Esto de la clase media o la media clase de que hablan algunos que entienden la realidad, se ha vuelto a poner de moda ahora que ciertos organismos internacionales afirman que está creciendo en el mundo.
La cuestión sería preguntarse si eso es real y sirve para algo o, más bien, distorsiona la economía, para citar una faceta de la vida cotidiana. Porque la experiencia nos dice que habitualmente sólo vale como amortiguador entre las necesidades y aspiraciones de los pobres y la comodidad y la especulación de los ricos. Ahora, cuando no existe, las relaciones entre los sectores necesitados y los que viven como en otro país, no sólo que no se tensionan sino que pasan desapercibidos; es el caso de Venezuela de hace varios años atrás, donde mientras los ricos vivían en las zonas altas comiendo pan expresamente traído desde París o saliendo en frecuentes vacaciones a las playas, los pobres usaban el agua de las alcantarillas de los acomodados y no tenían posibilidad de cambiar su estado porque su patria, a expensas de ciertas corrientes dominantes, aparecía como en buena situación, sin problemas o ejemplo de democracia.
La clase media en muchas naciones es una suerte de limbo donde los que están no saben si ya son ricos o siguen siendo pobres y, por sí acaso, se alienan al consumismo, hacen lo que ven que otros hacen o mandan los medios de comunicación y, principalmente, se desentienden de la política porque creen que "no viven de la política", aunque la realidad les esté mostrando que son parte inexcusable de ella o, lo que es peor, de la politiquería; además, muchos o parte de ellos se deben a la economía informal que tiene un gran espectro.
Ahora, lo que está sucediendo en Europa debe llamar la atención para valorar si ese crecimiento en otros países es bueno o malo, porque son precisamente los componentes de esa clase que corren el riesgo de volver a la pobreza por la crisis económica de las burbujas, una de las cuales es precisamente la clase media.
De otro lado, el que la clase media esté creciendo porque está bien o esté disminuyendo porque está mal, no hace otra cosa que confirmar que todavía la democracia, la trilogía de: libertad, igualdad, fraternidad, siguen siendo una aspiración de la humanidad y falta mucho para que se hagan realidad.
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