lunes, 7 de enero de 2013

UN REGRESO INDESEADO

Infelizmente, para los bolivianos, parece que la autoexcluida clase política ha vuelto pues se nota las mismas actitudes negativas y caprichosas con que han empezado actuar los denominados movimientos sociales o algunos sindicatos que se han alienado al proceso de cambio; pero que pueden causar más daño que las termitas.
Porque no piden que mejore el mismo sino participar en él, paga mediante. Es lo que sucede con las peticiones de los alteños que quieren dos o más ministerios, los "fiscalizadores" del valle cochabambino que quieren sustituir a asambleístas y concejales titulares porque los suplentes también quieren ganar dietas y otras canonjías y porque la supuesta evaluación que, dizque, se ha hecho de la función de los actuales ministros y otros colaboradores del gobierno no ha demostrado otra cosa que deseo de participar en las pegas y su repartija.
Esta feudalización de la administración pública por el partido de gobierno o los aliados es exactamente lo mismo que defenestró a la clase política de los neoliberales de izquierda y derecha y que alguna gente pensó que no volvería. Los hechos nos están demostrando que los "revolucionarios" han caído en las mismas taras de la politiquería y hasta se puede percibir en las caras que ponen ante las cámaras de la televisión o para las fotos ya que es la misma de aparente seriedad con que aparecían los burros de la época de la clase política, con perdón de las bestias, fingiendo filosofar.
Es una lástima porque se frustran muchas esperanzas de cambio real y positivo y si, como dicen algunos opositores, hay que hacer enmiendas en el gobierno, la más recomendable es no permitir este regreso indeseado y indeseable porque será tiempo perdido lo que ha pasado.
Además, es hacer lo mismo que la majadería que se autocalifica de oposición.

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