Entre las chistosas elucubraciones del Vice está aquella que sostiene que ser mestizo no es una identidad y que no se ha incluido en la boleta censal porque es "de la conquista". Curiosa interpretación de la dialéctica marxista (¿?).
Pero lo más absurdo que se está originando es que los bolivianos, de pronto, nos veamos sin patria. Sí, por obra y gracia de los funcionarios que, sin saber qué hacer, prefirieron especular en una boleta que, de principio, surtió de nutridas controversias por los chismes que se manejaban al respecto. Porque a la pregunta de identidad racial y cultural; si usted responde, por no existir la respuesta mestizo, que simplemente es boliviano, se puede quedar en el aire porque las etnias o naciones que se ponen como opciones, no representan ya una identidad; que es precisamente, lo que caracteriza a la nación, al Estado; aunque, lógicamente, no condice con lo del "fantasma que recorre el mundo" y que no era otro que el estalinismo que, al final, se vio pulverizado no únicamente por sus contradicciones sino por sus compromisos con el materialismo liberal.
Lo de mestizo, va más allá de las especulaciones caprichosas sobre esto o aquello; primero, porque es una realidad indesmentible y tan antigua como la conquista misma que, como dijera cierto autor, la sangre se mezcló "en la tierra por la guerra y en los corazones por el amor"; pues muchos invasores sucumbieron ante los encantos de las nativas que hicieron su tarea de varias formas que recoge la historia.
Segundo, porque el estudio más científico y riguroso posible, no permite obviar una realidad, una cotidianeidad que está presente, incluso, en la alienación al marxismo o el liberalismo de nuestras gentes y a la que muy pocos bolivianos han superado o han intentado al menos; de ahí que, por encima de la trilogía del Incario de no mentir, no robar ni ser flojo, el ambiente continúe todavía contaminado por la corrupción y la inmoralidad que vino de ultramar.
Tercero, porque, en lugar de persistir en el error, como lo hacen algunas autoridades que se percibe que ni siquiera saben lo que significa mestizo, podían haber obviado toda la controversia y hasta la chacota, no haciendo alusión al tema en honor y gracia de la raíz plurinacional de Bolivia que se usa y abusa hasta como etiqueta. ¿O será que la tendencia liberal del etnocentrismo es más fuerte que el materialismo histórico?
Sea como sea, la cuestión es que el censo ha despertado la misma incertidumbre y descontento que aquella que se estableció para dar con la identidad del Mesías, con los resultados que todos conocemos.
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