Es proverbial el daño que pueden causar los monos armados de una navaja. Sin embargo, existen y no sólo en el ámbito interno sino también externo.
Ahí está la amenaza de EEUU para invadir Siria por pretextos que ya se demostraron falsos en otros sitios y oportunidades; pero los negocios siguen siendo los negocios. También hay que señalar la actitud de un miembro de la legación diplomática del Brasil en Bolivia que, "por humanidad" hizo fugar a un acusado y sentenciado por la justicia y es lógico preguntarse: ¿serán las mismas "razones humanitarias" que los yankis han usado repetidas veces para invadir otros países? Lo que queda claro es que el daño que se ha producido a la propia diplomacia brasileña es tan grande que tuvo que renunciar su responsable máximo y la mandataria actual ha condenado la acción del mono con navaja.
Pero también entre nosotros tenemos nuestros simios armados y están apareciendo cada día más fungiendo de periodistas, presentadores, legisladores, magistrados o comunicadores. Ayer escuchamos, en un programa de la Red Uno, decir a alguien que es prioritario construir cárceles, antes que establecimientos educativos y campos deportivos, como lo viene haciendo el Gobierno. Con razón se trata de legalizar el aborto que no es más que usar un delito para combatir otro.
Si estos monos con navaja tienen acceso a los medios, hacen oír su opinión, por muy disparatada que sea, como esa de las lesbianas en favor del aborto o de los gobernantes norteamericanos en favor de la guerra permanente, no hay duda que el porvenir del planeta está seriamente cuestionado no sólo por esa insurgencia subversiva sino también porque el darwinismo y el malthusianismo, pese a su contradicción con la lógica y la razón, siguen siendo las políticas que están en vigencia en la tierra.
¿Cualquier día de estos nos puede aparecer un mono con navaja extraterrestre? ¿Dónde está la razón de que tanto se habla? ¿Cuándo la moral será una práctica y no un sofisma?
Mientras dejemos que otros "piensen" por nosotros o hagan lo que les viene en gana, seguiremos en riesgo de sufrir las consecuencias de los primates armados.
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