El efímero imperio de Estados Unidos de Norteamérica parece llegar a su fin pese a que se digan algunas palabras de consuelo o de distracción.
Pero no es el colapso de un pueblo, de una nación o del hombre común sino la catástrofe de un sistema de explotación que se basó en la avaricia y que pretende continuar por medio de supuestos organismos internacionales que persisten en el recetismo o en sus fórmulas macroeconómicas que han demostrado su rotundo fracaso muchas veces y en muchos lugares del mundo.
Puede que tampoco sea hoy sino mañana; pero no hay duda que se deben buscar cambios en el modelo economicista del mundo y los hay muchos que, persistentemente, han sufrido el desprestigio de la "gran prensa" o los "gurus" de la economía de mercado y sólo para citar algunos ahí está el cooperativismo -el verdadero no el impostor- o el trueque que, aunque no se crea, no sólo que se sigue usando en algunos pueblos del planeta sino que se pone de moda nuevamente en otros de Europa.
Pero, en realidad, ¿qué estaba o está detrás de los gobiernos "democráticos" de EEUU? Es una interrogante que tiene una diversidad de respuestas desde las más racionales a las, aparentemente, descabelladas; pero que está sufriendo un remezón como nunca, es una certeza no sólo por las salvaciones al borde del abismo sino también por el empecinamiento de mantener un sistema que hace aguas por todas partes.
Una vez más la comprobación que muchas veces ha visto el mundo: Se puede pasar de la cima a la sima, en pocos años, instantes en el tiempo universal.
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