Hace ya bastante tiempo que se sospechaba que la educación estaba siendo interferida por los medios audiovisuales y que, por lo menos, distraía a los propios padres de su carácter de formadores porque ellos, muchas veces, son los primeros en sucumbir a la pésima influencia de la televisión. Hoy las cosas están más claras, porque un informe sobre la educación en México afirma que: "lo que la educación construye por la mañana, la televisión lo destruye por la tarde y la noche". Y ese país no tiene, precisamente, el mejor sistema ni siquiera de la América Latina.
Pero, como decimos, confirma una vieja sospecha: Que los medios de comunicación, especialmente audiovisuales, influyen negativamente en la sociedad y hacen estériles los esfuerzos de los sistemas de educación por varios factores: 1) Los padres dejan mucho tiempo a los niños frente al televisor y sin control alguno; 2) ellos mismos son influidos por el consumismo y las malas artes que destilan la mayoría de ellos; 3) se ha construido una suerte de nuevo tótem alrededor de los "medios" y no se quiere ver su uso perverso en la desinformación, la alienación al materialismo y la falta de su compromiso con el pueblo.
La situación actual, en cierto modo, se está agudizando pues a los medios tradicionales como la radio y la televisión, hay que incluir celulares, tabletas, portátiles y demás engendros que no sólo que idiotizan a sus poseedores, que es fácil percibir en las calles, sino que distribuyen una cantidad incontrolable de propaganda que, las más de las veces, incluso, pasa por información.
Hay pues una necesidad urgente de regular a los medios audiovisuales sin tener en cuenta los sofismas de libre expresión y demás cuentos, porque de lo que se trata es de proteger la raza misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario