LA GLOBALIZACIÓN

Uno de los sofismas que el liberalismo empleó para imponer la globalización fue el de la interdependencia de las naciones. Pero muchos de nuestros pueblos no pasaron de la calidad de aldeas y están peor que antes; ahora que se vuelve a descubrir que los organismos de seguridad de las autodenominadas potencias espían a medio mundo.
Pero no sólo eso sino que ese proceso significó también abrir las puertas de nuestros recursos naturales a la avaricia de unos pocos, a los capitales "golondrina" o como se los llame por su fugacidad de estadía, que más parece estar al servicio del lavado internacional del dinero sucio y a la reposición del sistema colonial de explotación y ocupación.
Nunca pues hubo la intención siquiera de hacernos interdependientes unos de otros sino de aprovecharse de la ignorancia o del servilismo de unos pocos para seguir asaltando nuestros pueblos, tal y como hemos vivido la experiencia en estas tierras donde los fariseos que apoyaban el despojo, el asalto, aparecen hoy defendiendo los derechos humanos o a los fugitivos de la justicia que se hace aparecer como perseguidos políticos, cuando sólo son, sino delincuentes comunes, traidores a la patria.
Por lo demás, hace décadas o siglos que se manejan las aspiraciones del hombre por encontrar la felicidad y, contradictoriamente, para hacerlo más esclavo y para ello se usa la interpretación histórica, la filosófica o la teológica que para esos fines cualquier cosa sirve y hasta pasa por modernismo, desarrollo o vanguardia de esto o lo otro.
Sólo hay que ver críticamente la televisión para darse cuenta de qué es lo que se traen quienes la controlan casi, casi, monopólicamente y reparten vulgaridad a diestra y siniestra; pero cuando se habla de ejercer cierto control sobre esa situación, que muchas veces llega a la pornografía, se lanza el grito al cielo en supuesta defensa de la libertad de expresión o información, cuando es lo que más se vulnera con el control de los medios por unos pocos.
El día que los pueblos de la tierra sean interdependientes, se habrá encontrado el camino del porvenir; pero en las actuales circunstancias está muy lejos de acontecer.