Muchas veces, no sólo en Bolivia sino en el mundo, se ha discutido el tema de la educación sin llegar a ningún resultado y por eso es que pocas naciones pueden ufanarse de sus resultados pedagógicos o científicos.
Desde la "gran sociedad" hasta la actual, las cosas no han variado tanto y los hijos siguen siendo un problema porque no se encara la cuestión racionalmente, es decir, comprendiendo que la educación no se reduce a las aulas sino que empieza y termina en el hogar. Aunque, lógicamente, no se puede desconocer la influencia de los maestros cuando realmente cumplen su papel y no se dedican simplemente a ganar su salario. Que es lo que pasa en muchas partes por muy reducido o injusto que sea a los ojos de los mismos interesados.
Otro factor que obstaculiza el avance de la educación es la persistencia de las "normales" que si bien en su momento se justificaron, como con el Proyecto Rouma en Bolivia, no hay duda alguna que actualmente son un verdadero incordio que los gobernantes desconocen voluntariamente y mantienen esos centros de la mediocridad. Ya en alguna oportunidad les mostraremos una antología del estado de los "maestros normalistas"; pero ahora hay que añadir este factor a otros, como la "educación popular" o la "cultura popular", elementos de la demagogia izquierdista que más que aportar algo han obstaculizado la mejora del sistema y mantenido los reductos sindicalistas para su beneficio en el cobro de cuotas de dinero y de poder.
Pero mientras no se haga algo respecto al "maestro" seguramente que los resultados seguirán esa curva de frustraciones y fracasos que nos han dado tantas y tantas reformas y hasta revoluciones, desde la primaria hasta la universidad.
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