Con muchas ilusiones Bolivia ingresa a la era del litio; pero sería bueno recordar que en los países que soportan todavía cierta política colonial, no todo lo que brilla es oro y, por el contrario, los sueños suelen volverse en pesadilla.
Así nuestra patria ha sufrido, más que disfrutado, la era de la plata, del estaño, de la goma, de los hidrocarburos; pero, en realidad lo de era no se refería al tiempo o la época sino a la posesión pues la plata era de los españoles, el estaño de los "barones", la goma de unos cuantos, los hidrocarburos de las transnacionales y los bolivianos siempre hemos quedado al margen.
Aunque hoy se espera revertir esta situación, no hay que olvidar que los intereses del capital y el economicismo tienen muchos tentáculos y, algunos de ellos, se especializan en convertir los sueños en pesadillas, a través del sabotaje, el difícil acceso a la tecnología o la prohibición de los mercados internacionales y no hay que descartar tampoco la mentalidad colonialista de algunas personas o partidos, la majadería de otros y hasta la actitud radical de algunos "colaboradores" que piensan que ya nomas debe traducirse todo en más dinero en sus bolsillos.
Que esta era del litio no sea como las demás, depende no tanto de los gobernantes sino de todos los bolivianos pues mucho ayuda el que no perjudica y ya estamos escuchando los lamentos de algunos agoreros que quieren que todo fracase para seguir siendo ellos los capataces de la intermediación entre la riqueza de los de siempre y la pobreza de nuestros pueblos.
De otro lado, tampoco hay que olvidar que la idoneidad profesional debe ser el pilar para que no todo se repita en relación a nuestros recursos naturales.
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