Hace ya algunas décadas que un humorista, para diferenciar la verdadera lucha sindical de la impostura, prefirió llamar a algunos dirigentes "sindicateros" porque habían pervertido esa lucha gremial en el servilismo partidista o la conveniencia materialista.
Desde entonces, ha corrido mucha agua bajo los puentes y el sindicalismo se ha afectado dramáticamente; tanto, que ya es difícil distinguir algún gremialista sincero de un impostor con todas las taras del sectarismo, el oportunismo y la estulticia. Esto ha hecho que la "gloriosa central obrera", como los áulicos se refieren a ese organismo creado desde arriba y no desde las bases, haya cometido una serie de errores fundamentales que, a la hora de hacer un balance sincero, pesa más que alguna virtud que haya mostrado y que realmente es escasa.
El sindicaterismo se ha aliado a la inflación del economicismo y la intervención extranjera porque no tiene en cuenta la realidad del país para exigir el aumento de salarios; con la conspiración porque sus posturas radicales han ocasionado más de un golpe de Estado y con la subversión porque ahora resulta que hasta defiende la delincuencia y la corrupción, como se demuestra cuando se ha descubierto un negociado de los trabajadores municipales de Cochabamba, en contra de los intereses del pueblo y de su propia empresa.
Por lo demás, su supuesta defensa de la "tésis de Pulacayo" ha servido hasta para el absurdo y para instalar una suerte de estalinismo en las filas de los trabajadores que han dejado de ser socialistas porque, las más de las veces, le han hecho juego al liberalismo, la corrupción y la impunidad. No siempre todos los bolivianos han estado del lado de la COB y hoy hay más de los que critican ese organismo sectario y partidista, que los que se dejan confundir con sus maniobras propias de la politiquería.
Lo peor es que se desacredita la lucha sindical, el sindicalismo, el socialismo y no se hace otra cosa que el sectarismo que caracteriza las oligarquías o las plutocracias y esta distorsión se da en rubros donde mayor es el fracaso: la educación o la economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario