Nuevamente los bolivianos nos vemos involucrados en un falso debate: el del aborto. Porque no responde ni a una iniciativa ni a una visión del asunto, desde el punto de vista auténticamente nacional.
Detrás están las fuerzas que manejan el materialismo y se escudan en organismos internacionales. Porque de acuerdo a los objetivos del milenio, de la ONU, existen dos absolutamente contradictorios: La eliminación de la pena de muerte y la legalización del aborto; lo que, implícitamente, quiere decir salvar a los criminales y matar los inocentes.
Hay también subvencionas económicas para el tema y, lo más preocupante, es que son demasiados los tontos útiles que le harán juego a la táctica malthusiana so capa de libertad, liberalismo, libertinaje y hasta perversión respecto a la explotación sexual, Pues tampoco hay que olvidar que el "turismo sexual" está en auge en muchos países y se nutre, casi especialmente, de menores captadas por medio de la trata y tráfico de mujeres que incluyen el secuestro y la propaganda del consumismo que donde más a punta es, precisamente, al sexo. Y, para confirmarlo, no hay nada mejor que ver la propaganda, cualquiera que sea, y el fomento que se hace del sexismo y sus diversas variantes como el fetichismo, el "orgasmo múltiple" o los "juguetes sexuales" que han dejado de ser una novedad o una mercancía que se vendía casi a puertas cerradas, para entrar libremente en el mercado ordinario, no sólo por común sino por que es de baja categoría.
Involucrar en el falso debate la cuestión de si es la concepción o el nacimiento que define el ser, no es más que distracción porque nuestras culturas nativas y pasadas, siempre han considerado que la vida es un don divino que se inicia en el soplo de la unión del espermatozoide y el óvulo.
Tampoco se refiere a derecho alguno; a menos que se trate de establecer el derecho a ser explotado.
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