Hace apenas unos pocos días, una cooperativa en Santa Cruz ha quebrado y, según se sabe, no sólo que funcionaba ilegalmente sino que había sido observada reiteradas veces; sus dirigentes, empero, se dieron modos para seguir con la farsa. Ayer, el Tribunal Electoral de Cochabamba, ha observado las elecciones previstas en COMTECO, la "cooperativa" de comunicación telefónica, porque no sólo que no había democracia en sus elecciones sino que el fraude era lo común pues sus trabajadores no sólo que elegían libremente algunos consejeros sino que podían votar en las generales para imponer otros y, además, estaban como miembros de las mesas electorales de un directorio que podía prorrogarse indefinidamente en el tiempo.
Son apenas dos ejemplos de cómo algunas "cooperativas" no son tales sino impostoras y usufructuarias de ganancias populares ya que una investigación imparcial revelaría, con toda seguridad, cómo algunos de los ex directivos de esas instituciones fungen hoy de nuevos ricos con bienes que llegan a los millones de dólares y que difícilmente podrían justificar por su trabajo honesto o profesional.
Lo malo de la situación es que no hay ente fiscalizador de este tipo de organizaciones y, si existe, no da muestras de su ejercicio porque hay una proliferación de "cooperativas" que, al amparo de ciertas disposiciones gubernamentales, como la exención de impuestos, se han convertido en fuentes de corrupción y violación de la ley; se ha denunciado, por ejemplo, que muchas "cooperativas mineras", en realidad, funcionan como empresas donde unos cuantos "dirigentes" y en contra de todo principio cooperativo, se distribuyen jugosos sueldos, mientras los empleados, pues son eso y no cooperativistas, tienen que conformarse con los básicos legales o salarios de hambre.
Hay pues cooperativas, las excepciones a la regla, y "cooperativas", las más abundantes que funcionan al margen de la ley y que no merecen la atención de los fiscales o empleados que, por ley, están obligados a velar por la sociedad y el cumplimiento de las leyes; lo que está haciendo que se conviertan en una caja de Pandora de donde pueden salir no solo muchas sorpresas sino muchísimos males para la economía y la institucionalidad.
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