber de cierto y racional en el actual "debate" sobre la despenalización del aborto? Si nos vamos a informar por los medios de comunicación, la mayoría de los cuales están manipulados, flaco favor le hacemos al intercambio de ideas u opiniones, para adoptar una posición con respaldo no sólo jurídico sino también, y fundamentalmente, moral.
¿Qué se discute? ¿La libertad o el libertinaje sexual? ¿El deber o el derecho? ¿Que cada fémina haga de su vida un poncho y los demás? ¿Hasta dónde la libertad sexual puede comprometer el derecho a la vida de un tercero? Estas cuestiones no entran en la discusión porque no son parte del lo programado; en lo que hay que incidir es en la perversión, en el libertinaje, en el consumismo de fetiches, juguetes sexuales, lubricantes, afrodisíacos, lencería y toda esa mercadtecnia que trae aparejada una supuesta "revolución sexual" que no tiene otro objetivo que hacer más esclavos en el materialismo galopante.
Y todo, gracias a la desinformación y la manipulación de la noticia, que es lo que menos se puede decir de esta "era de las comunicaciones".

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