lunes, 22 de julio de 2013

CINISMO, NADA MÁS

Merkel ha confesado que sabía desde hace tiempo que EEUU espiaba a todo el mundo; pero no dijo nada, seguramente por no aparecer como quién descubre la pólvora.
Porque el espionaje, la delación, la conspiración son viejos instrumentos del dominio mundial y si algunos no se dan por enterados es porque se han alienado al sistema o porque sus neuronas no funcionan.
¿Por qué Bush le regaló a Menem una obra de Malthus dando inicio a la privatización? ¿Por qué se agita la cuestión del aborto por todas partes? ¿Por qué aparecen endemias o epidemias que no pueden ser? Pues porque hay una política malthusiana en el planeta y que se exacerba según las conveniencias y por diversos instrumentos de poder: el hambre, la farmacopea, la marginalidad. Todos o casi todos quienes gobiernan los países del planeta, prometen el cielo y la tierra en sus campañas y aparecen poco menos que aureolados por la inocencia y la moral;  pero una vez que gozan de las fruiciones del poder hacen todo lo contrario. El que ofreció paz, hace la guerra; el que ofreció salud, se estornuda en niños, adultos o viejos enfermos; el que ofreció trabajo baja los salarios o cierras industrias; el que ofreció igualdad, resulta más discriminador que el ku klus klan. Y la gente cae, una y otra vez, en el engaño. Por ejemplo, la cuestión del aborto es una vieja política malthusiana que se maneja por la derecha, a través de la izquierda y supuestos derechos sobre el cuerpo, la vida y la muerte; pero hasta los más informados aparecen haciendo coro al genocidio, so capa de modernidad, estupidez o lo que fuera.
Si analizáramos la poca, poquísima, información que suele colarse para el ciudadano común, nos diéramos cuenta que así como se manejan teorías de control de la población, explotación y materialismo; el cinismo es también una constante.

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